"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 30 de junio de 2024

UNA PERSONA MAGNÉTICA

"Poesía es la unión de dos palabras 

que uno nunca supuso que pudieran juntarse, 

y que forman algo así como un misterio"


Federico García Lorca (1898-1936) 

Poeta y dramaturgo español



Las relaciones personales son clave en este mundo dominado por pantallas e inteligencias artificiales. Ni que decir tiene que aún hoy siguen gestionándose intercambios comerciales mediante generación de decisiones individuales basadas en la confianza, los hábitos y el feeling que se ha generado o se genera entre personas que caen bien y simplemente, conectan.

Un ejemplo era Miguel y precisamente este sábado, en la sobremesa, Julián y yo acabamos hablando sobre él.

Generaba un efecto especial como de pegamento entre las diferentes personalidades de un grupo; era la masilla que unía y hacía que muchas diferencias formaran un todo estable, en no solo un foro, sino en diferentes eventos o circunstancias.

Me preguntaba por qué, y Julián intentó sintetizar algunas claves, según su criterio. Me indicó que Miguel, en primer lugar, era una persona auténtica. Siempre se mostraba como realmente es, transparente tanto en sus fortalezas como en sus debilidades. Y de esta manera era sencillo confiar en alguien como él, genuino, transparente.

Resaltó también su gran generosidad. Había una quedada, allí estaba Miguel para encargarse de preparar, cocinar, comprar... Ni que decir tiene de cuando tocaba echar una mano a alguien. Además lo que le generaba esa atracción era la manera de actuar desinteresada. Le daba la vida, diría yo. Y no cabe duda que esta manera de vivir le causaba reciprocidad; cuanto tocaba ayudarle, nunca se quedaba solo, sino que al contrario, a veces tenía que indicarnos que no hacía falta, que ya lo tenía resuelto con la ayuda de éste o aquél.

Sabía cuándo tocaba y cuándo no, pero diría y en esto coincidimos los dos, de pararnos en la capacidad de Miguel para vivir la vida con un cierto toque de humor. Hacía práctico eso de no tomarse muy en serio a sí mismo. Y transmitía esa fórmula de reírse con los demás, y no de los demás, creando unos lazos instantáneos incluso en esas primeras ocasiones que el no conocer a la otra persona nos hace mantenernos distantes y serios. Él no, sabía romper el hielo y dotar al ambiente de distensión, poniendo como comentábamos humor en su justa medida.

Y ni que decir tiene que era un experto en buscar, encontrar y generar conexiones. Es una máquina de poner en contacto unas personas con otras. Sabe que no siempre se puede ayudar de manera directa, pero que hasta 3 niveles de conexión es loable y ayuda si eres capaz de pensar más allá del yo y del ahora. Presenta, provoca uniones si visiona sinergias, y ayuda a que muchos hagan negocio, incluso cuando a él, de manera directa, no se ve afectado; sabe cuando no toca, por lo que normalmente, conecta, presenta, y desaparece hasta que es nuevamente llamado o puede aportar valor.

Y para terminar, no nos cansamos de referir su innegable e infinita energía. Sabiendo que para vender hace falta energía, para comprar hace falta energía, para generar negocio hace falta energía, en definitiva, para vivir. Pues bien, inspirar no es algo que se genere sin esas pilas cargadas, y esto tampoco le faltaba. Derrocha pasión, entusiasmo, capacidad de conectar, y repitiéndose, Julián remató evaluando una gran potencia en inspirar metas, caminos, propósitos, los cuales debido a todo el magnetismo que genera hacen de Miguel un líder carismático y no solo a primera vista, sino en el medio y largo plazo, cumpliendo el reto de generar equipos sostenibles y duraderos.




Nos despedimos tras un buen rato, no sin antes llamar a Miguel por teléfono, y asegurar que antes de que llegue el periodo vacacional nos podamos ver los tres, como todos los años, para ponernos al día de lo acontecido en la primera mitad del año, y continuar una bonita amistad que ha generado muchas horas de mutuo aprendizaje, y que sirve también para no olvidarnos, ni Julián ni yo, de quién fue la persona que nos presentó; imaginen quién pude ser...

domingo, 23 de junio de 2024

DIRIGIENDO UNA ORQUESTA LLAMADA EMPRESA

 "Lo que hace un collar no son las perlas, sino el hilo"

Camilo Durán Casas. Periodista.



