"...El Gato se limitó a sonreír al ver a Alicia. Parece bueno, pensó Alicia; sin embargo, tiene uñas muy largas, y muchísimos dientes, así que comprendió que debía tratarlo con respeto. –Gatito, gatito, dijo, un poco tímidamente, ya que no sabía si le gustaba que le llamasen así; pero al Gato se le ensanchó la sonrisa. Ante esto, Alicia pensó:"Vaya, de momento parece complacido", y prosiguió: --¿te importaría decirme, por favor, qué camino debo tomar desde aquí? --Eso depende en gran medida de adónde quieres ir, -dijo el Gato. --¡No me importa mucho adónde...! --dijo Alicia. --Entonces, da igual la dirección --dijo el Gato. Añadiendo: ¡Cualquiera que tomes está bien...! --¡Gracias añadió Alicia a modo de explicación.
-¡Ah!, dijo el gato: --ten la seguridad de que llegarás, sobre todo si caminas bastante, añadiendo: ¡...Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces.!"
Fragmento de la obra Alicia en el País de las Maravillas de Lewis Carroll
Últimamente le costaba mucho incluso levantarse para ir al trabajo, cada mañana. Le gustaba lo que hacía, pero no se sentía tan motivado como ese amigo que tanto le había contado de sus hazañas, derrochando pasión, como si estar entre 9 y 10 horas al día en el puesto de trabajo fuera un regalo divino.
Por todo, mientras relataba otra de esas jornadas cargadas de motivación, ilusión y orgullo por el reto conseguido esa misma semana, Felipe no tuvo más remedio que preguntarle cómo cargaba las pilas para tener esa energía y transmitir tanta fuerza y ganas por su profesión.
Miguel le indicó, que en primera instancia, la satisfacción por el trabajo bien hecho no era un privilegio, sino un derecho. Sí, un derecho que todos tenemos a sentirnos realizados por nuestro trabajo. Se trata de volver al hogar sintiendo que se ha contribuido a algo más importante que uno mismo.
Por todo, mientras relataba otra de esas jornadas cargadas de motivación, ilusión y orgullo por el reto conseguido esa misma semana, Felipe no tuvo más remedio que preguntarle cómo cargaba las pilas para tener esa energía y transmitir tanta fuerza y ganas por su profesión.
Miguel le indicó, que en primera instancia, la satisfacción por el trabajo bien hecho no era un privilegio, sino un derecho. Sí, un derecho que todos tenemos a sentirnos realizados por nuestro trabajo. Se trata de volver al hogar sintiendo que se ha contribuido a algo más importante que uno mismo.
La cara de Felipe era un poema; no entendía nada. Pero igual que Miguel fue ayudado hace unos años, cuando como él decía, estaba de bajón, y tuvo la enorme suerte de encontrar en su camino al "jefe/maestro" que le abrió los ojos y de qué manera, ahora él ayudaría a su amigo de la misma forma.
"Es necesario entender el porqué de lo que hacemos. Es tu causa. Es tu propósito. Que sepas que todo el mundo tiene un propósito y éste es la base de la pasión, de la motivación que observas en mí".- le indicó Miguel a su amigo.
Eso sí, también le explicó que la diferencia es que no todo el mundo vive conociendo su propósito. Y de eso se trata, de conocer nuestro porqué para, conectándolo con nuestro trabajo, sentirnos satisfechos con lo que hacemos en nuestra vida.
Miguel se comprometió a ayudarle a responder qué hace en su vida, cómo lo hace y por qué lo hace. En esta ocasión, el orden de los factores si altera el producto, por lo que deberían empezar por buscar su propósito para este 2020 que comienza, para saber de manera clara qué quieres hacer con tu vida y poder tomar mejores decisiones. Es como lanzarte en una aventura que culmine en paz contigo mismo.
Felipe dudaba de si él sería capaz de encontrar su porqué, a lo que su amigo contestó que este tipo de terapia es válida para estudiantes, empleados, jefes, directivos o miembro de un equipo o departamento; lo importante es descubrir el propósito que te insuflará pasión a lo que haces en tu vida.
Quedaron al día siguiente, aprovechando que estos días tenían vacaciones por Navidad, y le pidió que le contara historias que había vivido, con todo detalle, rememorando emociones y sentimientos. Según Miguel, en la parte de los sentimientos descansan las motivaciones, y las motivaciones nos llevan al propósito.
Le habló del instituto, de un viaje con su padre, del primer trabajo y de una charla, que gracias al destino, le había tocado preparar y liderar en una empresa de un gran amigo. Miguel tomó nota, pacientemente, y enseguida encontró entre las historias temas muy similares, recurrentes, lo que se conoce como patrón.
Y con ese patrón, entre ambos, fueron capaces de construir su PROPÓSITO.
Tenían que escribir el propósito en una frase, concisa y clara, la cual expresara las motivaciones más profundas y a menudo inconscientes que estaban dentro de las historias que con confianza, Felipe le había contado.
