"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 19 de mayo de 2019

¡O LO AMAS O LO ODIAS! ASÍ ES EL MUNDO DE LAS OPERACIONES

"Siempre que odio y amor compiten, es el amor el que vence"

Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) 
Dramaturgo y poeta español



"¡O lo amas o lo odias!".- Así comentaba lo que para Julio era el trabajo como responsable  del proceso del matadero, sala de despiece y expedición de pórcino que visitábamos, como parte de un nuevo proyecto que se está cociendo en nuestra empresa.

Y la forma de explicar su trabajo, como el brillo de sus ojos cuando nos enseñaba el proyecto, sólo hacían que corroborar esa frase; pero se puede concluir que en su caso lo que le ocurría es que amaba su trabajo.

Vivía cerca de la factoría y eso, en contra de lo que otro profesional podría contarte, para él era una gran ventaja. "En cualquier momento, pase lo que pase, me pueden llamar y en 5 minutos estamos manos a la obra para arreglar lo que ocurra".- Decía como si nada este gran profesional. Incluso, esto que me dejo algo pensativo: "si me dejo el walkie, en el silencio de la tarde/noche, lo oigo desde casa y puedo acudir a socorrer al compañero que necesita mi ayuda". Estaba claro, para que todo fuera planificado y nada quedara al azar, era necesario que las personas que velan para que nada pare, estén como no podría ser de otra manera, en el lado de los que aman su trabajo, y no en el que lo odian.

Y esto se puede refrendar en la directora de la empresa, ya que durante la visita a la planta, sólo faltaba que hubiera cogido algún cuchillo, alguna traspaleta, o algún camión y se hubiera puesto a procesar como uno más (o por que no decirlo, mejor incluso).

Explicaba con orgullo el proceso de las operaciones, controlaba cada fase en la que ibamos pasando, en orden, sin interferir en cada área. Miraba desde arriba, de manera muy global pero sin perder el detalle, como un buen jefe, y no dejaba pasar la oportunidad de a veces, con un gesto, otras sólo con la mirada y en alguna ocasión con alguna orden rápida al encargado de la zona, para variar mínimamente la operación y sacarle el máximo partido a la pieza, al tiempo o a la forma de manipular el género. En mi cabeza, mientras nos explicaba cada paso, cada actividad, sólo se me repetía la palabra "pasión".  No estaba trabajando, sino que "lo vivía plenamente".

En la visita me quedó claro que no está reñida una gran capacidad de producción con una exhaustiva dedicación a cada detalle. La alta tecnología convivía con la mano de obra, dándo cada uno de ellos lo mejor, y siendo un equipo invencible, no copiable por nadie que pasara por allí por ser único en sistemas de aprendizaje y estar embebido, el conjunto, dentro de una cultura empresarial que como Cristina comentaba: "ha costado mucho conseguirla, pero nos está devolviendo muchas alegrías, tanto en certificación de productos, abriendo las puertas en muchos países muy exigentes en temas de alimentación, como en forma de pedidos".

Su sistema había sido mejorado, y mucho; pero la mejora continua, inyectada en su ADN, les estaba preparando para un nuevo aumento de productividad, el cual está fraguándose y seguro que lo veremos para primeros del próximo curso, tras el verano.

Mucho me acordé de los consejos de la profesora Beatriz, los cuales se veían reflejados en esta fábrica:

- Todo lo que se había podido industrializar, estaba industrializado o en proceso. 

- Lo repetitivo o que suponía un tema de esfuerzo, se delegaba en las máquinas.

- Todos los actores de la cadena de despiece y embalaje, y así se vislumbraba en la visita, luchaban por la máxima eficiencia posible. Se encadenaban tareas para conseguir la meta, pero a la vez se apreciaba una lucha por minimizar el desperdicio (la famosa MUDA).

- La eficiencia conseguida, era configurada para ser difundida y enseñada a principiantes o noveles por parte de los profesionales más experimentados. Los nuevos atendían muy atentos, como hipnotizados, a los "mayores", como pude apreciar en la sala dónde nos vestimos y protegimos para adecuarnos a la higiene (brutal y exquisita) que los procesados alimenticios de una industria de primera, como ésta, se merecen.

- La nueva reestructuración, el futuro, no sería posible si no es usando el conocimiento de la empresa, de su capital humano.

Y por último, lo que más puede resaltar de la visita es, que sabiendo que lo conceptual es lo sencillo y lo complicado es implantar, Cristina y su equipo, con pasión, trabajo e inteligencia tienen una empresa de presente y con mucho futuro con un know-how eficiente y difícil de imitar.

¡ENHORABUENA!



Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.



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