"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 29 de agosto de 2021

NUEVA PROPIEDAD, MISMA DIRECCIÓN

"No somos las mismas personas que el año pasado, 

tampoco lo son aquellos a los que amamos. 

Es extraordinario que, cambiando, 

podamos seguir amando a alguien que también cambió"


William Somerset Maugham (1874-1965) 

Escritor británico


Ya  habían pasado casi 10 meses desde que sus nuevos jefes, como propietarios, desembarcaron en la empresa de mi amigo Jose Carlos.

Eran lógicas sus preocupaciones del principio, pero ahora se le veía más seguro y como me dijo durante la comida, la propiedad y el negocio se habían adaptado de forma recíproca, generando una situación de estabilidad en la empresa y gestión de la misma. 

Como refirió, le daba mucha importancia a la involucración del presidente del consejo, que había participado activamente en todo el proceso inicial, de "engrane" entre gestión y gobierno.

Por su parte, como director debía obtener buenos resultados, pero a la vez debía ser capaz de adaptarse y aprender, muy rápido, qué querían, qué intereses tenían y cual era el estilo de sus nuevos "jefes". Era muy similar a cuando aterrizó en esa empresa familiar, 14 años atrás, etapa durante la que le tocó además de un sobreesfuerzo para aprender mucho sobre el mercado en el que competían, afrontar el reto con una sensibilidad especial para comprender los valores de la propiedad y cómo era la forma de hacer negocio de los socios.

Ya no tenía edad para andar jugando al gato y al ratón, sobre todo porque sabía que el éxito de su empresa pasaba por que los nuevos propietarios conocieran y comprendieran el negocio de la empresa que acababan de adquirir; por ello, me contó que no escatimó tiempo y esfuerzo en acelerar que sus jefes aprendieran. Tenían que saberlo todo y cuanto antes, mejor.

Me di cuenta que el papel como director general, en estas circunstancias, a la hora de educar y comunicar era decisivo. Por un lado, determinar las nuevas líneas de gobierno que marcaban la nueva propiedad, mientras por otro, transmitir con ilusión e inspirar todo lo relativo al nuevo proyecto empresarial.

Fue acertada la figura elegida como presidente, una vez tomada la propiedad de la compañía. Primero, se esforzó en entender el negocio, enfocándose en hacerlo funcionar correctamente (entendiendo que se incorporaban a una empresa en movimiento), y Jose Carlos nunca se sintió solo ni alejado de sus jefes, identificando juntos las líneas de actuación más adecuadas a la situación generada con el cambio de dueños.

Mi amigo me comentaba que había sido un tiempo en el que había sentido mucha responsabilidad para que todo volviera a adecuarse y en definitiva, funcionara. Le constó mucho, pero al ser la parte que no cambiaba del negocio, tuvo que defender el mismo más allá de los resultados a corto, que en una primera instancia era una parte fundamental de las exigencias del consejo de administración.

También reconocía que tras un primer mes con algunas dudas, el listado que generaron tanto en la parte de tareas ejecutivas como en las de gobierno permitieron redefinir objetivos y tener un plan para que la etapa de cambio que les había tocado vivir fuera un paso hacia adelante, generando un proyecto rentable y sostenible.

Antes de despedirnos, como resumen, estábamos de acuerdo que era fundamental no olvidar que todo en la empresa va más allá del ámbito meramente contractual. Una empresa son PERSONAS, relaciones sociopolíticas, económicas y todo, todo, se basa en la confianza entre profesionales. Y la confianza se entiende mejor en términos de medio/largo plazo que entre presiones cortoplacistas.

El éxito, como conclusión, lo basó en que tanto sus jefes como él mismo, se habían cargado de paciencia y habían conseguido encajar sus ideas de manera conjunta para conducir lo que él denominó como "la nueva empresa".

domingo, 22 de agosto de 2021

HUMILDAD, CENTRO DE UN LIDERAZGO COMPLETO

 "Para ser humilde se necesita grandeza"


Ernesto Sábato (1911-2011) 

Escritor argentino



Me llamó la atención que al responder sobre qué era lo más importante en su carrera que le llevó a afianzar su liderazgo, Enrique respondió el haber encontrado la humildad dentro de su forma de liderar personas involucradas en su proyecto.

