"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 28 de febrero de 2021

CONVERSANDO SOBRE CONVERSAR

"Los matrimonios jóvenes no se imaginan lo que deben a la televisión. 

Antiguamente había que conversar con el cónyuge"


Isidoro Loi 

Escritor chileno



Tuve la suerte de disfrutar de un par de horas mientras cuatro amigos conversaban de algo que hoy, en nuestro tiempo, se está perdiendo; el arte de conversar.


Santi presentó a Teresa, Fernando y Antonio. No hizo falta mucho más, ya que cada uno cogió su rol en la charla y deleitó con su manera de transmitir con sus palabras sabiduría, pero sobre todo se leían en sus comentarios grandes puntadas de humildad, de humus, que significa tierra. Me sentí como si estuviera entre ellos, aprendiendo, bebiendo de sus frases con mucho sentido, pero sobre todo, renovando el sentido de la necesidad de una buena charla, dejando en el debe muchas conversaciones que el frenesí de esta vida me había tentado a eliminar.

Recordé tardes de brasero y boniato, tardes heladas de duros inviernos, de las que "pelaban".

Me transporté a esas salas de espera de ambulatorio, cuando te mandaban a por recetas, con ese jaleo que se creaba por las conversaciones dos a dos, cualesquiera que te tocara como pareja de baile. 

Reconocí de nuevo al compañero de bus en ese viaje necesario para pasar aquella semana de agosto con la tía de Valladolid. Aquel compañero de pupitre, daba igual el curso, la asignatura, nunca la conversación perdía cadencia, interés, riqueza en el debate...

La previa requiere conversación, el éxito requiere foco, y éste es trabajo previo. La conversación la tenemos que tener antes, en la preparación. Porque en el momento de la verdad, lo que se debe hacer es actuar. Si dudas y te preguntas en el momento de la verdad, te alejas del triunfo, pierdes el foco. Tenemos que aprender a eliminar el ruido cuando te la juegas en segundos, en el momento de la verdad, repitió Teresa.

Nada que ver con la sociedad con falta de atención de la que hoy formamos parte, la que exige inmediatez en todo lo que se propone, decidiendo siempre empujado, viviendo deprisa sin más, sin pararse a conversar consigo mismo si donde le llevan es donde realmente quiere ir.

Y lo bello, siempre requiere lo contrario a lo inmediato, requiere tiempo. Fijémonos en un árbol, en un buen vino, en un bonito jardín... Tiempo. Esa es la cuestión, dijo Fernando.

A veces, cuando nos falta lo esencial, la imaginación puede ayudarnos a sustituir esa falta. La visión de lo que crearemos e iremos construyendo puede formar parte de lo bonito de esperar, sin necesidad de que nadie nos regale el puzle ya terminado.

También el arte de conversar es la única herramienta que puede generar redes, alianzas. Restamos mucho valor compitiendo, y lo verdaderamente interesante es la sinergia. Se trata de conversar atreviéndose a pedir, a dar, a generar ayuda para a la vez crecer. Antonio no hablaba mucho, pero el silencio era parte de la conversación, y cuando hablaba, calaba en el grupo.

A reseñar que si tenemos algún valor como especie es porque somos un colectivo. Solos somos vulnerables y esto nos lleva de cabeza al tema tecnológico. La tecnología nace para conectarnos y está derivando hacia el aislamiento. Esto debe preocuparnos. Lo digital es adictivo, y si el individuo no madura, el aparato lo puede utilizar. Se cambian los papeles.

Es tiempo de valorar la compañía, el dialogo enriquece la espera, el paseo, la jornada, el evento...

En tiempos de tweets facilones, faltones, populistas, los cuales suelen acabar malamente, necesitamos más que nunca buscar referencias sólidas. Temas que nos motiven, nos enseñen, cimenten nuestros conocimientos y habilidades generando un futuro incierto, pero más estable.

Toca renovar la capacidad para tener conversaciones en los viajes con nuestra familia, con la pareja, con los amigos. Conversaciones de sobremesa. Y no obviar el necesario diálogo interior.

Valorar el tiempo, la formación, el aprendizaje y dejar claro con  uno mismo que perder solo es rendirse, tener miedo de intentarlo. Fracasar es no intentarlo. Intentarlo no es perder.

El dialogo interior es importante con tanta interferencia que no nos permite escucharnos ni a nosotros mismos. Es un tema de fortaleza mental y en menor medida, físico. Visualizar el futuro es una herramienta que allana el camino abrupto, cargado de obstáculos. Hay que echar fuera todo lo que desgasta. El peso debe ser mínimo para afrontar el viaje.

