"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 31 de marzo de 2024

PIENSA RÁPIDO O DESPACIO, PERO PIENSA

"La gente tiende a evaluar la importancia relativa de ciertos asuntos 

según la facilidad con que son traídos a la memoria, 

y esto viene, en gran medida, determinado por el grado de cobertura 

que encuentran en los medios"


Daniel Kahneman (1934-2024)

Psicólogo israelí-estadounidense




Cuando me enteré que Daniel nos había dejado, pensé en los ratos que tuvimos la suerte de departir juntos. No fueron fáciles conversaciones, pero aprendí mucho las ocasiones que me acerqué a sus charlas. Tengo que reconocer que evitaba pasar largos ratos con él. Era difícil y tedioso todo lo que enseñaba el maestro.


No es un reto pequeño el de entender cómo funciona nuestra mente, pero Daniel fue capaz de explicarnos como la misma usa dos sistema cognitivos distintos, dependiendo de la necesidad. Tenías razón, Daniel, l
a verdad es que tendemos a complicar lo simple, según nuestra aversión a la pérdida así será nuestra estimación del valor y del riesgo. Y por último, los dos sistemas evaluarán tus experiencias de vida de una manera muy diferente, siempre comentabas; y esto es cierto, sin duda.

El sistema 1, el procesamiento mental, es el que lee emociones y trabaja en automático. El sistema 2, el esfuerzo consciente, en cambio hace cálculos complicados y trabaja cuando necesitamos concentrarnos en detalles específicos. Además, el primero es muy rápido y el segundo más lento. Pues bien, dependiendo del esfuerzo que se necesite para atender algo se utilizará uno y otro.

Simple, vinculado a una causa efecto directa, anclado a un tópico o a información reciente: allí encontramos al sistema 1.

Ampliando los errores, encontrando razones para seguir creyendo en respuestas y soluciones nuevas a la par que se amplia información: aquí tenemos al sistema 2.


Avanzando en el poder de la mente, a base de conversar con Daniel, aprendí que de manera natural nos solemos concentrar en el mensaje, y no en su relevancia, y aprovechamos para moldear nuestros miedos y planes de futuro vía los ejemplos vividos. O sea, como tendencia nos centramos más en pocos eventos que nos marcaron y ocurrieron en el pasado en contra de muchos que nunca nos sucedieron.

Vamos, que distorsionamos la realidad por lo vivido combinado con la nueva información que nos llega. Y además, todo esto influye en que somos excesivamente optimistas y nos solemos sobrevalorar. Gracias a todo esto que me iba enseñando, me decía, la economía iba creciendo, debido a emprendedores, inventores, profesionales y empresarios con tendencia a iniciar nuevos retos y negocios a pesar que la probabilidad de éxito juegan siempre en su contra.

Un día me relató cómo no siempre los expertos eran buenos consejeros. La especialización depende de la habilidad de un individuo, el feedback y la práctica. Pero cuando el desafío es de alta variabilidad, y la suerte determina el éxito, entonces, poco pueden hacer o aconsejar los que Daniel llamaba expertos o especialistas. Nada pueden hacer o decir donde la laguna entre acción y feedback es inmensa.

Otra vez me comentaba sobre el efecto donación, y cómo cuando algo nos pertenece, aunque sea solo un poco tiempo, tendemos a sobreestimar el valor de esos bienes respecto de los que no poseemos.

Al final me quedo con que tenemos una sola mente, pero dos "yo". Y estos dos "yo" se dividen dependiendo de la calidad de nuestras experiencias. Una parte es la que vive la vida, la rutina, lo sencillo. La otra es la que evalúa las experiencias, la que extrae lecciones, la que toma decisiones sobre el futuro. 

En definitiva no podemos cambiar lo que nos ocurre, pero sí el foco y en qué consumimos el tiempo. Y precisamente ese foco va moldeando tus evaluaciones mientras vives, y por cierto, me decía, nada es tan importante en la vida como pensamos.