Esperaba que hablara de carisma, visión, innovación, creatividad, pero lo de la humildad me indujo a prestar atención y adentrarme en la conversación que se cernía tras la comida frente a la playa, en aquel chiringuito que había acabado siendo la sede de tantas tardes de grandes clases maestras durante los días de descanso veraniegos. 15 años ya, desde la primera vez que coincidieron en esa playa tan concurrida, pero a la vez tan familiar.

Aclaró que la humildad no describe como rasgo a una persona débil, con falta de decisión o de confianza, sino que resulta vital para generar un liderazgo de nivel, efectivo.

En una primera instancia, alguien humilde está abierto al error, tanto a cometerlo como a entender que se pueda cometer por parte de su equipo. Con esta manera de afrontar la humildad, nos adentró en lo que se denomina liderazgo moral, siendo capaces de reconocer en nuestro día a día errores en la toma de decisiones, fallos en el trabajo o potenciales errores, por ejemplo, en el uso de la tecnología y potenciales peligros éticos inherentes a la misma.

En un mundo en el que el comportamiento egoísta normalmente lleva acompañado casos de éxito, la humildad es el verdadero contrapeso para generar el equilibrio que todo sistema necesita. Hacer crecer dentro de su forma de dirigir la humildad y la modestia le permitió admitir errores en la toma de decisiones, antes monopolizadas en su forma de hacer. También dejó su ego a un lado, pero sobre todo, le permitió empoderar al resto del equipo; esto es lo más potente que le otorgó la humildad para que el proyecto creciera de manera exponencial.

Surgió la polémica en cuanto al tema de si hay que nacer o se puede aprender, o hacerse, y Enrique dejó algunas notas sobre lo que llamó cultivar la humildad dentro de la organización. Claro, que era importante, en primer término, conocer en cada organización lo que significaba humildad en su cultura interna.

Lo que intentaba dejarnos caer era que para conocer el comportamiento deseable dentro de nuestra organización en cuanto al rasgo de la humildad, se necesitaba primero conocer la métrica que mediría el mismo, qué normas se construirían en base a esa cultura y cómo sería la selección (interna o externa) para identificar lideres que tengan ese rasgo dentro de sus talentos actuales o potenciales.

Si la humildad es un valor central dentro de nuestra misión como organización centrada en la excelencia, como primer paso se debe involucrar a directivos y mandos, comunicando su valor e importancia, así como invitar a toda la organización a actuar con este valor mediante el ejemplo visible, vía comportamientos y decisiones del día a día.

Pero lo difícil no es comportarse con humildad, mediante conductas y selección de mandos con este rasgo, sino ser capaz de medir retornos que relacionen el desempeño con esta manera de liderar. 

Aportación de valor al negocio, retorno de la inversión, etc...

No es sencillo, pero evaluar como valoran los empleados a líderes o jefes directos humildes, conocer si se elevan los niveles de compromiso de empleados que ven cómo la humildad es un rasgo característico de su empresa o cómo se responsabilizan de tareas delegadas de manera humilde y generando confianza podrían ser formas de medir diferentes al ROI, pero efectivas en la buena marcha de una compañía.

Hoy, en este ambiente incierto (puro VUCA), se necesita más que nunca empresas volcadas en la innovación, creativas y con poco miedo a lo desconocido, incluyendo el error en su forma de trabajo de creación de nuevos modelos de negocio, productos y servicios diferenciales; y este liderazgo moral, humilde, encaja como un guante a la mano, ajustándose a un estilo de trabajo en equipo centrado en la cooperación y la sensibilidad de los conocimientos de cada miembro del equipo puesto a disposición del conjunto de la empresa.

