"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

lunes, 31 de diciembre de 2018

APRENDO, DESAPRENDO Y REAPRENDO

"El entendimiento es una tabla lisa en la cual nada hay escrito"

Aristóteles (384 AC-322 AC) 
Filósofo griego.


No cabe duda que estamos a las puertas del 2019.

Esto significa que toca repasar el año que hoy termina y saber que hacer con nuestra vida a partir de mañana mismo, ¿verdad? 

Parece que todo debe de cambiar, o nada, según a quién preguntes, pero lo que está claro, o eso al menos opino yo, es que toca aprender a desaprender. Y es que como decía Toffler, los verdaderos analfabetos del siglo en el que estamos serán aquellos que no hayan asumido el proceso de aprender, desaprender y reaprender.

Mucho se nos habla sobre creatividad, innovación, etc... pero sin descargar la mochila de ideas y creencias aprendidas, profundas y ¿verdaderas/reales/acertadas?, poco o nada podremos hacer por generar nuevas ideas disruptivas que provoquen mejoras y evolución en nuestros entornos laborales o personales.

Localicen el "siempre se ha hecho así" y.. ¡destiérrenlo de sus dominios!, por favor.

Pregunten en su círculo de amigos o en su empresa sobre lo del desaprendizaje y seguro que todavía les sonara algo lejano.

El mundo camina cada día más rápido, todo está en proceso de cambio, incluso lo que no debería cambiar nunca, las relaciones personales con nuestros seres queridos están hoy patas arriba. No compartimos nuestra tiempo, nuestra vida; sólo whatsapp, fotos, vídeos y reenvíos de contenidos de otros. Triste, muy triste, pero cierto.

Igual que sólo reenviamos, sin creación, sólo usamos lo que alguien nos dijo que era cierto como si fuese casi conocimiento "divino", conocimiento perfecto. Aprendido y grabado en piedra como verdad absoluta, la "Verdad".

Y no queda otra, si queremos (o necesitamos) adaptarnos a este mundo turbulento y cambiante, tenemos que desaprender. Necesitamos aprender a desaprender. Y desaprender va de iniciar un proceso de auto-crítica en un espejo sin filtros, que amortiguen nuestras creencias aprendidas en el pasado (dadas como válidas sin vacilar). Hay que enfrentarse a nuestro "yo real" y cuestionar lo que se supone aprendido en el pasado.

La semana antes de Reyes, puede ser buena para el auto-análisis. Qué soy, qué quiero ser, qué necesito desaprender y luego, a reaprender.

Es un proceso doloroso, hay que ser consciente de ello; imaginad cómo de frustrante debe ser darse cuenta de cómo muchas de las cosas por lo que has luchado y/o has defendido, de repente ya no es lo que tú pensabas/creías; no son cómo las haces o te enseñaron. Es diferente. Frustante, sí, y doloroso.

Entonces, ¿por dónde empezamos este 2019? me preguntaba un colega el otro día mientras tomábamos el café de una cena de amigos que repetimos en estas fechas todos los años.

Yo por mi parte lo tengo claro. Tenemos que alejarnos de nosotros mismos. Examinarnos cual profesor objetivo desde fuera, desde lejos. En esta fase de desaprendizaje tenemos que cambiar la manera de afrontar los problemas a los que todos los días nos enfrentamos. ¿Podemos pensar en los problemas como si fuéramos un yo distinto, otra persona? 

Esto nos lleva a que tenemos que afrontar el proceso del desaprendizaje como la resolución en la distancia, sin cadenas que nos aten y perdiendo el miedo al cambio. 

Tenemos que desterrar lo anteriormente aprendido y fijado para iniciar de nuevo el apasionantes camino de la nueva verdad, el proceso de cambio que nos llevará a la innovación. 

Nuestra vida merece la pena, y no puede ser escrita por los que tallaron esas viejas creencias e ideas, hace muchos años ya, que nos hacen estar en línea con la mansa manada, a veces directas al suicidio colectivo; sí, directas a caer por el desfiladero.



Yo hoy, antes de las uvas, empiezo a vaciar la mochila de "bancos verdes", y tú, ¿te apuntas?



Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.




domingo, 23 de diciembre de 2018

CUENTO DE NAVIDAD 2018

 "Pienso que la Navidad es una fiesta necesaria; 
necesitamos un aniversario durante el cual 
podamos lamentar todas las imperfecciones 
de nuestras relaciones humanas. 
Es la fiesta del fracaso, 
triste pero consoladora"

Graham Greene (1904-1991) 
Novelista británico


Era un día de Navidad, no un día cualquiera.

Allí estaba, aunque le costaba respirar, continuaba tumbado en la cama con los ojos abiertos, escuchando la canción que día tras día le sonaba en su cabeza desde aquel maldito día. 

Cada día le pedía al Señor que le llevara con Ella, pero no debía ser su hora, ya que los días pasaban y allí estaba él, cada mañana, aunque le costaba respirar, tumbado en la cama con los ojos abiertos...



Sí, no podía olvidar aquel momento, al inaugurarse la jornada de ese día caluroso de Julio de este mismo año, cuando Ella se había marchado para siempre.




Cada mañana se sorprendía de no tenerla a su lado, pero una vez que entendía que nunca volvería, le costaba tirarse de la cama, por si otra vez la encontraba en el baño, con el camisón ensangrentado, debido a todo lo que había brotado de su cabeza tras golpearse con el bidé, una vez su corazón había explotado; era lo único que podía haber acabado con su vida, ya que no conocía otra persona con un corazón mayor y con tanta capacidad de amar. 

No tuvo tiempo de despedirse, y nada era ahora lo suficientemente valioso para seguir en este mundo. Sin Ella, era un fantasma viviente, sin motivo para continuar luchando. Pero hoy, el día de Navidad, tendría que hacer de tripas corazón e intentar que sus hijos y nietos disfrutaran de este día festivo. Sólo de pensar en lo que tendría que pasar en esta fecha tan señalada, le desgarraba el alma. Pero los jóvenes y los niños tenían que continuar creando su historia, y él tenía que actuar intentando no crear malestar en ninguno de sus seres queridos, al menos en los que estaban aún aquí. "Amor de mi vida, tú no eras la que debías haber partido".- pensó mientras retiraba la manta y se incorporaba, sentado en la cama, no sin esfuerzo.


Bajó a la cocina, y pasando por el salón decorado por su nieta Candela, miró al árbol vacío que nunca más tendría los regalos que siempre Ella dejaba sutilmente colocados una vez que él se retiraba al dormitorio cada Nochebuena, tras la cena que siempre celebraban en casa de su hijo Carlos, el segundo de sus cuatro "herederos".

Mientras estaba pensando que el árbol, sin regalos (si tu no estás, no tengo nada), era un detalle más de la tristeza y vacío que había dejado Ella, sonó el timbre de la puerta y el Abuelo, pausadamente, giró y se dirigió a abrir la misma. Era su vecina, Rosario, que le traía un chocolate calentito con churros recién comprados, como todos los años (pero hoy, ya no está Ella, pensó). Además, siempre le traía el periódico del día anterior, ya que el 25 no había prensa, le recordaba mientras le ponía todo en la mesa de la cocina.

No había terminado de desayunar cuando oyó abrirse la puerta, y enseguida apareció su primera hija, Carmina, la cual era la que se encargaba de darle un baño completito, calentito y con mucha espuma, como siempre repetía el Abuelo mientras disfrutaba del aseo matutino. "Y hoy, para comer con los dos hijos pequeños y sus cuatro nietos, no podía ser menos".- le decía su primogénita, luchadora incansable, con mucho sufrimiento a sus espaldas desde que Juan les había dejado (pero eso es otra historia), mientras le pasaba la esponja a estreno por los hombros y la espalda, suavemente, con mucho cariño (pero hoy, ya no está Ella).

Sentado en el sillón de orejas, su sillón, bien lustroso y con el traje gris marengo de la boda de Marisa, su hija pequeña, se quedó escuchando a Raphael, uno de sus cantantes favoritos, mientras repasaba la prensa que le había dejado su querida vecina. "Siempre sólo, qué vacío has dejado, bendita mía".-

Le había dejado el móvil en la mesita de al lado, a mano, porque como siempre en ese día, sus sobrinas del pueblo, sus amigos de la partida y sus compañeros de trabajo del restaurante dónde había pasado tantos años trabajando para sacar a la familia adelante, durante la mañana, irían llamando para felicitarles la Navidad. "Bueno, felicitarme sólo a mí, y no es precisamente una felicitación lo que el cuerpo me pide, porque a mí, me falta como el aire".- se repitió para sus adentros el Abuelo.