Aprovechando una última vez que nos vimos antes que nos dejara Daniel, aunque siempre quedará su obra y sus libros, le pregunté por cómo podría poner en práctica sus lecciones y me dijo lo siguiente: 

- En primer lugar intenta repetirte los mensajes que deseas incorporar a tu día a día.

- Intenta no influenciarte por el sensacionalismo mediático. Y recuerda que no hay más razón porque te lo digan más veces o porque sea lo último que escuchaste.

- Para terminar, y en la búsqueda de una vida tranquila y exitosa, busca siempre mantenerte positivo y de buen humor. De esta manera te volverás más intuitivo, además de creativo.

sábado, 23 de marzo de 2024

BATALLA ENTRE TÚ Y EL EGO

"El tabique que separa la sana autoconfianza 

de la insana arrogancia es realmente fino"


Haruki Murakami (1949-?) 

Escritor y traductor japonés


Últimamente sentía que el equipo estaba necesitado de dar buena imagen al exterior, carecía de humildad y a menudo caía en el puro ejercicio de la soberbia.

Vivir apegado en exceso a nuestros pensamientos, a nuestras necesidades, nos sitúa de manera fantasiosa por encima de los demás. Es verdaderamente una distorsión de la realidad que el ego domina y por supuesto, el hecho de conocerse a si mismo se complica por momentos.

Recordé una frase que me había perseguido desde aquel día en el que un compañero me comentó al respecto: "El ego necesita creerse superior para disimular su verdadero sentimiento de inferioridad".

Antes de citarles, repasé al equipo y vi personas dominadas por el ego, engañadas, que se creían superiores al no ver la realidad. Es como si tuvieran una máscara que necesita constantemente la aprobación de los demás, porque en el fondo lo que hay es temor. Es como que han ido tejiendo un personaje, alejándose de la sencillez y complicando sus vidas, con una falsa autoestima proyectada para que nadie descubra la inseguridad que realmente habita en su interior.

La iniciativa es nula cuando el ego arraiga, por lo que el terreno conocido y seguro será el hábito de vida, donde es aceptado, donde el piropo falso e interesado reverbera en los oídos del ególatra.

Al contrario, la persona con una autoestima verdadera no tendrá nunca miedo a explorar lo desconocido, independientemente de la no aprobación del ajeno, aceptando otras voces, otras ideas, pero sin molestarse en absoluto por lo que dirán o lo que no salga a la primera. Aprovechará para aprender, sin duda, sin rasguño aparente ni daño en lo que a su valía se refiere.

Pero el ego pide alimentación constante. Y si no, la persona se sentirá tímida, con rabia, con pena o incluso miedo. Se demuestra que es una falsa seguridad, como una coraza engañosa. El tema es que la identidad de uno mismo, en ese caso, depende de lo que los demás piensen de él.


Preparé la reunión con todos en una sala adecuada al número de asistentes; y no fallaron a la cita. Sabían que era importante para todos. Hacía tiempo que no les había citado con tanto tiempo y mediante esa carta personal que mandó el mensaje correcto y claro sobre la trascendencia de la reunión nadie falló.


Y allí estaban todos, juntos, preparados para iniciar la reunión:

- El jinete, copiando ideas ajenas para su propio beneficio. 

- El prestigioso, siempre buscando aplausos, reconocimiento en todo lo que dice o hace.

- El interruptor, nunca dejando hablar al resto, interrumpiendo sin respeto y sin empatía hacia el equipo.

- El envidioso, nada tolerante con los éxitos de las otras personas de la organización. Para él, la regla básica es la teoría de la escasez, la tarta discreta; trozo que se comen, trozo que no es para mí.

- El silencioso, callado, como muy atento y comprensivo, pero crítico e hipócrita. Trabajando de manera desleal y juzgando siempre a las espaldas, haciéndose pasar por amigo. Muy peligroso, por cierto, porque no lo ves venir nunca.

- El insaciable, tomando a toda costa siempre el control, procurando siempre ser el centro de atención.

- El sabelotodo, siempre teniendo la razón, dando consejos o explicaciones incluso en temas que no controla o no le han pedido ni siquiera su opinión.

- El sordo, hablando y hablando sin parar, sin escuchar. 

