"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 24 de abril de 2022

ANDANDO SOBRE CRISTALES COMO CURA DE HUMILDAD

"La Humildad no es más que el conocimiento verdadero de ti mismo 

y de tus limitaciones. 

Aquellos que se ven como realmente son en verdad 

sólo pueden ser humildes"


Del libro La Paradoja, de James C. Hunter


Era la tercera etapa, la etapa reina, y en su cabeza y en su cuerpo le repetía la famosa frase "llueve sobre mojado".

Los dos primeros días había empezado la jornada con el cuerpo y los pies en buen estado, aunque ya el segundo, al llegar la tarde la cura de los pies había sido algo más concienzuda. Compeed por aquí, crema, tiritas por allí, esparadrapo, más crema...

Hoy  se notaba que era diferente; quedaban los treinta kilómetros completos por delante y desde el principio, aun habiendo procurado protegerse las heridas, cada paso era como apuñalarse las ampollas; dos pinchazos en el izquierdo, tres en el derecho.

Cuando uno de los chicos le indicó que por qué no iban más rápido, se revolvió y no sin genio, que aun con dolor le quedaba algo, más bien poco si hay que ser preciso, le dijo: "voy como andando sobre cristales, no te digo más".

Y así llegaron hasta la zona donde habían quedado a desayunar, coincidiendo nuevamente con grupos de peregrinos ya conocidos desde que el domingo anterior montaran en el tren, desde Madrid, camino de Sarria. Era el Albergue O Abrigadoiro, y en el mismo se colocaron un buen desayuno: tostada de pan gallego con aceite y tomate, café con leche y zumo de naranja natural. 


Nuevamente la mochila a la espalda, y una vez sellada la credencial, visitaron la Igrexa de San Xiao do Camiño y volvieron a ponerse en marcha. Él sobre esos cristales que a estas alturas, sin duda, serían fieles compañeros durante toda la jornada, pensando que llevaban entre cuatro y cinco kilómetros ya, y que sólo les quedaban diez para Melide, donde sin duda les esperaba un buen almuerzo de pulpo con cachelos, seguro que reparador para lo que les restaba de camino hasta la localidad de Arzúa.

El dolor de pies, como cuchillos actuando en las cinco heridas, seguía actuando en su cabeza, no dejándole pensar en lo que llevaban caminado, sino en todo lo que aún le quedaba, que en situaciones normales, en casa, en sus paseos de domingo, no era mucho, pero que ahí, ahora, en esas circunstancias, se le antojaban eternos. Casi imposibles de culminar.

Había que seguir, había que llegar, era todo lo que se repetía en su cabeza mientras atravesaban preciosos bosquejos, riachuelos, puentecillos de piedra y algún que otro pequeño salto de agua. Además, poco a poco, la lluvia fue abandonándolos, dejando unas nubes que provocaban un camino fresco, idóneo para el paseo.

El camino era precioso, y llegar a Melide, lo dicho, reparador. Pulpo e Ibuprofeno, además de una nueva disposición de aceite para enriquecer la piel de esos pies doloridos, fue el combustible para la segunda parte de esta retadora etapa reina.

Uno de los peregrinos que formaban este grupo se volvió y le dijo: ¿qué?, a lo que respondió:

 "Una cura de humildad en toda regla".


Y sí, la cura de humildad fue el aprendizaje principal durante esa etapa entre Palos de Rei y Arzúa.

La cura de humildad le ayudó a dejar de pensar en él y comenzar a pensar en sus amigos, los cuales se merecían que llegara con ellos, a la vez, con su mochila, en base a un compromiso adquirido nada más y nada menos alrededor de un año antes. Y ese compromiso es el que le llevó a conseguir terminar esa jornada.

Aprendió que ser humilde no es signo de debilidad, sino todo lo contrario. Ser humilde es ser auténtico, sin pretensiones ni arrogancia. Eliminar el egoísmo y el solo preocuparse de uno mismo. Pensar en el resto del grupo. Los egos realmente ponen barreras entre la gente y piedras en el camino. Al final, sin una actitud humilde, la gente tiende a aburrirse y te deja solo. Al contrario, la arrogancia es poco honesta ya que nadie lo sabe todo y puede él solo con todo. 

En definitiva, lo que se aprende con una buena cura de humildad es que nos necesitamos unos a los otros. Lo contrario, la gran mentira, es que podemos/debemos ser autosuficientes y que es mejor no depender de los demás.

Y el Camino es un Maestro que enseña mucho y bien. Los "cristales" actuaron y dieron cuenta de cómo el compromiso está por encima de los egos personales. Y funcionó lo que ya es un mantra: "el camino es la meta".

Somos lo que somos gracias a los demás. Pensó en sus compañeros de Camino; todo lo que habían trabajado para que estuvieran allí; permisos, agendas, vacaciones personales, sacrificio, lista para llevar, credenciales, reservas tren y alojamientos, camisetas ad hoc, mochilas, botellas...

Pensó en sus padres, en su mujer, en sus hijos y hermanos...

Pensó en los sanitarios, en los profesores, en sus jefes, en sus colegas...

Nada podía hacerse solo y todo era posible gracias a los demás.

Y todo esto le dio fuerza para seguir y cumplir su compromiso, culminar la etapa y culminar el Camino.

domingo, 3 de abril de 2022

ACTITUD

"Demasiado tarde comprendí 

que no es posible esperar a ser perfecto, 

que hay que salir a la vida 

y caerse y levantarse como todo el mundo"


Ray Bradbury (1920-2012) 

Escritor estadounidense




Jairo se sentó con Matías (Mati para los amigos) después de la actuación de la tarde anterior.