Uno a uno, todos, fueron llamando, y aunque no las tenía todas consigo el día anterior, ésto hizo que la mañana se pasara volando.

Ya a mediodía, llegó María con Justo, su noviete, a por el Abuelo para llevarle a casa de la tía Juli, que era la nuera que preraraba la comida de Navidad. La sonrisa del abuelito era fría, casi una mueca, pero María hizo cómo si no se diera cuenta y con su espíritu positivo fue todo el camino contándole todo lo que esa semana había acontecido en sus vidas llenas de ilusiones, metas y proyectos; ésta actitud hizo que el Abuelo pensara que tenía que participar sin hacer daño en todo lo que estos corazones llenos todavía de mucha vida por recorrer habían preparado. 

No les podía fallar.

Tras la comida, sus nietos Silvia y Miguel, los mellizos de Juli, se sentaron para tocar el piano, como todas las Navidades. Y empezaron a tocar la obra que habían compuesto el año anterior, precisamente para sus abuelitos. El corazón le dio al Abuelo un vuelco, ya que por un momento, cuando volvió la cabeza para mirar a los niños, de repente sintió cómo alguien le cogía la mano. Era Ella, estaba sentada a su lado, en la silla que al inicio de la comida estaba vacía, su silla... 

Y Ella le habló: "Abuelo, antes de venirte conmigo tienes que firmar la Paz, la Paz contigo mismo. Debes saber que los verdaderos regalos de la vida no son los materiales que ponemos cada año bajo el árbol de Navidad, son los detalles de los vecinos, los cuidados de tus hijos, las ilusiones y proyectos de tus nietos, las llamadas de tus sobrinas, amigos, compañeros; todo lo que hay de vida a tu alrededor, las acciones y obras que unos hacen por los otros, ésto es lo que de verdad merece la pena, lo verdaderamente importante".

Y todos vieron como el Abuelo lloraba, 
mirando la silla vacía que habían dejado en honor a Ella. 
Incluso les pareció que el Abuelo hablaba con Ella.


El día estaba terminando y  fue al volver a casa, al pasar por el salón, cuando el Abuelo reparó en el árbol. No estaba vacío, como lo había dejado, no. Estaba cargado de imagenes en forma de recuerdos en cada una de las bolas brillantes; imagenes de su vecina Rosario, sus sobrinas, sus compañeros de partida, sus colegas del trabajo, sus hijos e hijas, sus nietos y  nietas y en la estrella superior, la que más brillaba, estaba Ella, radiante, como realmente era y siempre había sido, como seguro le recibiría en cuanto estuviera realmente preparado, en Paz, en Paz consigo mismo.

Subió a la habitación, se puso el pijama que Ella le reservaba sólo para las grandes ocasiones, para cuando dormían fuera porque estaban de viaje o tenían que pasar la noche en casa de alguno de los "herederos", y se metió en la cama arropándose con la manta, no sin esfuerzo.

En su cabeza le resonaba la canción, su canción, y por fin sabía que estaba preparado, estaba plenamente feliz. 

Cerró los ojos y se despidió de este mundo ya que sin duda, era la fecha para reunirse con Ella.


El Abuelo descansó para siempre, nunca más despertó, pero viajó en Paz consigo mismo.

Era un día de Navidad, no un día cualquiera.

domingo, 16 de diciembre de 2018

Y TÚ, ¿CÓMO DEFINES EL ÉXITO?


"Intenta no volverte un hombre de éxito, 
sino volverte un hombre de valor"

Albert Einstein (1879-1955) 
Científico alemán nacionalizado estadounidense


Y tú, ¿cómo defines el éxito?

Con esta pregunta empezó la tertulia una vez que todos estábamos en la sala, preparados para no se qué reunión, esta vez sin orden del día, sin hora de terminación, sin previo aviso...

Los gestos dicen cosas, y puedo decir que veía en los compañeros auténticos poemas en sus poses y sus caras. Pero a mi no me sorprendía, después de la semana que Jose, el jefe, llevaba.