Y así pasamos la tarde, hablando de braseros, ambulatorios y viajes en bus. Valorando el tiempo que es lo único que madura las buenas cosas, enderezando el uso de la tecnología, intentando aprender a conversar con los nuestros, y lo que es más raro, aprendiendo a conversar con nosotros mismos.

Al final, caímos en la cuenta que se posterga lo importante, y cuando no tiene remedio, llega el arrepentimiento de la No Conversación. Esa no conversación con mi esposa, esa no conversación con mi padre, esa no conversación con mi hermana.  Está claro que esto pasa porque nos creemos inmortales, pero no es así, somos caducos y fugaces.




Santi culminó la charla animándonos a conversar con los relojes parados. Sabio consejo que no conviene desdeñar.

domingo, 21 de febrero de 2021

PUEDO PROMETER Y PROMETO

"Pero tengo promesas que cumplir,

y andar mucho camino sin dormir,

y andar mucho camino sin dormir"


Robert Frost (1874-1963) 

Poeta estadounidense.


Era una ganadora nata, pero me encantaba su capacidad de crecer en todo lo que se proponía, impregnando a todo su equipo en esa mentalidad de compromiso que les hace conseguir lo que se les mete en la cabeza. 

Mara siempre me dice que la esencia de la proactividad es la capacidad de comprometerse con uno mismo y con los demás, cumpliendo con la promesa por encima de todo.

Es una actitud de compromiso, pero sobre todo es una capacidad de mantener la promesa.

Primero, me comenta que dedica un rato al día y algo más al terminar la semana laboral, los viernes, para conversar consigo misma. El humano necesita pararse, generar autoconciencia y tomar nota de sus debilidades, sus puntos débiles a mejorar y también, por qué no, diagnosticar para lo que muestra un determinado talento, lo cual permite analizar lo que necesitamos cambiar, eliminar o añadir en nuestras vidas.

Toca una vez realizado ese acto de autoconocimiento, utilizar nuestra imaginación y nuestra voluntad para actuar. Hacer promesas, establecer objetivos y ser fiel al camino que nos marquemos. Esta parte es lo que veo sin fallas en Mara, ya que nunca desfallece ante los compromisos y su visión la lleva a la meta, no solo generando tareas adecuadas sino arrastrando otras cosas positivas que le ocurren en la vida. O eso es lo que se aprecia en lo que vemos los que tenemos la suerte de conocerla.

Lo que sí está claro es que lleva el timón de su vida, y por supuesto, también el de su empresa. No duda en hacer una promesa y mantenerla. No le tiembla el pulso a la hora de establecer metas y ponerse a trabajar duro en alcanzarlas. Tiene claro que el sostenimiento de los compromisos y el trabajo le genera una integridad que hace de ella una persona con mucho autocontrol, y que además le da fuerzas para aceptar nuevos retos, nuevas responsabilidades.

Me decía que su estado de ánimo (tiene días mejores y días peores, como todos los humanos, por cierto) está un escalón por debajo de su honor. "Si me comprometo, me comprometo".- acaba diciendo.

Tengo claro que esa manera de compromiso y el mantenimiento de los mismos es la base del gran desarrollo de los hábitos que llevan a Mara a ser una persona muy efectiva.

Me habló sobre lo que diríamos que es, entre comillas, su método. Y por supuesto me dio permiso para inmortalizarlo en el blog. Os dejo los apuntes.


Autoexamen

Se pregunta, en esas periódicas charlas consigo misma sobre los temas que le conciernen, 

si conoce, 

si es capaz 

y si lo desea. 


Hacer que los conjuntos confluyan

Solo en caso de que haya una intersección entre estos tres elementos puede decirse que el objetivo está dentro de su control. En caso de que solo haya dos, se pone las pilas para mejorar el equilibrio ampliando el conocimiento, mejorando la capacidad o intentando motivarse para que el tema le apasione. 


Crecimiento

Siempre intenta ampliar la superficie de intersección, sabe que es la manera de crecer y poder ampliar su círculo de influencia, generar más en su entorno y conseguir una vida más efectiva, alcanzar mayores metas y conseguir ampliar su felicidad y la de los suyos, tema que no es baladí en estos momentos tan complejos, a veces tan anodinos y tristes, cargados de la imperiosa necesidad de construir caminos de esperanza y que nos generen un futuro mejor.