Ricardo es músico, y entiende mucho sobre relaciones en la empresa y otros temas tan importantes como la comunicación interna. Entrega a través de técnicas a grupos que tienen dentro de la organización un fin común y sobre todo ayuda a empresarios y directivos a liderar mediante un acompañamiento basado en cómo el dirige su orquesta. No es de los que quieren transformar el mundo, no, sino de los que hacen cosas para ello.

Navegamos un rato, tras un paseo por Ruidera, por la terminología musical que hay dentro de las empresas. Me habló de la necesidad de la armonía de los objetivos, del ritmo de la organización o de producción, del manejo de los tiempos en todo proyecto, de cómo deben sintonizar y entenderse los diferentes músicos (ay, perdón), los diferentes empleados de la empresa, y mucho más temas que iban saliendo en la paz de un chiringuito al lado de la tranquila y mansa laguna.

Ambos estábamos de acuerdo que la música es sonido organizado, pero una obra bien tocada y una organización bien llevada deben de tener algunos toques más de enlaces preseleccionados, para que no sea robótica, sino que lo inesperado tenga cabida en lo estrictamente formal.

Si se trasciende a lo esperado con normalidad, lo nuevo siempre será muy bien o al menos mejor recibido. Por ello tiende su mano para que nos afirmemos en el proceso de violar las expectativas y nos dejemos cautivar por la creatividad.

Y no, la música no es solo para elegidos, al igual que el talento para la empresa no llega solo en el ADN al nacer. La educación, desde el pasado, tiene culpa de habernos ido robando la creatividad al abrigo del castigo cuando se falla. Y esta tendencia llegó y no es fácil derrocarla en la empresa.

Un amigo de Ricardo, Alfredo, siempre comenta que no piensa en notas cuando está en el escenario, sino en crear una experiencia para su público. Y me decía: "¿qué opinas si la gente en lugar de solo centrarse en solucionar problemas fuera desarrollando una habilidad de crear experiencias para empleados, compañeros o clientes?"


Nada que decir hoy, en un mundo que no nos dan de comer, no nos invitan a un evento, no nos llevan a una tienda a comprar ropa, sino que nos invaden siempre mediante un envoltorio de experiencia, incluso si lo que queremos o necesitamos es la esencia de un buen café tras la comida.

Leonardo, otro director de orquesta conocido de Ricardo, le marcó con un pensamiento. Para este señor, nada existe salvo que se pueda compartir. Y siempre, llevándolo al extremo, le habla de amor y de amar. Ama a los músicos y ama al público para el que toca. Amar a los empleados y a los clientes; suena fuerte. Y de ese sentimiento aflora la generosidad, y la pasión por lo que se hace, con quién se hace y para quién se hace.

Ricardo siguió charlando para que entendiera que el director nunca hace nada, no toca ni una sola nota. Su poder real es empoderar a cada músico para que interprete de 10 su papel, sin apagar al compañero, sin brillar de más cuando no toca para no cegar al que tiene que mirar, ser o estar esta vez por encima porque toca su solo, su parte importante de la obra. Por eso, como directores no solo tenemos que empoderar por teoría, sino preguntarnos cómo podemos dar el poder, en la medida que toque, a cada colaborador en nuestro departamento, en nuestra empresa.

Carlos, que pasaba por allí y se unió a la tertulia, nos indicó a ese respecto que no debíamos obsesionarnos ni avasallar al personal con responsabilidades con las que a veces no se encontraban cómodos o incluso no se sentían preparados. Se trata más bien de permitirles participar cuando tocaba, en el lugar y en el momento adecuado, y hacerles partícipes de la obra no como subordinados sino como iguales.

Se trata, en esencia, de no decir lo que hay que hacer, sino diseñar y crear conjuntamente cada paso, cada etapa del proyecto, dejando a cada empleado una parte del terreno que pueda ser zona para no entremeterse, ni nada ni nadie; su zona privada de actuación.