- El manipulador, apelando al engaño para conseguir beneficios y arrimando el ascua a su sardina.

- Y por último, pero no por ello menos importante, sino todo lo contrario, el orgulloso, manifestando su alta competitividad y nula aceptación de las derrotas, soberbio y bien alejado de la humildad, la solidaridad y el compañerismo.


El ruido del puente grúa pasando por la venta del despacho me sacó del pensamiento profundo, de repente. Estaba solo en mi despacho. En realidad, los diez compañeros en los que se representaba ese maligno ego estaban en mí. Sabía que convivían conmigo porque por miedo al fracaso no arriesgaba, y siempre quedaba "seguro" dentro de la zona de confort. A veces me veía a mí mismo diciendo cosas positivas sobre mí sin realmente creerlo, buscando la aprobación del prójimo e intentando atraer la atención del resto. Y sobre todo, excesivamente pendiente de la impresión que causo o pueden causar mis acciones y/o decisiones a los demás.



Me comprometí a cambiar. Debería poner el foco en el interior y no en el exterior. No debía pretender ser más, pero tampoco menos. Eliminar culpas, exigencias desorbitadas, perfeccionismo o la necesidad de siempre tener razón construyendo un camino también para la descarga de ese pesado ego. Disfrutar de las pequeñas cosas, apreciando la vida como bella y como el auténtico regalo, y practicaría la gratitud. Reconocer lo que otras personas han hecho por mi, y agradecer por lo que ya se tiene y no estar siempre disgustado y atareado por conseguir lo que falta. 

Y escuchar. Escuchar para abrirse a la experiencia del otro acallando al yo. Y pensar en modo "nosotros". Y forzaría el darse cuenta que el ser es sencillamente complejo, diferente y contradictoriamente similar, necesitándonos siempre los unos a los otros, evidenciando que el equipo siempre supera al individuo. 

Volví a casa pensativo, en paz, escuchando la esencia interior, de donde brota una buena persona que merece la pena, bloqueando al ego que todo lo nubla y saca lo peor de mí mismo.

domingo, 17 de marzo de 2024

LIDERANDO EN VALORES

"Sólo se ve bien con el corazón; 

lo esencial es invisible para los ojos"


Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944) 

Escritor francés



Conocí a Mario gracias a que M. Ángeles nos invitó al congreso que esta vez, en lugar de educar en valores a jóvenes de ESO, versaba sobre liderar en valores a menos jóvenes del mundo empresarial.


La música en canciones de dos grandes amigos de C. de Criptana y Córdoba, los 6 líderes locales que formaron la mesa de expertos y Anxo, brillante como la última vez que tuve la suerte de asistir a un evento en el que nos deleitó con su historia y sus consejos vitales para aspirar a una vida de éxito fueron la antesala a la traca final: y allí estaba Mario.

Sucedieron una serie de historias, consejos, refranes e ideas bien colocadas que, sin tocar lo tangible, sino desde lo sutil, se cerró una conversación en la que como el chirimiri, todo bueno y de calidad fue calando y seguro que la mayoría irá saliendo a flote porque semilla, y agua, haberla hayla.

Nos hizo entender que era imposible mirando igual que siempre, encontrar algo distinto, diferente, nuevo. 

Liderar con el corazón significa dejar de solo hacerlo con la cabeza...

Y trato de convencernos que la comunicación es vital. El lenguaje no solo describe, sino que crea una realidad. Genera sabiduría y acaba introduciéndose en la mente de las personas como marcado en fuego, y si entra por el corazón el tema será potente y duradero.

Recapacitamos sobre lo que significa cruzar el umbral. Nos instó a entender que el umbral a traspasar no es otro que el egocentrismo, porque vivimos atrapados en el tener, y se nos olvida el ser. Y para liderar desde el corazón hay que reconocer primero que los problemas de este mundo (en la familia, en los amigos, en la empresa, entre países, etc...) siempre tienen como epicentro la lucha de egos. Y no olviden que todos pierden.