Gracias Mara por aparecer en mi vida, y gracias por ser maestra con tu forma de trabajar, y de vivir. Hasta siempre, hasta la próxima.

domingo, 14 de febrero de 2021

ES EL MOMENTO DE ECHARME A UN LADO

"En tu lucha contra el resto del mundo 

te aconsejo que te pongas del lado del resto del mundo"


Franz Kafka (1883-1924) 

Escritor checoslovaco


Siempre he disfrutado cuando he podido sentarme y charlar un rato con Jeff. Tengo claro que le han llevado hasta aquí muchas habilidades, pero sobre todo, su obsesión por los datos. Hoy hablamos de industria 4.0, IoT, etc... pero Jeff nos conoció a través de nuestras compras, nuestras devoluciones, nuestras búsquedas en su portal de e-commerce.

Ríe cuando le digo que nos conoce mejor que nuestra pareja o nuestros padres. Sabe que cuando estamos cómodos, los humanos lo contamos todo, todo.

Es el auténtico coco de las tiendas locales y si no fuera poco, el mejor aprovechando la infraestructura de cloud (aquí entra Andy en la historia) hasta el punto de convertirla en su verdadera "vaca lechera", permitiéndose el lujo de probar en el mundo de los smartphone, retirándose sin problemas cuando detecta que no siempre se acierta y es difícil liderar todo lo que se atreve a lanzar, por muy monstruo que se sea.

Andy, su sucesor, queda muy bien posicionado. El camino está abonado y el techo queda lejos pero le da perspectiva, observándose buenas predicciones de precio objetivo de compañía, crecimiento en ingresos y beneficios en ascenso. Mejor imposible...

Nunca le ha preocupado lo que piensan de él los demás; eso lo tengo claro, y su avance me dice que no lleva piedras en la mochila.

Con 57 años, me comenta que hoy está listo para dar un paso al lado. "Necesito tiempo para dedicárselo a otros productos, otros proyectos y otras iniciativas que el ser humano necesita cuando lo tiene todo; al menos en el terreno material".

Ve, por otro lado, a su empresa en su mejor momento, y es por ello que tiene claro que es el momento de la transición. Dejará de ser CEO, pero no PRESIDENTE, regalando una oportunidad para su sucesor y oro puro para los que aprendan de él mientras trabajan, que a la vez pueden formarse del mejor, según aseveran los que lo conocen.

Tres consejos nos deja como diamantes por pulir en nuestras atareadas vidas. Me habla de productividad, de liderazgo y de transparencia.

Para ser productivo, primero dedica un tiempo a sí mismo cada mañana, y si puede, lo comparte con los suyos. Conectando con él mismo a través del deporte, del yoga y de paseos matutinos. Desayunando con sus niños antes de marcharse al cole. Leyendo el periódico, tomando café, haciendo cosas de humanos, sin más...

Afronta el liderazgo teniendo claro que lo importante es el actuar; la toma de decisiones. Diferencia las decisiones sobre temas reversibles que pueden cambiarse con nuestros actos respecto a lo que no se puede cambiar.

Y el líder no puede ser tal si no está obsesionado y enfocado en el futuro. Ahora, por ejemplo, me indica que está trabajando en ideas que no les generará flujo de caja positivo hasta por lo menos el primer trimestre del 2023. "Pero no podemos dejar de pensar en dos/tres años por delante".- termina diciéndome.

Me dejó esta perla.: 

"Y como buen líder, nunca cesaré de "tener mucho la razón", buscando datos en el entorno, e incluso en nuestra organización, porque necesito información que desautorice nuestras creencias. Solo así generaremos disrupción en nuestro sector, en nuestra era."

Transparencia y escucha activa, como tercer consejo. Se encarga de leer cualquier resumen de críticas y errores que cometen, tanto a nivel interno como externo. Humilde, y esto siempre deslumbra por lo difícil de digerir tanto éxito. "No somos perfectos, y no podemos mejorar sin escuchar al que dañamos. Si nos tapamos los oídos, el tsunami nos barrerá de este mundo sin solución".- Nada que añadir, por mi parte.

Según Jeff, las quejas no deben de pasar desapercibidas, sino que requieren un estudio en profundidad, y encontrar la causa raíz. Tras el error, lo que arreglan para un empleado o un cliente, lo arreglan de por vida para la sociedad.

Pero hoy es el momento de echarme a un lado, comentaba tranquilo y saboreando el refresco.

Lo nuevo mejora a lo clásico, está más preparado, aun necesitando el abrigo del jefe. La nube ha sido y es tan importante para su negocio, que Andy llevará a otro nivel su empresa. Pero desde cerca, sin molestar, mi amigo Jeff generará valor de otra forma, dejando hacer apoyando con su mejor, favoreciendo una transición ordenada; no están en crisis, no necesitan revoluciones.