No es fácil de conseguir, pero decía Ricardo que llega un momento que en lugar de dirigir la obra lo que se percibe  es que el conjunto de empleados son los que te llevan a ti en volandas; no hay individualidades, sino que el equipo se funde un uno contigo.

En lugar de ir hastiados a trabajar, deberíamos tener la sensación parecida a cuando estás con un libro y no puedes dejar de leer y leer. Mediante la fortaleza de un gran propósito, el know-how permite mover los procesos hacia delante, como nadie lo sabe hacer, y lo que es mejor, ni de lejos imitar. Y es el espíritu que hay que encontrar, el alma de la organización que promueva tanto en empleados como en clientes que quieran quedarse en/con la organización. Seguir para siempre leyendo este libro, bebiendo de esta fuente.




Antes de despedirse me indicó que era el tiempo de la búsqueda y el compromiso de un talento que nos ayudara a marcar el compás, el takt time del negocio, ayudara en el reparto de armónicos, procesos más creativos, generosos para con sus iguales, empoderados en la misión de la empresa con una zona privada que les permitiera crear, ser ellos mismos y sentirse parte de un plan mayor para su bien y el del conjunto del negocio.

domingo, 16 de junio de 2024

LEER MÁS PARA LIDERAR MÁS Y MEJOR

"Ante ciertos libros, uno se pregunta: 

¿Quién los leerá? 

Y ante ciertas personas uno se pregunta: 

¿Qué leerán? 

Y al fin, libros y personas se encuentran"


André Gide (1859-1951) 

Escritor francés



Santi me hizo recapacitar sobre la importancia de leer, y no solo libros de Management, que aunque se necesitan no deberían ser lo único.


Y me habló de cómo los de ficción, por ejemplo, harían posible una mejor comprensión del mundo, nos convertirían en seres más empáticos, más imaginativos y permitirían una mejor toma de decisiones. Y es que la ficción ofrece no solo diversión, sino que es algo más serio, ya que nos presenta simulaciones de relaciones sociales, con personajes y circunstancias que nos preparan para afrontar un mundo entre personas cada vez más complejo e incierto.

Porque la vida, otra cosa no, pero es muy compleja. Y necesitamos entrenar las diversas dimensiones de las situaciones y relaciones que la misma nos depara, y cual es el comportamiento de la máquina más complicada que conocemos hasta hoy, que no es otra que el ser humano. Y necesitamos algo más que la mono-visión, como decía Santi. Abrir la mente cuanto toca estar frente a un cliente para negociar, entender lo que quiere, saber si lo que le ofreces es lo que necesita, etc...

Me preguntaba mi hija para qué sirve la literatura. Pues mi amigo me estaba respondiendo: educa y prepara, al igual que el estudio de las humanidades para navegar por un mundo cada vez más necesitado de saber interpretar y filtrar sobreinformación, así como para poder desarrollar un pensamiento innovador y una inteligencia emocional que las materias y los conocimientos técnicos no nos regalan.

El mando intermedio, y el directivo necesitan interactuar constantemente con otras personas en una relación de un total respeto mutuo, debiendo ser capaces de decir algo, proyectarlo y sobre todo, hacerlo. Y el motor de todo depende de la confianza mutua que se genere, teniendo mucho que ver con la ética y las humanidades.


La lectura nos mejora la empatía. Imaginar qué y cómo piensa el personaje "x". Qué haríamos nosotros en la situación de "y". Por qué "z" se siente así cuando le ha pasado algo. Qué harías tú, qué le dirías tú, como te sentirías tú. Interpretar y saber leer la mente de las personas que tienen que ser tus socios de proyecto de vida, tanto en el ámbito laboral como en el ámbito personal, y cómo es posible mejorar con esas simulaciones que resultan de esas lecturas...

Necesitamos ser creativos, y se es creativo aprendiendo a soñar, y ni que decir tiene que la literatura expande nuestra visión sobre lo real, eliminando fronteras de lo formalmente posible, y permitiendo ir más allá de lo que nos imponen las diferentes puertas que nos indican, desde lo correcto,  por dónde no debemos pasar, aunque no el por qué de esa orden.

Leer elimina las puertas del campo, ese campo limitante que provoca una educación basada en reglas y normas a cumplir, casi siempre sin llegar a  entenderlas, pero que si no te ajustas a las mismas te pueden incluso expulsar del juego; y ya no serás parte de la tribu correcta, por lo que serás exiliado y repudiado de lo que se supone que es tu equipo, tu cultura, tu tierra.