Cuando existe ego siempre dirige el principio de escasez. Si tú comes más, a mi me queda menos. Pero en el mundo del ser, en lugar de un pastel a repartir lo que hay es una cocina, una receta, unos ingredientes y la posibilidad de hacer entre todos cientos y cientos de pasteles. ¡Qué diferencia!.- pensé mientras me lo contaba.

Cuidado con las ideas, hay que tener criterio, porque no todas valen, pero repetidas una y otra vez se convierten en creencias. Y liderar es ser capaz de transcender a las creencias limitantes. Sabiendo que somos distintos, pero no distantes, sin ego no será posible simplemente eso, no sentirnos distantes; y entonces, operará en nosotros el ser.

La carretera de la vida no está exenta de baches, y no desaparecen por más preparación o menos, pero si se trabaja/lidera sin ego, mediante lo sutil, lo que harás será soportar mejor los golpes de la misma gracias a disponer de una mejor suspensión (valga como ejemplo lo de los coches con mejor y peor suspensión, la carretera, etc...).

Me contó que de pequeño le impactaba, en los circos, cómo el elefante se elevaba en la pequeña banqueta y no se rompía nada. Ahora sabe que todo era fruto de la ilusión, la confianza y la serenidad del elefante con su domador.

Qué diferente el trato a alguien que se nos cruza en la empresa ilusionado. Lo tachamos de loco, inconsciente, y solo nos sale un: "este tío no se ha enterado la que está cayendo y lo que está por llegar".

Volvió al liderazgo, y al corazón. Lo tenía claro; el liderazgo no va de hablar sino de demostrar. Si quieres que las personas avancen se se trata de simplemente lanzar un speech, y sí de mostrar lo que se quiere, haciendo. Y acordándose de Anxo y una de sus frases ladrillo que había soltado con anterioridad recordó lo de "esto no va de culpar fuera, sino de revisar dentro".

Mario remató el tema de lo de la ilusión indicando no son muchas las oportunidades, gritando un ¡vivan los tontos ilusionados! y resaltando que nadie puede liderar si no es desde la ilusión. Y remató: "¿os imagináis un astronauta yendo hacia la luna diciendo no sé si llegaremos?

La belleza de la música, gracias a los silencios y no a las notas, los dedos, el instrumento...

El silencio apaga el ego. Deja sitio para la luz, el amor, la paz. Estamos obsesionados por llenar el cerebro con conocimiento, pero el fuego no prende con datos, sino con ilusión, motivación, anhelo; y el motor es el corazón, el alma.

Por el contrario, liderar de manera autocrática, mediante el miedo, la ira, la frustración y la desesperanza paralizará el cerebro operativo de tu cuerpo, de tu empresa, de tu país. Esto elimina la creatividad y seguro que lo mejor de una persona o un profesional nunca puede salir del miedo.

Siempre opta por los estados de ánimo positivos que está demostrado aumentan la población neuronal. Y atentos al tema del propósito.

Me deleitó con la historia del famoso cardiólogo Denton Cooley. Y no por todo lo que este señor hizo y era capaz de hacer en su quirófano, en su clínica, y el conocimiento que brindó a la sociedad en general, sino como fue capaz de generar en todas las personas que lideraba ese abrazo al propósito de su empresa.

Cuando ese amigo preguntó al limpiador, extrañado por la amistad que le unía a Cooley a pesar de la diferencia de posición en la jerarquía de la empresa, que a qué se dedicaba recibió una respuesta que explicaba la capacidad de liderazgo del cardiólogo: "somos amigos porque juntos, el doctor y yo, nos dedicamos a salvar vidas".

"Qué barbaridad".-, pensé, "qué diferente manera de pensar entre un limpiador genérico y otro que trabaje conociendo que gracias a que todo esté limpio está participando en el propósito de salvar vidas junto al resto del equipo."

Y cuánto hay de verdad hay en la frase que reza: no es lo que haces, sino cómo haces eso que haces.

Mario había usado a El Principito, a Coelho, y ahora se paró en Lao-Tse que decía: "si estás deprimido es que vives en el pasado, si estás angustiado es que vives en el futuro, y si estás en paz es porque verdaderamente estas viviendo en el presente".