Por último, antes de despedirnos, me dijo sonriendo: "Recuerda, Edu, que dejo el día a día, me alejo de la operativa, pero continúo en lo estratégico, cerca de todos, marcando el camino."

domingo, 7 de febrero de 2021

LOS TRES PROBLEMAS TIPO DE PEDRO

 "No podemos resolver problemas 

pensando de la misma manera 

que cuando los creamos"


Albert Einstein (1879-1955) 

Científico alemán nacionalizado estadounidense



Pedro parecía siempre que lo tenía todo muy controlado. Era la característica que más me impactaba; poco estrés se denotaba en su forma de trabajar y mucho, pero que mucho temple en sus tareas cotidianas.

Daba gusto trabajar con él, cuando tocaba generar proyectos conjuntos entre nuestras empresas, ya que calma y buen hacer podían definir la buena armonía que generaba su forma de dirigir cada reto. Y no es que faltaran los problemas, que haberlos haylos, pero este director es un crack gestionando los hábitos propios y de su gente dentro de su círculo de influencia, muy bueno a la hora de poner en escena sus métodos de influencia y portentoso cuando le toca afrontar las adversidades que no controla.

Le pregunté por su táctica ante los problemas, que como digo, le surgen a él y a cualquier mortal que le toque lidiar en este mundo cargado de incertidumbre y que trabaje con personas, a lo que no dudó en contestar y explicarme qué pensaba de los mismos y cómo había aprendido a gestionarlos.

Para empezar, los dividía en tres tipos para decidir como gestionar el problema que le llegaba: problema de control directo, de control indirecto y sin control posible.

El problema que caía en el área de control directo, el cual involucra a nuestra propia conducta, lo resolvía trabajando sobre sus hábitos, solo, con él mismo y buscando la solución en un cambio interior mediante técnicas como la proactividad, sabiendo cómo trabajar el orden y la verdadera magnitud del problema, delegando, y dirimiendo si los cambios y las soluciones le acercaban a su meta, ese target personal y de equipo que  tan bien visualizaba.

Para explicarme como decidía encarar los problemas que caían en el área de control indirecto, los que dependían de la conducta de terceras personas, me indicó que una vez detectados que no estaban en el saco del control directo, no tenía más remedio que cambiar a otras personas; ardua tarea, como puedes comprender, amigo...

En este caso, había aprendido a cambiar y perfeccionar ya no sus propios hábitos, sino sus métodos de influencia en los otros. Empatía, persuasión, gestión del fracaso, encare del error, capacidad de liderar los retos, etc...

Me llegó a contar que había llegado a aprender casi treinta métodos para influir en sus equipos, jefes, colegas e incluso competidores y proveedores, lo que le hacía muy diferente a la mayoría de los humanos que solo cuentan en su repertorio, de inicio, con el razonamiento, y en caso de que el resultado del mismo no sea el apetecible, la lucha o el distanciamiento.

Pocas habilidades para un mundo tan cargado de interacción y falto de certeza, y no menos necesidades de "soft skill", como dicen los modernos.

A mí, por lo menos, se me abrió un mundo de posibilidades cuando detecté que no todo se reducía al ineficiente "ordeno y mando", o "¡firmes!", clásicos donde los haya, sino que era posible aprender y utilizar un mayor repertorio de métodos de influir para la resolución de problemas y generación de proyectos en los que necesitas a tu equipo para que realmente  se hagan realidad, y no solo quedarse en un papel visionario, lo que los dejaría como un vago y simple sueño.

Quedaba el tercer tipo de problemas, los que están fuera de control, los que no podemos hacer nada, vaya; y tengo que decir que estaba algo intrigado en cómo resolvía Pedro este tipo, ya que desde mi punto de vista, pocas herramientas a priori se me ocurrían de mi lado.

Pero nuestro experto en resolución de problemas lo tenía claro. En este caso en lugar de cambiar hábitos, propios o ajenos, se trataba de cambiar actitudes. Sí, asumir la responsabilidad de cambiar nuestras actitudes ante lo adverso y fuera de los límites de lo controlable. Generar esas sonrisas que cumplen con el famoso: "al mal tiempo buena cara", aceptar realmente y de manera amigable la situación y aprender a vivir con algunas reglas, restricciones inamovibles, al menos en el corto.

"Queda claro que no les ganamos, ni eliminamos, pero al menos no permitimos que estos problemas tengan el poder de controlarnos a nosotros".- me decía con una sonrisa que muchas veces la había visto en su rostro, incluso en sus peores días.

Como colofón, ante los problemas que te llegan y te llegarán, no actúes por impulso, sin pensar, sino que primero etiqueta el marrón en uno de los tres tipos que nos ha enseñado Pedro. Una vez sepas si son de control directo, indirecto o sin posibilidad de control, trabaja en tus hábitos, los de tu ecosistema o simplemente, sonríe.