"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

sábado, 24 de diciembre de 2016

CUENTO DE NAVIDAD 2016

"La Navidad agita una varita mágica sobre el mundo, 
y por eso, todo es más suave y más hermoso"

Norman Vincent Peale (1898-1993) 
Predicador cristiano y escritor



A Juan no le había ido muy bien durante el año que estaba terminando. Al menos, eso creía él. Le habían eliminado las horas extras desde Marzo hasta Octubre, y aunque había "echado" algunas sueltas en Noviembre y Diciembre, era poco comparado con lo vivido como normal en los últimos años en la empresa. Además, el variable ya no era ni parecido a lo que había vivido hasta el 2007, por supuesto. También, por otro lado, su mujer, Lina, ya no disfrutaba de todas las tardes libres, por lo que le tocaba ayudar en casa al llegar el fin de semana. ¡Qué fatalidad!

Siempre estaba discutiendo por lo que no tenía, tanto con sus compañeros como con su mujer, no cortándose un pelo a la hora de evidenciar ante sus hijos su orientación hacia el dinero y todo lo material, generando poco a poco, según se iba vislumbrando en el cole y en la relación con sus amigos, un par de pequeños monstruos sin corazón, pero con muchas dosis de egoísmo (sus dos hijos).

Su mal genio y malestar, iba "in crescendo", cada vez más, y compañeros, amigos y familiares estaban cada vez más hartos del personaje; tanto, que si podían, lo evitaban. Lina y sus hijos lo venían detectando de un tiempo a esta parte y aunque intentaban que cambiara, el sacar el tema a la luz era peor todavía, se ponía más furioso.

La verdad, visto desde fuera, no le faltaba de nada, pero siempre renegaba al ver que sus vecinos se habían comprado un coche nuevo mejor que el suyo (esto le consumía). Además, siempre decía que era un hombre casero, pero no dejaba de quejarse y criticar a sus cuñados cada vez que se enteraba de sus numerosas salidas para cenar los sábados en ese lujoso complejo y sobre todo, lo que no aguantaba es que no hubiera puente (de tres o cuatro días) que su amigo Pedro, casado con una prima de Lina, no disfrutara viajando fuera de la ciudad, alternando entre esa casita en propiedad en la playa o recorriendo esas zonas tan bonitas que, según él, por desgracia, ellos sólo podían ver en fotos o documentales por internet.

Pero la casualidad, o el espíritu de la Navidad, hizo que sin poder negarse a ello, tuviera que ser uno de los Reyes Magos que recepcionara las peticiones de los niños, mientras recogía sus cartas cargadas de peticiones de regalos y deseos, en el salón-comedor social del barrio. Su hijo le había propuesto como candidato, a sabiendas que a su padre en nada le gustaban estas cosas, pero el muy "malvado" no le había comentado nada hasta la misma tarde que tenía que hacerlo, sin tiempo de buscar un sustituto y tras haberle dicho que no tenía ninguna obligación durante esa jornada, al estar de vacaciones.

Todo era normal, durante los primeros niños, los cuales eran conocidos del barrio y algunos incluso compañeros de sus hijos en el colegio, hasta que se aproximaron esos niños de piel curtida y aspera algo ennegrecida por las adversidades, con ojos llorosos y tristes, como con falta de brillo, eso es, pensó él: -"con ojos mates y sin vida"-, que formaban parte de las familias (casi todas incompletas)  que tras la última expedición humanitaria a ese país, en guerra durante los últimos 5 años, habían podido rescatar de entre los escombros y los misiles para traerlos hasta su ciudad.

Juan no se sintió cómodo de inicio, pero haciendo de tripas corazón y respirando hondo, muy hondo, cogió al primer niño y dejándolo sobre sus rodillas le preguntó por lo que había pedido en su carta, recibiendo una respuesta que no esperaba:

"Nada, ya tengo todo lo que pedí antes de salir de mi tierra". Le dijo de una manera excesivamente madura, neutra e insensible, pensó nuestro Rey Mago. Y tragando saliva, el niño, el de los ojos tristes, continuó con su respuesta: "Necesitaba Paz, y la tengo. No podía salir a jugar a la calle, debido a las bombas, y ahora si puedo, todos los días. Pedí que nos dejaran de bombardear y hoy, no escucho las balas ni los misiles. Pedí que no quería ver gente morir por disparos y llevo meses sin mirar a la muerte. Le pedí al mundo que nos escuchara, que nos rescatara, y aquí estoy".

