"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 30 de agosto de 2020

VIVIR GUARDÁNDOSE DE NO MORIR

"¿Qué es la vida? Un frenesí. 

¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción; 

y el mayor bien es pequeño; 

que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son"


Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) 

Dramaturgo y poeta español



Estaba claro que por motivos de su enfermedad no podría terminar el cambio que su visión como directivo había planeado en la empresa de su vida. No sabía lo que ocurriría a partir de ahora. Sabía que quedaban tiempos difíciles en el futuro inmediato, pero realmente poco podía hacer él; ya había ascendido y mirado hacia atrás a lo que llegarían los suyos, tras haberle comprado el proyecto.

Dudaba de poder acompañarles más tiempo, pero no le preocupaba que se le acabaran las etapas juntos porque estaba seguro que no había retorno para los suyos y la empresa estaba posicionándose como líder en su sector a marchas dobles.

Y tras muchos años, se sentía feliz. En estos momentos no estaba preocupado por nada ni nadie. Avanzaba sin miedo hacia su final, pero con la seguridad de que culminarían su obra sin duda alguna, ese Gran Equipo de Personas que habían creído en él y por supuesto, en su proyecto.



Muchos en la empresa, en la familia o en el grupo de amigos creemos que hemos venido a este mundo para quedarnos. Este directivo enfermo lo había entendido; no había venido para quedarse, sino para cambiar e impactar allí dónde le había tocado dirigir.

Se trata de no estar siempre intentando no romper lo que nos toca vivir, sino de hacer y defender con todas nuestras fuerzas nuestras ideas, nuestras creencias y nuestras visiones dejando un legado que alguien (si lo decide así) pueda estar orgulloso de lo que hemos moldeado mientras existimos y no de lo que dejamos sin tocar para que perdure, sin vida, por los siglos de los siglos...

Hoy creo con fuerza que las empresas, los departamentos, los dirigentes, las asociaciones no deberían crearse para perpetuarse toda la eternidad. El cambio, el vertiginoso cambio nos indica que nada es fijo e inmutable, por lo que todo debe ser efímero, creativo y explosivo. Eso es avanzar y eso es el progreso en sí. La otra manera es vivir sin saltar, vivir sin arriesgar; es vivir guardándose de no morir (cosa inevitable, por cierto).

Y si difícil es seguir el ritmo de este mundo frenético y voraz, para intentar ser el que lo frene. La estampida nos engulliría tan pronto que seríamos carne de la obsolescencia, sin posibilidad alguna de volver a subirnos a esa locomotora en aceleración constante.

Por este motivo, te invito a no mirar como la vela de tu vida, de tu empresa, de tu equipo, de tu familia se consume, poco a poco, y te preguntes si tu misión en este tiempo, en este lugar que te han regalado no es otro que actuar cambiando ese proyecto actual que te pertenece y que podría acabar, con tu ímpetu y tu pasión, ajustándose a una bengala explosiva de creación de valor.

Si deseas ser motor de cambio, intenta algo así hoy mismo. Los avances y consecución de metas y objetivos te harán ver más cerca la gloria o en caso contrario, observarás como la vida se te escapa, perdiéndote el sonido de ese tren que cada vez se aleja más y acaba minimizándose en el horizonte, sin retorno.

Busca que tu vida sea un proceso de descubrimiento espontáneo, como decía Hayek; intenta que la dimensión más significativa de tu grupo, tu equipo o tu departamento sea una exuberante variedad como resumía Jacobs o citando a Schumpeter, haz que tu entorno progrese a través de la ebullición continua de un instaurado proceso de desorden en tu organización.



Peters me enseñó, y termino, que la cultura corporativa debe disponer para el éxito de esa exuberante variedad, siendo clave para el crecimiento orgánico y el éxito de la organización, y esa característica será la causa para atraer y conservar el ansiado y valioso talento que busca en los proyectos esas bengalas explosivas de creación de valor.

domingo, 23 de agosto de 2020

GANADORES Y PERDEDORES. LA PRINCIPAL DIFERENCIA BÁSICA

 "Nuestra naturaleza está en la acción. El reposo presagia la muerte"


Séneca (2 AC-65) 

Filósofo latino.


Esta claro que hay muchas diferencias entre personas ganadoras y personas perdedoras. Tampoco son pocas las que hay entre empresas ganadoras y perdedoras. Pero el tema básico central que marca la diferencia entre estos dos grupos es uno, que se puede resumir en personas o empresas con una "acentuada inclinación a la acción".