Y para liderar en paz, viviendo el presente se debe vivir dando importancia al silencio. En el silencio se apaga el ego. En el silencio emerge el ser. Y para eso hay que escuchar de verdad, como los niños que tienen siempre el cerebro ejecutivo activado, siendo esponjas de conocimiento, y no como el adulto que deja la responsabilidad en manos de la red neuronal por defecto; y no aprende, está ausente, viviendo en modo automático, en medio del ruido.



Volvió a Coelho y dijo otra máxima de como liderar desde el corazón: "quiéreme cuando menos lo merezco, porque es cuando más lo necesito".


Me quedo con estas palabras del maestro Mario:


"Los cambios no llegan de manera automática. 

Imposible dice el orgullo, 

es arriesgado te dirá la experiencia, 

no tiene sentido te dijo la razón, 

todos no tienen ni idea de quién eres 

porque el único que te conoce es el corazón".

domingo, 10 de marzo de 2024

DETECTANDO Y GANANDO LA PARTIDA AL BURNOUT

"Aburrirse en el momento adecuado es signo de inteligencia"


Clifton Paul Fadiman (1904-1999) 

Escritor, editor y crítico estadounidense




Como cada noche, dejé que las lagrimas limpiaran el surco sucio, árido, seco y doloroso que el día había dejado en una mente que no paraba de centrifugar ideas, problemas, relaciones y voluntades dispares que en diferentes ámbitos necesitaban de alinearse en cierta medida para que el mundo avanzara. "En la dirección que yo quería".- acabé pensando una vez el torrente de las emociones había vuelto al reseteo diario, tan necesario para iniciar el proceso de descanso que amanecería en un nuevo día cargado de retos; la jornada siguiente.


Recordé con cariño a dos personas cercanas, una en el ámbito laboral y otra en el familiar, e intenté acercarme a lo que podían haber pasado, o estar pasando, debido a sufrir el todavía tan incomprendido síndrome del burnout.

Todo lo había revuelto la charla larga y productiva con Cris. Su experiencia y cómo lo contaba serviría y debería servir para que mucha gente fuera capaz de prevenir este mal que aunque algo invisible, nos rodea y en cierto modo nos amenaza a todos. Hablamos largo y tendido de salud mental.

¿Es posible mejorar la relación con nuestro entorno si no estamos bien con nosotros mismos?

Es cierto, solo hablamos y colgamos en red nuestros éxitos, pero Cris me preguntó qué pensaba sobre el tema del peaje emocional que pagamos en las etapas sombrías, oscuras. A ella le pilló de una manera inesperada. Se creía una superwoman, que venía de serie como una persona multitarea, que podía llegar a todo; pero pagó un peaje, tanto en la salud física como en la mental. Y no lo vio venir. 

Aun siendo entusiasta y sintiéndose en plena forma llegó una crisis aguda tras llenar su agenda a tope. Y define su momento de caída como en plenitud vital, contenta con ella y su entorno, cumpliendo sueños, viviendo bien y cómo quería. O eso creía...

El empoderamiento le empujaba a remangarse, solucionarlo todo. "Yo puedo".- siempre se decía. Detectas algo y piensas que es tu responsabilidad arreglarlo. "Si tienes un cáncer, tienes claro que necesitas especialistas médicos que te ayuden, pero ¿si tienes un problema de ansiedad que te está llevando por la calle de la amargura?".- me preguntaba.

Me explicó que no se entiende que le puedes decir a la mente que pare. Y además no sueles conocer a nadie que habiendo sufrido crisis de esa manera te lo haya contado para que lo reconozcas tú. Me dijo que no sientes que des el perfil para caer y sufrir ansiedad. No veía señales.

Me contaba que todos asumimos vivir deprisa, vivir en modo estrés,  creemos que es normal. "Ya descansaré y pararé luego. Y el cuerpo te para de verdad".- apostilló Cris.

Me indicó lo importante de compartir. Pero no la parte editada y sesgada que proyectamos en nuestras redes. Nada real. Nada de compartir solo lo bueno. Parar, me contaba, ese verbo tan poco usado en un mundo que nos han  vendido como frenético, el que hay que exprimir cada segundo, cada fotograma, siempre haciendo cosas. 