Nada, ya tengo todo lo que pedí antes de salir de mi tierra, mi pueblo en guerra.

Juan no sabía dónde meterse, por lo que le dijo que todo había pasado, que podía pedir juguetes para él o para sus hermanos. Pero el niño de ojos tristes estaba a lo suyo, y continuó:

"Somos niños, amamos la vida, queríamos que el mundo nos escuchara, teníamos que contar lo que nos pasaba en ese infierno. El mundo tiene que saber que allí no hay ya escuelas, no hay comida, no hay agua saludable. Nada, no pido nada, ya tengo todo, puedo ir a la escuela, tengo comida, tengo agua potable. Pero pido para los niños que aún continúan allí, están perdiendo su infancia, por lo que todos los días sueño que le devuelvan eso, su infancia... Tú, Rey Mago, lo sabes, el mundo mira y no hace nada, por ello debes contárselo, para que los ayuden urgentemente."

Nada, no pido nada, ya tengo todo lo que pedía antes de salir de mi tierra, mi pueblo en guerra, mi pueblo destruido. 

"Pedí que mi hermana no tuviera que caminar a través de barro y subir colinas, cargada con baldes de 10 litros, demasiado pesados para sus pequeños brazos de niña de 5 años, y hoy tiene agua en el grifo de casa, potable, fresquita. Pedí hospitales para mis abuelitos, para curar nuestras heridas y hoy estamos sanos, rodeados de hospitales y centros de salud. Pedí una digna educación y maestros para aprender para todos los niños y aquí los tengo;mira esos libros", - señalando a una estantería que tenían a la derecha-, "puedo leerlos libremente y puedo ir al colegio saltando, corriendo, sin bombas ni misiles que nos aterren, todas las mañanas, todos los días..."

Nada, no pido nada, ya tengo todo lo que pedía antes de salir de mi tierra, mi pueblo en guerra, mi pueblo destruido, mi pueblo en llamas.

Esta última parte la había escuchado Juan con los ojos cerrados como hipnotizado, y de repente, cuando los abrió, se dio cuenta que Luisito, el hijo de su compañero en la empresa Luis, el de contabilidad, estaba golpeándole la rodilla y alzó los brazos en cuanto le vio despierto para que le subiera sobre sus piernas y poder contarle todo lo que les había pedido en su carta a los Reyes Magos.

La tarde pasó muy lenta, niño a niño, petición a petición, juguete a juguete, pero Juan no podía parar de pensar en el niño de piel curtida, de ojos mate, no podía parar de pensar lo poco que esta criatura necesitaba tras recuperar los esencial, lo básico, todo lo que la guerra le había arrebatado y hoy, gracias a Dios, volvía a tener.

De vuelta a casa no paró de llorar, todo el camino, porque sabía que alguien le había mandado un mensaje e iba a cambiar, de largo; tenía que cambiar.

Y el cambio fue real, los suyos no se lo creían, pero su enfoque de vida cambió 360 grados; su centro era el prójimo, el necesitado; no tenía nada suyo, al contrario, desde ese momento vivía para los demás, sobre todo, para los niños y lo más curioso fue que desde ese día comenzó a SER FELIZ.

Nada, no pido nada, ya tengo todo lo que pedía antes de salir de mi tierra, mi pueblo en guerra, mi pueblo destruido, mi pueblo en llamas, sin hospitales, sin escuelas, sin agua...

domingo, 18 de diciembre de 2016

EXPERIMENTOS CON GASEOSA: APRENDIENDO DEL MÉTODO STARTUP

"Son vanas y están plagadas de errores las ciencias 
que no han nacido del experimento, 
madre de toda certidumbre"

Leonardo Da Vinci (1452-1519) 
Pintor, escultor e inventor italiano

La verdad es que cuando pasa una semana en la que has tenido de todo, bueno y malo, pero que al medir lo avanzado sientes como que has dejado atrás algunos problemas que desde lejos, veías insalvables y el final del túnel, por fin, está cada vez más cerca; puedes estar muy satisfecho, sí.