El líder auténtico es un líder humilde, sincero, modesto y abierto al éxito de todos en lugar de obsesionarse por el beneficio individual y la medalla única colgada de su cuello. El éxito personal y las ganancias materiales no están en la primera necesidad de su escala de valores, centrándose, en contra, en los intereses de su equipo, analizando situaciones y consecuencias de las decisiones en términos de sus efectos sobre los demás y sobre el conjunto, en base al propósito de la empresa o departamento que dirigen.



Beneficios de un liderazgo humilde; lo resumió, antes de darnos el último chapuzón, en empresa innovadora, con mayor índice de retención de talento y con una mejora de la integridad de los empleados de la misma.

No olvidando reconocerlo como valor central, comunicándolo de manera activa y generando comportamientos en base a este rasgo, y por último, como todo en esta vida, medir su efecto.


domingo, 1 de agosto de 2021

DESCANSA, DESCONECTA Y DISFRUTA DE TUS MERECIDAS VACACIONES

 "El arte del descanso es una parte del arte de trabajar"


John Steinbeck (1902-1968) 

Escritor estadounidense



Tan importante es el descanso, como la desconexión. Y ojalá estos dos pasos te lleven al ansiado disfrute del periodo vacacional.

Disfrutar de la compañía de amigos, pareja, hijos y familiares es vital en la parte operativa del disfrute. Ellos y tú no os veis normalmente lo que os gustaría, y estos periodos vacacionales, bien llevados, generarán una carga recíproca de energía que permitirá salir a tope a por otra etapa más del año, cumplir tareas que deparará la parte final del ejercicio, siendo las mismas casi siempre más complejas y retadoras por acercarse el momento del cierre del mismo y la consecuente rendición de cuentas; a la propiedad, a los clientes, a los socios o a nosotros mismos.

El descanso debe ayudarte a rebajar ese nivel de estrés, que todos tenemos en nuestro día a día, esa lucha que nos brinda la actividad cotidiana en el trabajo, sea este cual sea. Pasa de una actitud proactiva de actividad frenética orientada al negocio a unas rutinas que te alejen de problemas, te dejen conciliar de manera completa y te lleve a un ritmo distante al habitual y a un silencio mental de relax sanador.

Antes de iniciar tus vacaciones, hazte la lista que llamo de las "preocupaciones". Se trata de dejar todo anotado, delegado en parte, si es urgente y algún compañero o colaborador se queda en los días que tú descansas, para que a la vuelta puedas saber por dónde necesitas comenzar. Lo importante: no llevarte esas tareas preocupantes en la maleta. La cabeza sabe que si lo tiene anotado, no se perderá, y será parte de la creación de la agenda el primer día tras el merecido descanso. Anota y guarda a buen recaudo, como última tarea antes de cambiar el paso a modo "vacaciones".

Olvida en lo posible objetivos, metas laborales y las preocupaciones que no te dejan dormir como tu cuerpo y mente se merecen. Aprovecha para conciliar el sueño de una manera natural, que te permita estar totalmente relajado y si puedes, inicia una rutina antes de irte a la cama que te lleve de manera armónica al estado del sueño; algo de música, una buena lectura, esa conversación con tu pareja que los madrugones nunca te permiten tener en el diario trajín de la época laboral, o aquello que te aleje del ruido de la vida "estresante y moderna" acercándote a la relajación que provoca dejar nuestra mente pensando en temas que exijan concentración, pero no esfuerzo.

Dormir algo más que de costumbre, entendiendo que un horario más o menos similar, a diario, es bueno para tu cuerpo; una cosa y la otra. Equilibrio entre actividades diferentes y sueño harán que estés preparado para excursiones, tumbonas y sombrillas, montañas, playas o calles empedradas, frescas o abarrotadas de turistas deseosos de disfrutar de lo distinto, de lo que cada uno no tiene en su otra vida.

Desconectar es tan importante como descansar, además de acelerar el proceso de regeneración de la energía, que es de lo que se trata.

No acordarte del trabajo es también signo de que eres una persona responsable. Sí, responsable, y por ello le das mucha importancia a todo lo que haces; y ahora toca darle importancia a tu descanso, a tu familia, a tus amigos y a cualquier actividad, zona o ciudad que visites; sea la de siempre, sea nueva, le dedicas todo lo que puedes y más, y no la compartes con lo que precisamente quieres olvidar, no para siempre, sí precisamente durante este periodo que estás viviendo y tanto necesitas para seguir luchando y rindiendo.