Mati no había salido muy bien parado tras el estreno de la obra; vamos, la mala pasada de los nervios sumado a los problemas que no cesaban en casa lo habían dejado a falta de 10 minutos de obra lo que se dice "en blanco"; sí, totalmente en blanco.

No pudo articular palabra, siendo tal la parálisis de sonido y movimiento corporal (si no contamos el temblor que poco a poco, iba in crescendo en todo su cuerpo), que una vez su director y amigo detectó que no reanudaría la obra, inició los aplausos y, gracias a Dios, el resto del teatro le siguió dando por terminada la actuación.


Tras salir del shock, Mati le dijo durante la cena que era la primera y la última vez que trabajaría a ese nivel, que no actuaría en ese tipo de obras y ese  tamaño de locales nunca más, e incluso que pensaba que debía cambiar su carrera sin más dilación después del fracaso de la función.

Pero Jairo, que conocía muy bien las aptitudes de Mati, así como sus ganas de vivir en y para ese mundo tan fantástico como es el de las artes escénicas, no estaba dispuesto a que un pequeño traspiés, normal durante la etapa de aprendizaje en la que las caídas son mucho más numerosas que los caminos llanos y sencillos, truncara el futuro de su gran amigo.

Le preguntó si sabía cual era su obra favorita y la que mejor ejecutaba, indicándole Mati que sí, que era El Gorila, basado en el cuento "Informe a una academia" de Franz Kafka, escrito en 1917, y que fue adaptado al teatro por Alejandro Jodorowsky. Este monólogo muestra la lucha interna que prevalece entre un simio y el hombre, haciendo una crítica social a la pérdida de la libertad y a la misma vida cotidiana. Es una obra que habla sobre la ausencia de la libertad a través de la voz de un animal.

Efectivamente, esa era la obra con la que Jairo pasó de ser uno más de tantos a la fama. Pero lo que Mati no sabía era que también había sido su primer fracaso en público, algo parecido a lo que le había pasado a él la tarde anterior.

Pero su actitud ante una mala función fue la de superarse en la siguiente. Además, decidió que El Gorila sería su obra de referencia, su bandera, su buque insignia, y si había sido el que le había dejado tendido en el ring, desde ese momento sería el que le catapultaría a la fama. 

Y así fue.

Su actitud siempre le acompañó con un alto nivel de expectativas respecto a su rendimiento. Y nunca se falló desde ese momento a sí mismo. La vida le volvió a tirar al suelo, por supuesto, y cada vez que un problema le llevaba a besar la arena, nuevamente se levantaba para mejorar las condiciones y cambiar su forma de hacer para esquivar los elementos que provocaban los mismos.

Aprendió y quiso que Mati lo supiera; a igual aptitud intelectual, física, etc..., las actitudes con un alto nivel de expectativas generan unos outputs más generosos y de mayor calidad.

Nunca le faltó la esperanza de triunfar; y lo siguió, y lo siguió hasta que se convenció de que lo conseguiría. Y no se trata de tener la visión ingenua de creer que todo irá bien, no, sino de creer que se tiene tanto la voluntad como la clave de llevar a cabo los objetivos que cada uno se marca, cualesquiera que ellos sean.

Actitud.

Actitud de creer que se conseguirá llegar a la meta; cada uno a su meta particular. Y si Mati disfrutaba con y a través del teatro, una mala pasada de la mente, el quedarse en blanco la primera vez que tenía ante sí más de trescientas personas, no debía ser el detonante de cambiar su sueño por, porque no decirlo, cualquier vida, camino o trabajo que no era el suyo, pero que podría tomar si dejaba el que él verdaderamente amaba; su verdadera pasión.

Jairo siempre tuvo un alto nivel de expectativas sobre sí mismo, una gran capacidad de motivarse, de sentirse lo suficientemente capaz de encontrar la forma de resolver las encrucijadas que la vida le disponía, alcanzando, no sin problemas, los objetivos propuestos. 

Siempre, con su actitud retadora, se aseguraba de que aun atravesando tempestades los temas mejorarían, de ser flexible para variar las formas de hacer, cambiar con imaginación y constancia los métodos para llegar, y algo que es muy importante, dividir las tareas complejas en más simples, más cortas, más sencillas, y más manejables para conseguir cada uno de los retos que él mismo se autoimponía.

Esperanza, actitud que no se rinde a la ansiedad, no cede ante el derrotismo de un golpe, de esos que no faltan ni faltarán en el deambular por la vida, o la depresión que nos provocan tropiezos, dificultades o grandes contratiempos. Eso es lo que Jairo recomendó con fuerza a su amigo Mati.

Esperanza.



No sé vosotros, pero en un momento, año, trienio o nueva era, ya no se sabe cual es el ámbito temporal de este entorno hostil, llamado por algunos VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), se necesitan directivos, compañeros, familiares, amigos, ya sean mayores y/o adolescentes que crean en sí mismos y en los demás, con actitud de esperanza de que sacarán adelante sus proyectos individuales y sobre todo sus proyectos como sociedad, ya que la humanidad necesita futuro, futuro cargado de esperanza y optimismo, por lo que invito a impulsar a los jóvenes hacia un futuro mejor desde la comprensión del error, y ojalá usen el error, con actitud positiva y cargados de esperanza como resorte, palanca de cambio o activador de lo que será un mundo mejor para ellos, y por ende, para todos.