Pues bien, ese es el punto en el que dejábamos la parte laboral el pasado viernes. Todo parece ir encajando y las reuniones planificadas para la semana que viene dirán mucho de lo que nos espera en el año que está por llegar, a tiro de dos semanas.

Por otro lado, hoy me gustaría tratar el tema de la importancia de los experimentos, según el método startup, que tuve ocasión de conocer a través de una Master Class durante una sesión de consultoría, enfocado en un portal de e-learning que estoy construyendo con un informático / socio / amigo.

Inicialmente, Nestor Guerra, nos introdujo el método y los tres pasos (crear, medir y aprender), mediante la continua iteración, que sirve para ir generando un producto fiable y de éxito.

Está claro; primero nos enseñó que necesitamos crear el experimento sobre algo que nos permita aprender lo máximo posible con el menor esfuerzo. Una vez realizado, debemos obtener datos del experimento con el ánimo de tomar decisiones fundamentadas. Por último, debemos aprender de nuestros cliente, analizando los datos recopilados y pivotando nuestro modelo de negocio aplicando y teniendo en cuenta todo lo que hayamos aprendido.

"Qué distinto de lo que hacemos todos los días en nuestras startup y en las nuevas ideas dentro de nuestros negocios maduros y consolidados".- Pensé para mis adentros cuando visionaba lo que a los informáticos les gusta "hacer código", sin validar la idea  con el posible cliente, o a los distintos empresarios que tras la idea de un nuevo producto o característica, se lanzan a fabricar y ofrecer sin un mínimo globo sonda a través de su equipo comercial para escuchar, aunque sea poco, el famoso canto de sirenas de sus más cercanos y apreciados clientes.

Sus palabras nos permitieron darnos cuenta del por qué realizar experimentos; a ser posible sin gastar un euro en desarrollar un producto que lo mismo no vale para nada. Entendí también el concepto del Producto Mínimo Viable, en toda su potencia.

Ahora veo que es lógico y tenía mucha razón. Gracias a los experimentos se pueden realizar cambios en nuestros productos o servicios, y medir de forma precisa el efecto que provocan en el comportamiento de nuestros clientes. Por fin, podemos comprender qué quieren y los mismos, nos guiarán para realizar los cambios necesarios y lanzar los siguientes experimentos. No es lanzar dados, sino enfocarnos en lo que el cliente quiere; enfocarnos hacia el éxito.

Una vez comprendida la importancia de validar las hipótesis mediante experimentos, Néstor nos indicó que le gustaría enseñarnos cómo realizarlos a través de un par de ejemplos, cosa que nos pareció magnífico, por lo que nos pusimos manos a la obra.

Nos dejó claro que para que los experimentos fueran realmente útiles, es muy importante definir un objetivo simple para facilitar la toma de decisiones, nos recordó que debemos seleccionar primero las hipótesis más críticas (lo ideal es que selecciones sólo una), elegir un método para llevar a cabo el experimento (prueba de humo, test A/B, taller de co-creación, entrevista, encuesta u observación) y por último, nos puntualizó la importancia de utilizar métricas que aporten valor a la toma de decisiones, como pueden ser motores de crecimiento o flujos de clientes.

En ambos casos, siguió un mismo método, destacando la soltura de la generación del experimento por su parte y sobre todo, ensalzar la forma en la que Néstor transmitía el conocimiento e inspiraba en nosotros pasión por el proceso mientras construía el ejercicio; era como si fluyera sin esfuerzo, como si no fuera improvisado, suave...

Gracias Daniel, gracias Néstor.

Para terminar, y en forma de lista, os dejo un esquema que os puede servir para generar experimentos a la hora de ir direccionando/validando vuestro producto o servicio:

1) Describe el experimento.

2) Escribe la hipótesis del modelo a validar.

3) Decide la muestra experimental.

4) Indica el periodo experimental.

5) Elige el método del experimento elegido.

6) Selecciona las métricas.

7) Elegir el punto de validación.



Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 5 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.



Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.

sábado, 10 de diciembre de 2016

¿DÍAS DE TRABAJO O MOMENTOS DE TRABAJO?

"Para reducir lo infinito a lo finito, lo inasequible a lo humanamente real, 
no hay más que un camino: la concentración"

Théophile Gautier (1811-1872) 
Poeta, crítico y novelista francés.

