"Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo,
puede considerarse un maestro"
Confucio (551 AC-478 AC)
Filósofo chino
Todo fue bien en la primera reunión con el importador de equipos para estaciones de GNC durante la parte técnica de producto e instalación, que ya tocaba esta semana. Además, la comida resultó muy agradable, ya que todo lo que se cocía durante la misma no hacía otra cosa más que refrendar que al menos, como factor de alta importancia para mí, la raíz de la generación de un buen proyecto común allí estaba.
Siempre lo digo y el tiempo me va afianzando en mi razón, que dos de los valores básicos para que perdure una relación, ya sea profesional o personal, no son otros que exista "buena gente" con buenas intenciones y transparencia total entre ellas, y un fin común (valores y estrategia) que hagan que el camino se ande de una manera más cómoda y productiva viajando juntos, lográndose el efecto sinergia de la unión verdadera.
Pues parecía, que al menos, los valores que indicaba el gestor de la importadora y todo lo que se denotaba de los comentarios del técnico y el responsable de recambios, presentes tanto en la formación como en la comida de trabajo, eran síntomas de los buenos principios que enfocaban a la empresa hacia el buen camino. Flexibilidad, innovación y pequeñas mejoras del equipo con poca rigidez y libertad en temas de desarrollo, eran parte de los ingredientes que habían provocado un crecimiento anual importante y sostenido, a pesar de haber nacido en el 2007, poco antes de sucumbir en la crisis que nos sepultó a muchos...
Mucho tenía que ver el co-fundador y actual director de la empresa, por lo que aprovechando que se sentó a mi lado durante el merecido almuerzo, le pedí que me indicara lo que casi todos los humanos queremos conseguir, sobre todo cuando tenemos la suerte de compartir mantel con aquellos que han logrado colocar a su empresa en una situación de privilegio, en el sentido del no peligro a sucumbir en las fauces del mercado, orientándose a vivir en el purgatorio del empate o en el temido infierno de las pérdidas mortales.
Muy a mi pesar, su respuesta era de esperar: "no existe la magia, amigo Eduardo. Para construir una organización sana se tiene que trabajar en la idea de una manera constante, con un plan bien estudiado y eligiendo un equipo que te mejore como individuo, dándole poder para conseguir generar con su obra excelentes productos y/o servicios.
La receta es terrenal y podría ponerte algunos de los ingredientes básicos, como ejemplo:
Nada de lo que conocemos actualmente se hizo en un día. Por lo tanto, debemos preparar nuestro producto con Paciencia. Si la idea es buena, y ha surgido de un equipo, y más importante, trabajando como tal, tenemos que dejar que el tiempo haga realidad la visión no precipitándonos en desistir del intento a las primeras de cambio. Debemos dejar de lado la ansiedad.
Por otro lado, esta claro que debemos de poner siempre lo mejor de nosotros, teniendo un gran interés por hacer bien las cosas. Pero esto no quiere decir que no tengamos que intentar cosas nuevas, todo lo contrario, ya que lo más importante es no tener miedo a equivocarnos. Debes de saber que no existe mejor enseñanza que la que se obtiene de los propios errores (la experiencia), siempre que se ponga interés."
Esta parte me recordó al método PDCA y a la secuencia de hazlo, equivócate, aprende y vuelve a hacerlo...
Mi contertulio continuó: "También, y de manera especial, sé humilde, escucha y déjate guiar por las personas que ya han cruzado ese puente y que te pueden ayudar. Mira a tu alrededor con los ojos limpios de creencias aprendidas. Acércate, escúchale, pregúntales, deja que te echen una mano, aprende de ellos..."
Precisamente era lo que estaba haciendo ahora mismo con él, durante la comida.
Y remató: "no dejéis durante todo el proceso de ponerle alma a lo que hagáis; sí, esto puede ser un punto de magia difícil de comprar o de copiar, pero sólo cuando somos capaces de añadir a la profesionalidad de nuestros actos una pizca de amor, los resultados pasan de ser bueno a excelentes, haciendo brillar de una manera especial a nuestros productos, a nuestros proyectos y a nuestra gente. Ese brillo es lo que en muchos casos definimos como vivir una "experiencia especial", evidenciando que pueden ofrecerse de la mano de productos/servicios, pero diferenciándose de otros por falta de espíritu en el pack."
El vídeo de la semana: EL APRENDIZ DE ALFARERO
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.
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