Recordé lo que les decía a mi hija y sobrina hace unos días. Por favor, dejar de hacer para ser... porque no somos "haceres humanos" sino "seres humanos".


La clave: desconectar para volver a conectar. Poner y conocer nuestros límites. Aprender a renunciar para vivir con serenidad. No vale todo. Debemos aprovechar el momento, sabiendo que el cementerio está lleno de superhéroes, que no venimos de serie como multitareas infinitas y podemos menos de lo que creemos.

Hemos normalizado vivir deprisa, con estrés. Y cuando no llegamos en lugar de pausar, buscar la tranquilidad, la serenidad y la pausa nos atiborramos a vitaminas (cuando no nos metemos drogas en forma de medicamentos para seguir cavando hacia dentro).

Se necesita reaprender. La tecnología nos ha ayudado muchísimo. Pero la inmediatez no es compromiso, ni triunfar es implicarse hasta perder la salud.

Me instó a profundizar en el arte de la asertividad. Controlar el número de cosas a decir sí. Cuesta decir NO, pero hay que renunciar incluso a temas que apetecen, porque a veces no es el momento.

Y Cris me dejó unas herramientas que le sirvieron para mejorar su calidad de vida y la gestión de su tiempo. 

Dejó de tenerlo todo digitalizado y comenzó a ESCRIBIR listas a mano que cambiaba, tachaba, y le hacían recapacitar sobre si debía afrontar las tareas o no. Qué se comprometía y qué no; si era el momento, si podía sin eliminar otros temas que también eras vitales para ella. Familia, amigos, deporte, y dedicación al aburrimiento (tarea que descubrió no tan improductiva, sino reconstituyente si cabe, tal como la había conocido en el pasado) pasaron a formar parte de su agenda.

Comenzó a delegar, pero delegar de verdad. Y a hacer equipo. Dejó de hacer todo. Y esto pasó por aprender de verdad de la buena a CONFIAR. Pasó del "solo tú puedes hacerlo perfecto y cómo quieres" al "hecho por el equipo, mejor que perfecto mientras me dejo la vida".

Y aprendió a DESCANSAR y a no hacer nada. No pasó nada. Se vio por primera vez en años tumbada, escuchando música, escuchando un río, pájaros y el viento moviendo hojas de árboles que no conocía, pero le donaban paz. No hacer nada era parte del entrenamiento, lo que llaman los deportistas el entrenamiento invisible. Porque el descanso es parte del entrenamiento. Y para ella la atención plena era estar en lo detalles del día a día. Y logró ir y vivir sin prisa.

Me indicó que aprendió a DISFRUTAR del proceso. Ponerse la comida en un plato en bonito. Darse crema con mimo. Entrenar gestionando las expectativas; si tenía ganas, perfecto, y si no, pues a entrenar sin ganas. Trató su vida gestionando y disfrutando de pequeñas victorias del día a día.



Para Cris la gestión emocional y la desconexión va más allá de quitarse el Instagram. Se trata de eliminar el centrifugado que nos atropella en la cabeza. Desconectar de los pensamientos intrusivos, recurrentes, malignos...

Comprender las emociones que no siempre nos llevan a la perfecta felicidad. Permitirnos estar tristes, permitirnos no estar arriba, porque no es posible un 100% de felicidad; y apoyarse en los demás, hablarlo con el entorno, normalizar la situación como primer paso para avanzar, y siempre firmes, sin miedo. No quitarte el ejercicio físico diario. Comer sin prisa. Todo forma parte del autocuidado. 

Si detectas que poco a poco no te apetece nada, estás apático, con ganas de llorar, te alta energía, duermes mal y te muestras irascible. Pues lo mismo toca pararse, reevaluar, pensar si vives el tipo de vida que quieres vivir, y sobre todo, toca pedir ayuda.