La parálisis por análisis es una derivación de lo que vemos en personas/empresas lentas y poco eficientes, de las que hablan y hablan hasta la saciedad, pero nunca ejecutan. En el otro extremo, la inclinación a probar pone en la "pole" a empresas y personas preparadas para afrontar la carrera y tener opciones de ganarla.

Los ganadores, inclinados a la acción, tienen en este valor un mayor peso que se inclina a su favor a la vez que la competición se vuelve más intensa, más incierta y más compleja, como es el caso en nuestros días.

Muchos en este punto esperarán el manual, el programa o la estrategia para la implementación de cómo convertirse en una persona u organización inclinada a la acción, pero siento decirles que no se encuentra en alguna bibiografía especializada, ni tampoco en google o en wikipedia. La inclinación a la acción es una ACTITUD.

Definitivamente, no existe un manual de instrucciones que implemente una organización excelente en 10 pasos. La magia y los atajos vuelven a quedarse fuera también para conseguir pasar de estar en el pelotón a contar para la clasificación final; a ser uno de los posibles ganadores.

Pero sorprendentemente se puede mejorar y ser un champion cambiando su actitud, siguiendo dos consejos:

Piense en su empresa, sí, la que dirige; en su equipo, sí, ese que tiene al mando; en su grupo de amigos; en su familia y aunque están hartos de escucharlo y lo han oído al menos cientos de veces, una vez más no le vendrá mal la frase que nos regaló Mahatma Gandhi: "Tú debes ser el cambio que deseas ver en el mundo".

Una vez más lo acaba de leer, pero si por fin se para a entender el mensaje y quiere que le sirva de algo, póngase en actitud activa al frente de su empresa, equipo, grupo de amigos y/o familia. Conviértase en una persona de acción. Tras escuchar a partir de hoy una idea prometedora no se quede en el sitio, póngase manos a la obra, autorice la acción, pida un informe de lo realizado en tiempo y forma; pruebe más, haga más y no de vueltas.

En segundo lugar, póngase en actitud activa para reconocer a cualquiera de su organización o grupo que haga algo diligentemente; si lo encuentra, rápidamente lo elogia efusivamente. Se trata de no dar por hecho que hacer y bien, es lo normal. Se trata de que la inclinación a la acción debe ser premiada, siendo la actitud de hacer la única que hará que cada vez se realicen las cosas mejor y nos diferenciemos de nuestros "competidores".

Y recuerde, la empresa ganadora no existe sin personas ganadoras en la organización, por lo que necesita personas que sientan que se premia la inclinación a la acción, por encima de la parálisis por análisis, el miedo a actuar o el castigo del error sin explicaciones.


domingo, 16 de agosto de 2020

RESETEANDO MIENTRAS HACÍA NADA

 "El arte del descanso es una parte del arte de trabajar"


John Steinbeck (1902-1968) 

Escritor estadounidense.


No hace más de un par de meses Eduardo pensaba que, tras un año tan duro y con un guión tan cambiado debido al dichoso COVID-19 pero con tanto parón forzado por la situación de la pandemia, este año ni él ni nadie de los suyos necesitarían un descanso para recargar.

Pero nada más lejano a la realidad. Cambió de pensamiento conforme se autodiagnosticaba  herido a medida que avanzaba el verano. Se encontraba realmente cansado, menos creativo y gestionaba cada vez peor el conflicto, cuestión inherente al trabajo. Además si se paraba a verse en su forma de actuar, últimamente exageraba incluso la respuesta ante los fallos y cuando las cosas iban mal.

También notaba como su malestar se trasladaba al equipo de trabajo e incluso las relaciones familiares empezaban a deteriorarse.

Pero todo cambió cuando se dio cuenta que necesitaba un descanso, porque precisamente entendió que cuanto más responsabilidad se tiene, más importante es recuperarse pronto y bien, lo que se conoce como "resetear". 

Y mientras veraneaba comenzó a reconocerse en modo "reseteando", alejado del mundanal ruido del día a día, pendiente sin estar pendiente del equipo que se había quedado al frente de todo lo que pasaba, desconectado del estrés y por supuesto, haciendo "nada".

Decidió formarse, sí, pero de una manera mucho más práctica y divertida. Leía de temas diferentes a su sector y a la vez aumentaba el nivel de concentración, se zambullía en la historia que le engullía en mundos que por supuesto no superaban a la realidad, pero le ayudaban a distanciarse de los problemas (algunos de dudosa solución) que su empresa y el mundo tenían hoy. 