Estás leyendo e imaginas el siguiente paso, pero el autor te lleva a otro lado. Eso es la vida, planeas y fallas; fallas, aprendes, vuelves a planear, y vuelves a fallar. Pero el protagonista se levanta, pivota, cambia, y sigue. Eso es lo que debe ser tu vida, en cualquier ámbito.


La lectura mejora la toma de decisiones. Abre la mente, elimina la inmediatez en la toma de decisiones evitando la ambigüedad y la confusión. La urgencia a la que nos empuja la forma de vida actual no nos permite obtener la información de la calidad requerida, ni en tiempo ni en forma. Y acabamos tomando decisiones de peor calidad y menos creativas. En cambio, la lectura nos permite bucear en una manera de pensar diferente, nos aclara que no es necesario vivir siempre a la defensiva y abre la mente, permitiendo que el tiempo, aun siendo importante, no sea el juez para que el veredicto sea rápido, aunque no el justo y necesario.


La lectura permite proyectar y motivar mejor a tu equipo. Aprender a impulsar tus ideas a través de historias es fundamental para generar equipos que remen en la dirección que interesa al proyecto. Los informes y los ensayos están bien. Tienen datos, y explican a su ser causas, rendimientos y acciones a seguir; pero el relato, la historia bien contada hace que la gente piense mejor, su mente funcione y entienda de manera más fluida, y ni que decir tiene es la forma más efectiva de comunicar planes y retos hasta hoy conocida que ha experimentado la raza humana.



Santi terminó hablando sobre el impacto de los clásicos en la formación directiva. Sabía que era difícil, y que requería esfuerzo. Pero tanto la ficción como las humanidades marcaban la diferencia ante dos conocedores de la técnica diríamos que equilibrados en el conocimiento de la materia. Se necesitan herramientas cuantitativas, pero cada vez más capacidad crítica y autoconocimiento. Me remató intentando recuperar a Don Quijote, y me empujó a volver a leer la novela de Cervantes, y me inquirió a reconocer en la misma, mientras la leyera, a ese líder que ve lo que otros no ven, imaginando y siendo el que tiene la visión, a encontrar a ese líder que persevera y vive totalmente comprometido, siempre encontrando la belleza en todo lo que hace, y a reconocer cómo la felicidad está en el camino, en la alegría de recorrer cada capítulo de la vida, con entusiasmo vital y reafirmándose uno mismo en que sus decisiones y acciones merecerán y han merecido la pena.

domingo, 9 de junio de 2024

LOS VALORES Y LOS ACUERDOS COMO BASE DE LA SOSTENIBILIDAD DEL NEGOCIO

"Para crear debes ser consciente de las tradiciones, 

pero para mantener las tradiciones debes de crear algo nuevo"


Carlos Fuentes (1929-2012) 

Periodista y escritor mexicano



Judith me impactó porque cuando te dicen que vas a conocer a una Directora/propietaria de una empresa tan importante piensas en todo menos en la humildad y confianza que brota de cada palabra que cruzas en cualquier momento de la conversación con ella.


Cuenta que su padre, fundador junto a su tío y un vecino, por amistad y una gran dosis de resiliencia basada en una energía llamada ilusión crearon la empresa, en este caso no en una cochera o un patio trasero, sino en una cocina familiar.

La semilla, el germen del que se nace y se nutre la empresa en sus inicios impregnan los valores de la misma, si se es capaz de aguantar los envites duros de un negocio cuando se inicia, crece y si es posible, se escala y reproduce.

Judith habla de compañerismo, ayudar a las personas a alcanzar sus objetivos de vida, y todo resuena a un enfoque de liderazgo humanista, el cual se refleja en el producto, las operaciones y en definitiva una imagen de marca y de empresa que tiene visos de perdurar, si nada se tuerce.

Pasó de fabricar y distribuir solo sus productos a distribuir para lo que desde nuestras cortas luces nosotros definiríamos como "competidores". Además, esos competidores en algunos casos son más fuertes, más grandes, e incluso multinacionales que pudieran parecer los principales tiburones con papeletas para comerse su empresa.