El propósito rezaba tal que así:
"Inspirar a mi equipo para que gestionen de manera eficaz todos los envíos, de manera que, entre todos, podamos servir a las personas de la localidad en tiempo y forma, dando un servicio ejemplar y haciendo feliz a la gente".
¡Espectacular! Esa frase describía de manera totalmente exacta la fuerza que se escondía en lo que nuestro protagonista hacía. Además, cumplía con la definición de cómo tenía que ser la frase que define un propósito: tiene que tener una parte que describa la contribución del sujeto y otra parte con el impacto de la contribución misma.
¿Y ahora, qué?.- Preguntó Felipe intentando dar otro paso más.
Pues muy sencillo, toca llevar a la acción tu declaración del propósito. Se trata de pasar de la teoría a la práctica, y eso se hace encontrando la manera de actuar, el CÓMO. Vuelve a releer tus historias y allí encontrarás tu cómo, que alineado con tu propósito hará que vivas con entusiasmo, con pasión, con energía, lo que hoy echas en falta en tu día a día.
Y sólo cuando empieces a disfrutar viviendo tu propósito, podrás conocer si lo que haces es lo que debes seguir haciendo, o si un nuevo proyecto te espera a la vuelta de la esquina permitiéndote vivir una vida más plena. Sólo reconociendo tu propósito y comparándolo con tu presente te permitirá conocer tus habilidades, si te estás desarrollando personalmente y si estás satisfecho contigo mismo.
Deseándote una feliz salida de año y un Gran Año 2020, te dejo con un consejo:
"Es necesario entender el porqué de lo que hacemos. Es tu causa. Es tu propósito. Que sepas que todo el mundo tiene un propósito y éste es la base de la pasión, de la motivación que observas en mí".- le indicó Miguel a su amigo.
Eso sí, también le explicó que la diferencia es que no todo el mundo vive conociendo su propósito. Y de eso se trata, de conocer nuestro porqué para, conectándolo con nuestro trabajo, sentirnos satisfechos con lo que hacemos en nuestra vida.
Miguel se comprometió a ayudarle a responder qué hace en su vida, cómo lo hace y por qué lo hace. En esta ocasión, el orden de los factores si altera el producto, por lo que deberían empezar por buscar su propósito para este 2020 que comienza, para saber de manera clara qué quieres hacer con tu vida y poder tomar mejores decisiones. Es como lanzarte en una aventura que culmine en paz contigo mismo.
Felipe dudaba de si él sería capaz de encontrar su porqué, a lo que su amigo contestó que este tipo de terapia es válida para estudiantes, empleados, jefes, directivos o miembro de un equipo o departamento; lo importante es descubrir el propósito que te insuflará pasión a lo que haces en tu vida.
Quedaron al día siguiente, aprovechando que estos días tenían vacaciones por Navidad, y le pidió que le contara historias que había vivido, con todo detalle, rememorando emociones y sentimientos. Según Miguel, en la parte de los sentimientos descansan las motivaciones, y las motivaciones nos llevan al propósito.
Le habló del instituto, de un viaje con su padre, del primer trabajo y de una charla, que gracias al destino, le había tocado preparar y liderar en una empresa de un gran amigo. Miguel tomó nota, pacientemente, y enseguida encontró entre las historias temas muy similares, recurrentes, lo que se conoce como patrón.
Y con ese patrón, entre ambos, fueron capaces de construir su PROPÓSITO.
Tenían que escribir el propósito en una frase, concisa y clara, la cual expresara las motivaciones más profundas y a menudo inconscientes que estaban dentro de las historias que con confianza, Felipe le había contado.
El propósito rezaba tal que así:
"Inspirar a mi equipo para que gestionen de manera eficaz todos los envíos, de manera que, entre todos, podamos servir a las personas de la localidad en tiempo y forma, dando un servicio ejemplar y haciendo feliz a la gente".
¡Espectacular! Esa frase describía de manera totalmente exacta la fuerza que se escondía en lo que nuestro protagonista hacía. Además, cumplía con la definición de cómo tenía que ser la frase que define un propósito: tiene que tener una parte que describa la contribución del sujeto y otra parte con el impacto de la contribución misma.
¿Y ahora, qué?.- Preguntó Felipe intentando dar otro paso más.
Pues muy sencillo, toca llevar a la acción tu declaración del propósito. Se trata de pasar de la teoría a la práctica, y eso se hace encontrando la manera de actuar, el CÓMO. Vuelve a releer tus historias y allí encontrarás tu cómo, que alineado con tu propósito hará que vivas con entusiasmo, con pasión, con energía, lo que hoy echas en falta en tu día a día.
Y sólo cuando empieces a disfrutar viviendo tu propósito, podrás conocer si lo que haces es lo que debes seguir haciendo, o si un nuevo proyecto te espera a la vuelta de la esquina permitiéndote vivir una vida más plena. Sólo reconociendo tu propósito y comparándolo con tu presente te permitirá conocer tus habilidades, si te estás desarrollando personalmente y si estás satisfecho contigo mismo.
Deseándote una feliz salida de año y un Gran Año 2020, te dejo con un consejo:
¡¡¡BUSCA TU PROPÓSITO PARA EL 2020!!!
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.