Y decidió inventar historias frente al mar, sólo intentando escuchar el mensaje que éste le mandaba cuando las olas chocaban con esas rocas de la parte inferior del mirador, apoyado en la baranda, con los ojos cerrados sin presión, intentando vivir lo que su mente dictaba, ocupando la mente sin forzar, limpiando segmentos y agrupando materia gris de cara a lo que le vendría tras el merecido y necesario descanso.

Y decidió firmemente "resetear haciendo nada". Viajar le permitió abrir la mente, leer, participar en un bonito proyecto de cooperación que nunca antes imaginó que podía llenarle tanto como persona y como ser vivo, sin tener nada que ver con su misión en la empresa. Conversar, meditar, ir al cine a ver esa película que nada tiene que ver con él, dejando fluir el mundo sin programar, decidiendo no decidir, amando al prójimo sin motivo, sin más, simplemente por amar...

Y decidió aprender del ocio, de los paseos, de sus amigos que en diferentes días y en diferentes lugares le acompañaron en el periodo vacacional. Y comenzó a  aprender de sus hijos, de su esposa y de todas las personas que interactuaban en el camino del necesario descanso.

Y decidió disfrutar de una buena conversación sobre cualquier cosa, un buen paisaje, un sonido cualquiera que le transportaba hacia eso precisamente, a hacer nada de nuevo, mientras purificaba su todo y preparaba la mochila  para el camino.

Y decidió disfrutar mientras brindaban por ser unos privilegiados, de estar sanos, en definitiva de estar en este mundo tan hostil, parafraseando a una amiga de 3 años, que con sus palabras de niña (pero como una verdadera Maestra) había abierto la mente de unos adultos, insconcientes de su fortuna, durante sus últimas vacaciones de amigos mientras se bañaban  hace unos días en el mismo mar, en distinto lugar.

Y se dio cuenta que el reseteo era muy importante tanto para él como para su entorno, por lo que se tomó muy en serio eso del descanso; por su equipo, por su familia, por su proyecto y por todos los retos que la vida le regalaría. Estaba claro, le necesitaban bien despejado y lo cumpliría por todos, por él mismo.




Y esa tarde de domingo, preparando el maletín y el portátil con cargadores, auriculares, libretas y bolígrafos, con todo a punto para reiniciar la aventura que el año todavía le tenía preparada por vivir desde la mañana siguiente detectó que valoraba más que ayer todo lo que había conseguido hasta la fecha, pero colmado de energía sabía que ahora más que nunca no dejaría de aprender, soñar y luchar por y con todos los seres queridos que tenía a su lado y por todos y cada uno de sus sueños.

domingo, 9 de agosto de 2020

LA IMPORTANCIA DE LA LISTA DE COSAS PARA NO HACER

"Mejor no hacer nada que hacer cualquier cosa"


Francis Picabia (1879-1953) 

Pintor francés.


Hace tiempo conocí a Jesús, el cual era el directivo de los más creativos que había conocido nunca. Costaba seguirle durante las jornadas de trabajo, e incluso en cada reunión saltaba de idea a idea, dejando dificultad en los suyos en cuanto anotar lo que quería y enlazar unos conceptos y objetivos con otros. Tantas ideas diferentes surgían de su cabeza, pero el verdadero problema no era la cantidad de buenas ideas sino algo sumamente más difícil: la implementación de las mismas.

Quería estar en tantos sitios a la vez que no era capaz de llegar a ninguno. No discriminaba entre temas más o menos importantes; todos eran necesarios. También, aunque su equipo de dirección le indicaba que tenía que delegar, no era su fuerte, y gustaba de intentar intervenir en todo, todo, todo.

Además, se ponía constantemente compromisos que no cumplía porque no era capaz de llegar a tiempo a ningún sitio. Repito, quería estar en todo y además se zambullía en el problema hasta el fondo, sin dejar que nadie de su equipo siguiera y concluyera lo que el había soñado o diseñado.

Un día me habló de que había escuchado algo sobre el método GTD, productividad personal y que debería tener una lista de cosas que hacer, lo cual beneficiaría su agenda y el abordar lo importante, ya que el tiempo volaba cada jornada y no le era posible nunca cumplir con lo que pensaba tenía que hacer durante ese día laboral.

Se sorprendió con mi respuesta pero creo que se trata de un problema bastante universal y que cuesta mucho a las personas porque en realidad la clave es la siguiente:

"No necesitas una lista de cosas por hacer, al contrario, te sobran temas y temas al día, por lo que lo que verdaderamente necesitas es hacerte una lista de cosas para no hacer."