Y no olvidar siempre y lo antes posible contar con los nuestros y con los profesionales es vital para resetear y volver a vivir dejando atrás un viaje que toca cambiar de rumbo.

domingo, 3 de marzo de 2024

ABRIENDO VENTANAS DE LA MENTE EN CUANTO A POLÍTICA DE EMPRESA

"No es tarea fácil dirigir a hombres; 

empujarlos, en cambio, es muy sencillo"


Rabindranath Tagore (1861-1941) 

Filósofo y escritor indio


Nuevamente tuve la oportunidad de retomar mis conversaciones con LuisMa a través de su libro. Para mí, dejó huella; y siempre estaré agradecido a todas las ventanas que abrió en la habitación de mi mente, porque aunque siempre dispuesta a descubrir nuevos caminos, en lo referente al tema de Política de Empresa, sus clases me introdujeron en una ruta que a pesar de intuirla no sabía nada, o casi nada.


Me recordó que la misión debe enunciarse de manera operativa. Solo de esta manera permitirá a la organización la realización puntual y sobre todo, la continuidad en el tiempo. 
Lo institucional es lo estable, pero se necesita plasmar el día a día en el crecimiento de todos y cada uno de los actores que conforman la obra.

Me habló del titular, de los propietarios, del político, de los miembros del consejo, de los directivos, de los técnicos, de los operarios y terminó con los usuarios.

Cada uno en su rol, tendiendo a la autorrealización, en libertad, eligiendo los fines secundarios y los medios para alcanzarlos. Dejó algunos de ellos para una segunda sesión, pero me habló de las características específicas del titular, de los propietarios y del político.

En cuanto al titular, lo definió, con independencia de ser propietario o no, trabajar en la organización o no, como el que tiene la última palabra en qué se va a hacer, por qué, cómo y quién será el responsable último respecto al fin y la misión. Me lo resumió como "Guardián de la misión de la empresa". Este requiere saber cuándo intervenir o mantenerse al margen; "un gran don de la oportunidad, como faceta fundamental de la prudencia clásica".- relató en voz alta mientras lo subrayaba en la pizarra de la derecha. Y a igual peso, se le exige magnanimidad para hacer frente a las difíciles situaciones que exigirán su acción/consejo/decisión.

Trató de los propietarios como los que tienen las cosas, los sitios, en definitiva los derechos. Como tales deben tener un conocimiento preciso de qué se compra, qué se transforma y qué se vende en su empresa. Por tanto, requiere su atención específicamente la satisfacción de necesidades reales, qué se compra y qué se vende, y de alta importancia para su crecimiento una alta dosis de autocontrol y templanza: solo se es propietario de una parte de lo material, con fronteras difusas entre lo que es de ellos y lo que otros pueden entender como suyo.

Y paramos para dar por terminada la primera velada en la figura del político, o persona de vértice, como LuisMa también lo llamó.

Me indicó que se trataba de una persona digna de confianza, responsable con mayor poder en la empresa, al margen del cargo que oficialmente ostente. Entiende que se ocupa de algo con vital importancia como de construir el sistema de causas de las que se derivan los efectos; es la brújula que marca la dirección, y sus herramientas son los procedimientos políticos o de gobierno. Elige el modelo conceptual del negocio, encargándose de traducir los deseos y condiciones marcadas por la titularidad y los propietarios.

Le toca decidir cómo se debe aplicar la misión, los objetivos y las políticas más globales supervisando de qué manera lo traducen los directivos mientras ejercen e implementan la comentada misión,  cada uno en su papel, de un guion común establecido. Desde el Consejo de Administración hasta el empleado de más bajo rango jerárquico deben subordinarse libremente a su autoridad. 

Remarcable como notas distintivas del buen político de empresa me dejó tres:

- Ser digno de la confianza en él depositada.

- Tener autoridad política. Sobre él recae la mayor responsabilidad del gobierno político y

- Fortaleza. Sobre todo, fortaleza.





Continuamos despachando de todo lo divino y de lo humano, dejando el resto de participantes para otra ocasión, que seguro merecería de nuevo la pena.

En todo caso, y como nota general, cualquier función en la empresa, y me atrevería decir en la vida, requiere del ejercicio y su mejora; pasar de la deliberación a la actividad una y otra vez.