Semana rara, rara, rara. La verdad es que cuando tienes dos fiestas y caen en martes y jueves, el tema del laboro se hace un poco, como diría, intermitente.

Al final es trabajar tres días de cinco posibles, en todos los casos, por ello, incluso empresas,`por temas de productividad han decidido trabajar tres días seguidos, cambiando la fiesta del martes por el viernes y poder tener unas jornadas seguidas de trabajo y también un descanso más continúo, desde el jueves hasta el domingo. En mi caso hemos cedido al calendario y hemos trabajado de esa forma, intermitentes.

Esta forma de cuadrar las fiestas me ha retraído al tema de la jornada laboral en general, y a la deseada productividad en particular, recordando esas tareas que necesitan alta concentración y que por las malditas "interrupciones", nos hacen cuestionarnos muy en serio la cuestión que da título a esta entrada: ¿días de trabajo o momentos de trabajo?

Este apartado es uno de los ladrones de tiempo que se repasan en todo curso sobre productividad que se precie. Tema que no es tan visible como el mal uso del teléfono, internet, etc... pero que suele ser un gran factor de perdida de productividad; dicen las malas lenguas que está entre los tres principales ladrones de tiempo, generando un gran impacto negativo en el rendimiento diario.

Sobre este tema, me orientaba Alberto Pena, durante la jornada de productividad en Madrid, mientras esperabamos tomando un café (gran café, por cierto) al comienzo de la segunda parte de la jornada.

Se inició con unos consejos sobre las interrupciones: "Por mi parte os digo, que no debemos aceptarlas sumisamente y tenemos que intentar combatirlas y minimizarlas, sin piedad".

Por otro lado, me impactó cuando conocí que se suele tardar 10 minutos en conseguir nuevamente recobrar la concentración, una vez que algo nos interrumpe, por lo que es vital luchar contra este mal.

Sobre su impacto, no dudó en decirnos: "El impacto que producen es brutal, porque rompen tu ritmo de trabajo, rebajando la intensidad y concentración. Te hacen más lento, te retrasan, te hacen más torpe y sobre todo, te hacen despilfarrar muchos minutos".

Continuó: "Por otro lado, son fuente de estrés y ansiedad. Desgastan tu motivación, tu creatividad y tu energía. Llegan a corroer tu ánimo, tu optimismo y tu buen humor. Al final, producen insatisfacción y debilitan tu autoestima ya que te impider hacer o rematar tu trabajo, en definitiva, no te dejan sentirte BIEN."

Como experto en la materia, Alberto nos dejó una serie de técnicas, que pueden usarse como armas para intentar vencer este gran enemigo de la productividad.

Nos indicó lo siguiente: "Debemos intentar realizar una lista con las interrupciones más comunes y las puntuaremos atendiendo a su impacto y frecuencia. De esta manera las ordenamos de más peligrosas a menos y tendremos un orden de combate.

En la previa a comenzar una tarea deberemos concienciarnos, especialmente cuando la tarea sea clave o compleja, aislando cada nueva tarea y no comenzando todas las que te entren en el momento.

Para que los compañeros sean conscientes de la importancia de tus tareas, aunque estén apagados, los auriculares ahuyentarán al cansino. Además, es bueno que comuniques tus tareas, para que sepan qué días o momentos del día es mejor que no te interrumpan.

Frena al pesado, no te ablandes con las visitas; ojo con el móvil, es una herramienta y no debe convertirse en un elemento de distracción (en silencio, boca abajo, no contestes) y divide las tareas en sencillos bloques 25 minutos (ver la entrada EL "POMODORO" Y SU PODER MÁGICO DE CONCENTRACIÓN)."

Para rematar, el consejo más importante es que NO INTERRUMPAS TÚ. Cuida la productividad de los otros y ellos cuidarán de la tuya. Además, si eres respetuoso con los demás, podrán en cualquier momento pedir ese mismo respeto hacia tí. 


¡¡¡DA EJEMPLO!!!


Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 7 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.