Tuve la suerte de estar de viaje con él un par de días y algo estaba cambiando en su forma de dirigir; no sabría explicarlo muy bien, por ahora, pero se notaba diríamos que distinto en su estilo. Mucho me temo que lo mejor está por venir, y que sin lugar a dudas tendremos noticias durante el año que viene.

Pero resumo algunos comentarios que resultaron de la pregunta en cuestión:

"Está claro que desde el punto de vista de la empresa, una persona puede ser razonablemente exitosa cuando le salen los números. Sin lugar a dudas, en este aspecto, es una cuestión de KPIs".- concluyó Manuel.

"Es posible que algunas personas piensen en el éxito en términos financieros. Gran salario y amplios ahorros pueden proveer a esta gente de seguridad, confort y estatus".- comentó después Javier.

"Para otros, es posible que éxito sea estar en una u otra posición de poder en su empresa. ¿Eres un Junior, Senior, Jefe de Departamento o Director? Con esto mides tu éxito y esa es la escala en la que te posicionas".- opinaba Ernesto.

"Algunos otros basan el éxito en su Desarrollo Personal. No importa otra cosa que ir a más, avanzar, crecer. Nadie es más importante que él mismo y todo está basado en seguir avanzando".- les comenté, algo molesto conmigo mismo.

En este momento, Jose nos paró alzando la mano, era la señal que nos solía mostrar cuando le tocaba intervenir o resumir todo o parte de la reunión, aunque otras veces nos valía para poner algo de orden cuando la reunión se nos iba un poco de las manos.

"Colegas, todo lo que estáis comentando no está cargado de poca razón y puede que defina el éxito de un profesional, pero me gustaría que pensarais desde hoy, en esas personas que miden su éxito a través de la contribución que sus obras generan en sus familias, en sus compañeros de trabajo, en su empresa, en su barrio, en su ciudad, en definitiva, lo que hacen para que el mundo a su alcance esté mejor hoy de lo que estaba ayer."



Como alguna otra ocasión, pero no siendo frecuente, sin mediar palabra tras su intervención, se levantó, se colgó la bufanda al cuello y colocándose el abrigo salió de la sala.

Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.



domingo, 9 de diciembre de 2018

PERSONAS, COMUNICACIÓN Y CULTURA EMPRESARIAL

"Al fin y al cabo, somos lo que hacemos 
para cambiar lo que somos"

Eduardo Galeano (1940-2015) 
Escritor y periodista uruguayo

El cambio sigue apasionando a mi gente, y por ello, toca hablar nuevamente de este tema tan emocionante y a la vez, tan necesario para sobrevivir.

Y es que cuando te quedas en el sitio, no lo dudes, te estás quedando atrás. Esta parte salió a la palestra en la post-reunión del otro día, tras la semanal del equipo de dirección.

Todos sabemos que la habilidad de gestionar el cambio organizacional es fundamental para el equipo de directivos y juntos, debemos seguir apostando por este modelo de ir esos famosos 5 minutos por delante. La competencia no echa el freno de mano y, cuando menos te lo esperas, aquí está otra vez empujando y pidiendo paso. Peligroso.

Lejos quedan esas etapas de ganancias continuadas y predecibles. El crecimiento sostenido y seguro ya es pasado, hace tiempo que se marchó esa certidumbre. Por ello, llama la atención que gente tan leída y tan informada (digo yo, por eso de estar en la época de Internet, a la distancia de un dedo), todavía reclame viejos modelos de negocio exitosos, que le fueron bien allá por los 90, o incluso en sus orígenes como empresa, mediados de los 80. 

Cambios en el entorno, como son las nuevas tecnologías y las formas de comunicación, competencia global, y también la demanda de mayor transparencia y responsabilidad, están presionando y pidiendo a gritos cambios en la capa alta de la cadena de mando de nuestras organizaciones. Y si los altos dirigentes tienen que cambiar, con ellos deben de ponerse en marcha los cambios en las organizaciones que lideran.

Muchas herramientas, métodos y enfoques existen para gestionar el cambio, pero tres son los focos que más nos piden hoy convertirse en el corazón de nuestros esfuerzos.