No es muy normal lo que le dije y su cara era un poema. Es más simple de lo que parece y milagrosamente, con esta lista, se comienza a avanzar en el día a día, generando y creando avances en cuestiones verdaderamente que aportan valor a la organización y a ti, como profesional, incluso también en lo personal; pero no cuadra con nuestra visión de lo que es avanzar, hacer, aparentar que se está en primera línea de batalla, sudando y llegando a casa rendido por tantas batallas afrontadas, tantas tareas ejecutadas, con tantos compañeros que nos necesitan a su lado.


Tiempo después me volví a reunir con Jesús, saliendo en la post-comida el tema de la "lista de las cosas para no hacer", y lo importante que era en su vida el haberla descubierto. 

Reflexionó sobre cómo fue fundamental darse cuenta que para avanzar, era muy probable que la decisión de lo que no debes hacer es más importante que la decisión de lo que debes hacer. La lista TO DO, cuando decides lo que no harás, va saliendo sola.

Además, al inicio la cabra tiraba al monte, reflexionaba en voz alta, por lo que se hizo necesaria (y esta figura es algo que siempre incluye en el consejo que le da a los jóvenes directivos a su cargo) la figura de un Pepito Grillo, ayudando al cambio de esos hábitos que todos tenemos anclados como raíces milenarias, imponiendo con sus toques de atención la disciplina del "no hacer". Ni que decir tiene que hay que creer en el cambio de hábito y el policía que nos reconduzca y nos diga (con dureza y sin regalarnos los oídos) debe ser de confianza, ya que ese respaldo o incordio continuo es tan necesario así como el aire que respiramos.

Ahora bien, me dijo, cuidado con no detectar los temas necesarios y separarlos de los no necesarios, entendiendo que puede haber temas poco relevantes, de bajo rendimiento en cuanto a la sustancia, pero a la vez ser vitales o de alto rendimiento respecto a la política. Por ello, hay que estudiar mucho y pensar más sobre la "lista de las cosas para no hacer". Recuerda que la implementación de cualquier tema depende en un 95% de la política, por lo que hay reuniones en las que tu presencia es vital para que uno de los tuyos triunfe en su plan, independientemente que tu aportación sea nula en la tarea del hacer. En ese caso hay que estar, y no hacer...


Dejo para terminar cuestiones para crear la lista de las cosas para no hacer:

¿Qué acciones no necesitan de mí, en mi equipo, esta semana? Desde mañana.

¿Qué áreas deberían centrar mis esfuerzos tras la vacaciones?

¿En qué sectores no tengo que estar?

¿Quién navega solo y solo requiere un seguimiento mensual?

¿Quién estará en la lista de mis clientes? O mejor dicho, ¿Cuáles son mis "no clientes"?

¿Dónde aporto en realidad y dónde hago que mi equipo no crezca? 

¿Quién necesita mi apoyo político y no lo puedo dejar sólo para que su proyecto avance?


Jesús aprendió de mis consejos en su momento, pero no sabe lo me hizo aprender y crecer a mí con su experiencia real. Muchas gracias y hasta la próxima, amigo.

domingo, 2 de agosto de 2020

LA TIENDA DE ISABEL: DIGITALIZARSE EN UN MUNDO POST-CORONAVIRUS

"Suerte es lo que sucede cuando la preparación y la oportunidad 
se encuentran y fusionan"

Voltaire (1694-1778) 
Filósofo y escritor francés.


Isabel estaba últimamente preocupada por su tienda de alimentación que tanto había ayudado a sus vecinos, y a ella misma, durante el prolongado confinamiento que se había provocado tras la dichosa pandemia.

Sabía que la venta directa por internet era algo que no había dejado de crecer pero no sabía cómo iniciar la aventura de la digitalización. Conocía el barrio, sus perennes clientas y también cómo poco a poco, el cielo las iba llamando y de forma paulatina el dichoso móvil respondía a la llamada de esos jóvenes "comodones" y les llevaban a casa incluso esos perecederos que nunca hubiera imaginado serían introducidos en el frigo de los vecinos a golpe de un simple "clic". Malditas superempresas, modernas y hambrientas de quitarme clientes, y quitarme de en medio.

Su sobrino Miguel, del cual estaba orgullosa porque era el primer ingeniero informático de la familia, le enseñaba lo fácil que era comprar desde la tablet, el móvil o el ordenador, pero también le hablaba de lo mal que le llegaban algunas cosas, algo que llamaba el problema de la logística inversa y muchos más temas que le daban, por qué no decirlo, dolores de cabeza por no entenderlos además de no poca preocupación.