Es conveniente dejar el ordenador fuera de nuestro alcance. Revisar los mensajes de correo electrónico, con los consecuentes problemas que van añadiéndose a nuestra bandeja de entrada no es sinónimo de desconexión ni de haber decidido tomarte en serio a los tuyos. A la vuelta, tocará ponerse al día, los colaboradores sabrán indicarte si algo se quema sin solución y te necesitan, y además, podrás comprobar cuánto de bueno eres en tu trabajo y cómo has creado un equipo a tu alrededor que en el corto plazo sabe apañárselas muy bien solito; sin ese compañero o jefe acaparador.

Sí, en este tiempo de la hiperconexión, estarás pensando que los mensajes nos llegan por móvil, en la tablet, etc, etc...

Pues bien, debemos evitar el uso de todos los aparatos electrónicos que nos acompañan en nuestros días, y en nuestras noches (porque los relojes inteligentes nos observan y nos dirigen incluso en los momentos más íntimos de nuestros sueños), pero nuevamente la responsabilidad, tanto si ha tocado montaña, playa o recorrer esa ciudad que tanto nos llama la atención, nos debe hacer rehuir de seguir enganchados a la parte digital que nos acaba empujando a las noticias del trabajo y a la vorágine de la oficina.

Para conseguir una vacaciones plenas, toca eliminar al máximo el contacto digital y cambiarlo por el contacto natural. Maximiza los contactos con amigos, familiares y potencia actividades conjuntas que te hagan alejarte de la rutina. Busca temas que os gusten y apasionen de manera conjunta y engúllete en ellos. Si te gustan menos a ti, también es el momento de demostrar que toca centrarse en ellos, y por qué no, es una forma de regalar lo que más valoras y más valor tiene, tu tiempo y tu compañía plena, sin compartir con el e-mail, las presentaciones ni las métricas de tu compañía o departamento.

Si descansas y logras desconectar, no tendrás difícil disfrutar. Sí, es algo que nos tenemos que proponer cada día, cierto, pero en vacaciones se debe conseguir disfrutar del momento, disfrutar del lugar y disfrutar de la gente que está contigo, con la gente que te rodea.

Debe notarse que la alegría es el denominador común del periodo de vacaciones en cada tarea que elijas hacer, así como en cada grupo con el que elijas pasar este preciado tiempo estival.

Disfrutar de ti mismo es una obligación. Si estás bien contigo mismo, emanarás energía positiva y tu entorno disfrutará de ti de igual manera. Estar bien desde tu interior hacia fuera y haber eliminado cualquier estrés procedente de tus preocupaciones laborales, generará grandes momentos en los tuyos y provocará verdaderas historias positivas durante las vacaciones.

Aunque es importante que valores lo que tu gente quiere hacer, anota siempre tres o cuatro actividades de ocio que tu vida diaria no te permite acometer. Hazlas durante tu periodo estival, propón que te acompañen, y seguro que algunas serán candidatas para hacerlas en conjunto, pero alguna te tocará acometerla solo, lo que no debe ser un impedimento al objetivo del disfrute de este tiempo en el que te has comprometido contigo y con los tuyos. Cumplir pequeños sueños, a veces acompañado, a veces solo, es también un componente de la restitución necesaria para esas pilas tan descargadas en este tiempo tan vertiginosamente estresante, cambiante y últimamente, por que no decirlo, tan doloroso e incierto.



Pues nada más, despedirnos hasta la vuelta de vacaciones, y no sufráis, las preocupaciones, anotadas o no, nos esperarán a nuestra vuelta; la mayoría solucionadas por nuestros grandes compañeros de batalla, otras a la espera de que se les vayan metiendo mano y algunas otras, por solo estar en nuestra mente y no ser muy diríamos reales, se habrán disipado y nadie sabrá ni el cómo ni el por qué (nota: en ese caso mejor ni preguntar).