Primeramente, toca ocuparse de las personas. Todo gira alrededor de los recursos humanos. El componente humano, bien tratado, hace que el cambio sea completo. Frecuentemente, las personas que forman nuestras empresas, determinarán si el esfuerzo para el cambio acaba en un proyecto exitoso o no. Para el programa de cambio, no te quedes corto y elige simplemente a los mejores. Planea todo lo que tenga que ver con este recurso tan sensible y planifica desde el principio, cuidadosamente, sistemáticamente cada detalle. Involucra y haz que participen en el proceso todos los componentes de tu plantilla, de cualquier nivel de la organización.

No descuides la comunicación. Nunca des por hecho que las razones para el cambio se conocen y que la dirección a adoptar es clara para todo el mundo. No dejes pasar ni un minuto, ni esfuerzo alguno para comunicar el plan. Comunica, comunica, comunica. No dejes de explicar motivos, y habla sin escatimar esfuerzos en todos los niveles. Habla y escucha. De arriba a abajo y de abajo arriba. No lo des por sabido.

Y como siempre, al final, todo acaba en la cultura de empresa. Como sabes, tiene varios niveles: el explícito y el implícito, lo visible y lo oculto. La cultura la forman cosas tan variopintas como la historia de la compañía, los valores, las creencias, las asunciones, las percepciones, los comportamientos y las actitudes. Todo es una mezcla bien engrasada y encajada, por lo que como te puedes imaginar, la cultura es muy dura de cambiar. Por esto es por lo que analizar, administrar y planear la nueva forma de hacer, con los nuevos aspectos culturales son siempre críticos.  Hay que trabajar esta parte de manera constante y en este caso, explícita.



Así me quedo hoy, pensando en mi gente, en cómo liderar el cambio, comunicar y pulir a mejor años de historia; historia que para bien, nos ha traído aquí, y por supuesto de la que estamos orgullosos.

Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.



domingo, 2 de diciembre de 2018

TALENTO, CUNA Y LA DESEADA OPORTUNIDAD

"Lo que la naturaleza no da, Salamanca no presta"

Proverbio latino



"La vida se vive hacia adelante y se entiendo o explica hacia atrás".- Con esta frase iniciaba la charla informal que mantuvimos con Pedro, el primer jefe de mi amigo Jesús.

Y es que Jesús iba para profesor, cuando en la empresa de su padre donde echaba una mano en el almacén, aquellos veranos en la etapa del instituto, Pedro se dio cuenta que Jesús valía, y mucho, para todo lo relacionado con la cadena de suministro. Y desde entonces, sus estudios primero, y su carrera después, siempre estuvieron relacionados con la ingeniería y las operaciones. 

Para nuestro contertulio eran importantes las aptitudes, y por supuesto también la actitud (que clasificaba como vital), pero siempre entendía como clave la presentación en la vida de la "OPORTUNIDAD". Además, no todo el mundo decide subirse al tren; incluso a veces, ni lo vemos...

Es fundamental pulir nuestro talento, y con sacrificio, esfuerzo y trabajo, a través de la conducta, pasar de hábitos nocivos a hábitos saludables.

Pero cuando estudiamos a personas de éxito, siempre, con mucha probabilidad, encontramos personas currantes y muy comprometidas.

Y si miramos alrededor, en su entorno y en sus colaboradores, encontramos también personas que combinan eso, talento y trabajo. El talento atrae talento.

Pero para Jesús, la aparición de Pedro y el olfato del mismo, sumado a la petición de consejo de su padre al "jefe", ahora se podía explicar como Su Momento, su punto de inflexión. 

A resaltar que una vez terminados los estudios, Jesús fue creciendo en su empresa (antes fue la de su padre), siguiendo principalmente los consejos que su antecesor le había regalado: arriesga, trabaja y sé honesto.

"Forma a los tuyos para que te puedan sustituir".- le repetía también cuando sus ascensos significaban liderar cada vez equipos más talentosos.

Y seguir este consejo la había servido siempre, ascenso a ascenso, desde la época temprana de estudiante e incluso ahora que iba a dirigir esa empresa que le dio la oportunidad. Había entendido lo dañino de trabajar para ser imprescindible respecto a dejar que vuelen, enseñar y ser capaz de progresar en la empresa debido, entre otras cosas, a que tenemos el relevo preparado en la lista que forman nuestros más cercanos colaboradores.



Hoy, me hago esta pregunta al respecto:

¿Cuántos de los nuestros nos pueden sustituir?

Y una duda me persigue a la hora de afrontar cómo dirigir:

"Ser imprescindible o dejar que vuelen"


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