El vídeo de la semana: CREENCIAS LIMITANTES: LAS INTERRUPCIONES


Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.



domingo, 4 de diciembre de 2016

CÓMO CONSTRUIR UNA NUEVA ORGANIZACIÓN

"Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo,
puede considerarse un maestro"

Confucio (551 AC-478 AC)
Filósofo chino

Todo fue bien en la primera reunión con el importador de equipos para estaciones de GNC durante la parte técnica de producto e instalación, que ya tocaba esta semana. Además, la comida resultó muy agradable, ya que todo lo que se cocía durante la misma no hacía otra cosa más que refrendar que al menos, como factor de alta importancia para mí, la raíz de la generación de un buen proyecto común allí estaba. 

Siempre lo digo y el tiempo me va afianzando en mi razón, que dos de los valores básicos para que perdure una relación, ya sea profesional o personal, no son otros que exista "buena gente" con buenas intenciones y transparencia total entre ellas, y un fin común (valores y estrategia) que hagan que el camino se ande de una manera más cómoda y productiva viajando juntos, lográndose el efecto sinergia de la unión verdadera.

Pues parecía, que al menos, los valores que indicaba el gestor de la importadora y todo lo que se denotaba de los comentarios del técnico y el responsable de recambios, presentes tanto en la formación como en la comida de trabajo, eran síntomas de los buenos principios que enfocaban a la empresa hacia el buen camino. Flexibilidad, innovación y pequeñas mejoras del equipo con poca rigidez y libertad en temas de desarrollo, eran parte de los ingredientes que habían provocado un crecimiento anual importante y sostenido, a pesar de haber nacido en el 2007, poco antes de sucumbir en la crisis que nos sepultó a muchos...

Mucho tenía que ver el co-fundador y actual director de la empresa, por lo que aprovechando que se sentó a mi lado durante el merecido almuerzo, le pedí que me indicara lo que casi todos los humanos queremos conseguir, sobre todo cuando tenemos la suerte de compartir mantel con aquellos que han logrado colocar a su empresa en una situación de privilegio, en el sentido del no peligro a sucumbir en las fauces del mercado, orientándose a vivir en el purgatorio del empate o en el temido infierno de las pérdidas mortales.

Muy a mi pesar, su respuesta era de esperar: "no existe la magia, amigo Eduardo. Para construir una organización sana se tiene que trabajar en la idea de una manera constante, con un plan bien estudiado y eligiendo un equipo que te mejore como individuo, dándole poder para conseguir generar con su obra excelentes productos y/o servicios.

La receta es terrenal y podría ponerte algunos de los ingredientes básicos, como ejemplo:

Nada de lo que conocemos actualmente se hizo en un día. Por lo tanto, debemos preparar nuestro producto con Paciencia. Si la idea es buena, y ha surgido de un equipo, y más importante, trabajando como tal, tenemos que dejar que el tiempo haga realidad la visión no precipitándonos en desistir del intento a las primeras de cambio. Debemos dejar de lado la ansiedad.

Por otro lado, esta claro que debemos de poner siempre lo mejor de nosotros, teniendo un gran interés por hacer bien las cosas. Pero esto no quiere decir que no tengamos que intentar cosas nuevas, todo lo contrario, ya que lo más importante es no tener miedo a equivocarnos. Debes de saber que no existe mejor enseñanza que la que se obtiene de los propios errores (la experiencia), siempre que se ponga interés."

Esta parte me recordó al método PDCA y a la secuencia de hazlo, equivócate, aprende y vuelve a hacerlo...

Mi contertulio continuó: "También, y de manera especial, sé humilde, escucha y déjate guiar por las personas que ya han cruzado ese puente y que te pueden ayudar. Mira a tu alrededor con los ojos limpios de creencias aprendidas. Acércate, escúchale, pregúntales, deja que te echen una mano, aprende de ellos..."

Precisamente era lo que estaba haciendo ahora mismo con él, durante la comida.

Y remató: "no dejéis durante todo el proceso de ponerle alma a lo que hagáis; sí, esto puede ser un punto de magia difícil de comprar o de copiar, pero sólo cuando somos capaces de añadir a la profesionalidad de nuestros actos una pizca de amor, los resultados pasan de ser bueno a excelentes, haciendo brillar de una manera especial a nuestros productos, a nuestros proyectos y a nuestra gente. Ese brillo es lo que en muchos casos definimos como vivir una "experiencia especial", evidenciando que pueden ofrecerse de la mano de productos/servicios, pero diferenciándose de otros por falta de espíritu en el pack."



Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 7 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.

El vídeo de la semana: EL APRENDIZ DE ALFARERO


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