"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 10 de noviembre de 2019

A VOTAR UNOS, A NEGOCIAR OTROS



"No podemos negociar con aquéllos que dicen, 
lo que es mío es mío y lo que es tuyo es negociable"


John Fitzgerald Kennedy (1917-1963) 
Político estadounidense.



Esta mañana tocaba salir a dar un buen paseo de dos horas, como todos los domingos; también hemos acompañado a los chicos a su misa, como todos los domingos; pero también tocaba ir a votar a los candidatos para la Presidencia del Gobierno, el Congreso de los Diputados y el Senado, como cada cinco meses...

¿Cada cinco meses? Esa era la broma que más se repetía en el colegio electoral esta mañana, a sabiendas que hay pocas posibilidades de que los que se presentan a presidente del gobierno, en caso de repetirse los resultados que ya obtuvieron en Abril pasado (me refiero a que para obtener mayoría absoluta, deben negociar con uno o varios de los otros partidos), se entiendan.

Y así se explicaba un amigo, mientras nos tomábamos un refresco antes de ir a la comida familiar de los domingos, lo que pensaba sobre la situación que nos tocaba vivir.

Se trata que si tienen que negociar, que tendrán que negociar, deben buscar la "creación de valor", y descubrir cual es la máxima cantidad de intereses que las partes pueden conseguir una vez acordados los términos de una negociación.

Y tienen que intentar conocer lo que queremos nosotros, en profundidad; conocer a las personas que están enfrente negociando y sobre todo, pensar en las personas de a pie que estamos deseando y sobre todo, necesitamos tener un entorno político que favorezca la gestión de los tiempos complejos que se nos avecinan.

Lo básico tiene que ser que entiendan que "sus objetivos" deberían ser "nuestros objetivos". La ciudadanía necesita eliminar la incertidumbre política, ya que bastante tenemos con la incertidumbre que esta época de cambio constante nos regala para tener poco claro con qué reglas jugar esta vida tan poco cierta.

Hemos votado, como decía una madre de la compañera de mi hija, de la banda del pueblo, a la que nos hemos cruzado camino de las cortinillas del aula dónde tocaba ejercer nuestro voto. "Nos vamos del colegio electoral habiendo hecho nuestro trabajo, nuestra parte, ahora les toca a ellos. Más les vale".-  terminaba la señora.

Pero, ¿qué hace que unos negociadores puedan fallar por ellos mismos en una negociación que interesa a un país completo?

En primer lugar, el no estar habituado a negociar y sobre todo, a tener que esforzarse, como requiere un proceso negociador. Recordad que estamos en un mundo que el esfuerzo está sobrevalorado.

Puede ser también, que no se esté muy habituado a trabajar en equipo, por lo que se intente llegar a acuerdos por sí mismos, sin contar con personas en un equipo que nos ayudan a preparar la negociación y además, nos den sus puntos de vista, a veces distintas a las nuestras, que ayudan y mucho a obtener buenos acuerdos.

Ni que decir tiene que la obsesión por ganar, convirtiendo la negociación en una guerra, puede echar al traste un buen acuerdo. Es verdad que el acuerdo final, a veces, puede no dejar totalmente satisfecho a ninguna de las partes, pero el bien común puede salir reforzado tras ese acuerdo, sin vencedores ni vencidos. El famoso desbloqueo por el pueblo y para el pueblo, aunque no salga el torero por la puerta grande; esto es secundario.

La mala gestión del tiempo puede ser otro motivo. A veces se nos olvida que la campana ha sonado y cualquier acuerdo, llega tarde. En nuestro caso, el mundo sigue rodando y el entorno se complica por minutos, por lo que no podemos dormirnos en los laureles y hay que conseguir un acuerdo lo antes posible, chicos...

Y como causa final, y como principal enemigo que puede hacer cometer grandes errores a un negociador, está la prepotencia y la soberbia. Estos valores de una persona con poder de decisión en una negociación es el más destructivo y el enemigo principal para conseguir desbloquear una situación que pide a gritos un acuerdo. Es de libro que encarar una negociación de cualquier tipo, y en especial si una de las partes tiene menos peso o poder que otra, con una actitud de superioridad o de autosuficiencia, puede resultar fatal.


Me repito y me remito a las palabras de la señora saliendo del colegio, tras votar: "nosotros ya hemos hecho nuestro trabajo, nuestra parte; ahora les toca a ellos. Más les vale".

Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.


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