"Tienes que convertirte en un referente de Venta por Internet Directa al Consumidor".- le decía Miguel mientras se remataba un flash de limón directamente servido desde el arcón frigorífico que tantos años reinaba al entrar, a la derecha de La Tienda, la de Isabel, esa que había solucionado tantas cestas de la compra en el barrio durante tantos años, desde que sus padres decidieran dejar el campo en la pedanía y mudarse al pueblo a probar suerte.

Pero poco a poco los canales directos habían venido para quedarse y sustituir a tiendas de cercanía haciendo frente al distanciamiento social, eliminando contactos de riesgo, eliminando el calor humano de alguien que nos conoce, se preocupa por el barrio, pero que nos fuerza a dejar la serie favorita, arreglarnos para salir a comprar, interactuar con los nuestros, en definitiva, vivir en sociedad robándonos tiempo y dinero. "Qué más da".- pensó Isabel para sí, mientras colocaba la parte de la frutería, en el apartado de la zona refrigerada, con su peso colgado al centro, como toda la vida...

El Covid19 ha animado a que este segmento de la venta directa se atreva a crecer más rápido de lo que estaba haciendo en la etapa pre-virus. Las personas han pasado en tiempo récord el periodo de aprendizaje, y muchas de ellas, con un resultado favorable en la prueba realizada. Por lo tanto, si me han empujado a probar, y me fue bien, ¿por qué no seguir usando este canal o incluso potenciarlo en el futuro?

"Tanto si eres del canal tradicional como si estás pensando en emprender un negocio debes pensar en términos de onmicanalidad. Esto te permitirá utilizar tu tienda de una forma eficiente".- le decía sin falta de razón Miguel a su tía. "Y es que si conseguimos posicionarnos para que los clientes actuales y los que van incorporándose al nuevo mercado digitalizado nos encuentren y compren por internet, con ese golpe de "clic" tan potente y eficaz, podemos utilizar la tienda además de para venderle a tus clientes de siempre para que el resto recoja su compra a la vuelta del trabajo, después de un paseo con su perro o simplemente salga para recoger y vuelva a su pantalla para continuar consumiendo juegos, pelis o lo que le venga en gana".

"Esto ha ido muy rápido y necesito que Miguel, que dice que es un Millennial como los que hoy compran sentados mirando el móvil, me ayude en darle un cambio a mi negocio sin cerrarme mi tienda".- pensaba con acierto Isabel mientras despachaba unas chuches a Juan, nieto de la Benedicta, fallecida en esta dichosa pandemia, que Dios la tenga en su gloria.

No se daba cuenta, pero estaba decidiendo entre preocupación y pensada, que iba a modernizarse sí o sí. Iba a dar la oportunidad al barrio, ese que por distintos motivos hoy no quería salir de casa, pudiera disfrutar del detalle con el que Isabel había cuidado primero de sus abuelos, hoy de sus padres y en un futuro bien próximo, de la generación de Juan, el nieto de la Benedicta, que Dios la tenga en su gloria y todos los que venían con el móvil en la mano desde su nacimiento; esos nativos digitales, como los llamaba su sobrino.

Por otro lado, unos días más tarde, se le ocurrió hablar con el matrimonio que hace unos años había heredado el bar de Julio, también golpeado por la crisis, limitando el aforo y viendo como perdía su parroquia porque habían cambiado su bar, el bar de siempre, por el salón de su casa primero, y llegado el buen tiempo sus patios y espacios abiertos después. Con el portal digital, así lo llamaba Miguel, darían la oportunidad de comprar por internet sus famosas bravas y tantas y tantas raciones que le habían en el pasado catapultado a ser el más famoso del lugar. Y entregarían toda su carta, recién hecho y calentito, en la puerta, con las nuevas reglas higiénicas pero con los sabores de siempre. "No todo, como ves tía, está perdido, sino que detrás de lo que entendemos como amenaza siempre hay nuevas oportunidades".- le decía Miguel mientras salía de la tienda a reunirse con sus amigos en el parque del barrio, como todos los días.



Hay que moverse rápido, y aprovechar nuestra marca, nuestra buena localización y nuestro prestigio. Aprovechar que el consumidor, si conseguimos siga o se enganche a nuestro canal, nos permitirá conocerlo y por ello, poder aprovechar la información que esconde cada uno de sus "clic", estableciendo una relación directa y duradera con cada uno de ellos.