Pero es una visionaria, como lo era su padre, y su éxito fue romper barreras mentales que hoy otras empresas locales no fueron capaces de abordar; y por desgracia, la mayoría de éstas no existen y solo quedan en recuerdos, fábricas cerradas y algún que otro trabajador que cuenta a hijos y a nietos lo buenos que eran en aquél entonces, con el "yo me lo guiso, yo me lo como" o "más vale solo que mal acompañado" o el no por ser el último ejemplo menos cruel "virgencita que me quede como estoy".

Me habló de su filial en Francia, los 27 países a los que exportan, y de nuevo, cifras de facturación y personas que han alcanzado y que para mí solo me hacen sentir un escalofrío de esos que te dejan pensando "cómo serán capaces de dirigir, seguir, mejorar y cuidar tanto, en tantos sitios, y tan bueno".

Su objetivo: seguir haciendo crecer el negocio, seguir construyendo sobre lo anterior, y pasar de un modelo nacional con exportación a una visión global internacional.

Su juventud era una responsabilidad extra para cuando decide el Consejo que dirigiera la empresa. Pero su equipo apoyó y ayudó en todo momento. Y sus propuestas no estaban condicionadas por la famosa mochila llena de prejuicios que genera la experiencia y el pasado. Para Judith, la base es la escucha activa. Y por mucho que estudiemos las presentaciones de Power, en la web, etc... lo que importa es lo que se aprende de los equipos, en el terreno, en la fábrica, en el centro de distribución, en la reunión de mejora continua o en la de resolución de conflictos o reclamaciones...

Me quedo cuando dijo que todo el personal es parte de la generación de un proyecto de éxito y hace bien su trabajo, por lo que hay de aquél que no entienda la importancia de escuchar, y sobre todo, aprender del que hace, y no del que dice.

Hablamos un rato largo de tecnología, volviendo a caer en la importancia de las personas. Digitalizar para competir. Procesamiento de datos. Inversiones en nuevos procesos. Pero siempre, y para mí es un asunto para insistir, el peso de la responsabilidad recae en cómo y quién organiza el equipo humano. Sin personas, las empresas son cuerpos sin alma. Y pueden de manera mecánica funcionar por un tiempo, pero sin energía vital en algún momento se apagarán y morirán.

Volviendo a la decisión de poner sus medios de distribución a disposición de marcas competidoras. Solo me salía: VALIENTE. Me contó que esta parte les regaló estar al día en todas las últimas tendencias en su mercado. Era tener dentro de casa una universidad continua enseñando a sus equipos lo último de lo último. Sin darse cuenta, sus competidores se convirtieron no solo en maestros, sino  también en socios.

Ellos por su parte, a la hora de coopetir, con su estructura familiar pudieron ofrecer mayor agilidad, y siempre aspiraron a dejar un legado positivo; o sea, adoptar un enfoque a más largo plazo forjando relaciones profundas basadas en la confianza entre las personas que forman el equipo, proveedores, clientes y esos socios comerciales o aliados que tanto han hecho, cada uno en su área, para llevar a la empresa donde está hoy posicionada.

Como nos decía, siempre en las reuniones de consejo, Judith pregunta cómo pueden actuar para garantizar el futuro de la empresa dentro de 20, 30 ó más años. Se trata de cómo juntos se puede seguir creando valor sin dejar de ser fieles a sus principios y valores.

Cómo crecer, cuál debe ser la senda, responsabilidad social, sostenibilidad medioambiental; todo está bien, pero no puede nunca olvidarse el aspecto económico, y los resultados exigidos a corto.



Terminó despidiéndose recordando cómo lo que hoy son acuerdos comerciales entre empresas que se hacen más fuertes y más resistentes gracias a unir esfuerzos su padre los llamaba pactos (a veces bastaba un apretón de manos tras una buena comida). Y de eso iba su forma de actuar ahora, de respetar los pactos. Y de no romperlos cuando previamente se había asegurado de que eran buenos y equilibrados para las partes. Su apuesta no era diferente, y el impulso de las relaciones de confianza entre empresas, la innovación y la mejora continua seguirían siendo pilares de su empresa, actual y futura.