"La lectura hace al hombre completo;
la conversación, ágil,
y el escribir, preciso"
Sir Francis Bacon (1561-1626)
Filósofo y estadista británico
Tocaba alargar la jornada, pero lo compañía no se merecía menos. Cada un cierto tiempo, tenemos una reunión de trabajo que siempre acaba en comida, y por supuesto, post-comida (de gran interés, por cierto).
Ya nos conocemos desde hace tiempo, y en este tema, siempre estábamos de acuerdo los cuatro. La innovación es vital para la buena salud de nuestras empresas hoy, y sobre todo, mañana.
Necesitamos nuevas ideas, proyectos y modelos que sustenten nuestras empresas de manera sana. Todos tenemos departamentos dedicados en exclusiva a la innovación. Pero, ¿somos eficientes en la migración y escalado al resto de nuestras organizaciones?
La pregunta cayó como un rayo y de inicio, nadie de los contertulios respondió con un sí, o con un no.
Una cosa quedó clara tras la pregunta. Innovamos e investigamos, sí, pero no terminamos de tener unas empresas globalmente orientadas a ser innovadoras como tal. Todos coincidimos y nos gustó el titular:
"Nos gustaría ser ágiles, por sus grandes ventajas, pero la eficiencia nos ralentiza".
Esa es la clave, una falta de equilibrio entre eficiencia y la agilidad. Pero, desde este punto y teniendo claro que lo ágil es lo que nos garantiza el futuro, teníamos que avanzar (para luego buscar) en cuales creíamos que serían las capacidades requeridas para convertir nuestras empresas en ágiles, como conjunto.
Necesitamos empresas y por lo tanto profesionales SENSIBLES. Quiero decir con esto que se necesita que nuestra gente puedan detectar, identificar y desarrollar todas las oportunidades de nuestro entorno que nos traigan de manera inequívoca y clara las verdaderas necesidades de los clientes.
También, necesitamos tener como empresa la capacidad de generar en nuestro recurso más valioso, el humano, una sensación de SEGURIDAD. En una situación donde la agilidad es clave, se debe poder movilizar los recursos validos necesarios y retenerlos, en su caso, en los diferentes niveles de la empresa, los cuales deben explotar al máximo las oportunidades que nuestros "sensores" detecten.
Por último, pero no menos importante, es la capacidad de CAMBIO. La empresa, y sus recursos, deben estar preparados para adoptar nuevas prácticas, pero eso sí, para los que siempre tienen ese miedo entre inversiones de riesgo y cumplir con los resultados del año, siempre se tiene que buscar no incurrir en grandes costes internos de ese cambio.
De acuerdo que con departamentos de innovación en nuestras empresas, encontraremos nuevas formas de generar productos, nuevos diseños, etc... pero lo que se debe de aprender con urgencia en nuestras organizaciones es la manera de incorporar esos cambios a todos y cada uno de los rincones de cada departamento, cada profesional.
Terminamos coincidiendo que nos queda mucho camino por recorrer, pero conociendo que tenemos grandes barreras internas que derrotar para lograr esas empresas que necesitamos.
Por un lado, nuestras empresas, por causas de arraigos mentales, pueden no abrazar el cambio por un tema de miedo a la canibalización de sus unidades clásicas de negocio. En este caso, encontramos todavía muchos profesionales adversos al cambio y que prefieren evitar el riesgo a corto.
No es menor la barrera que provocan las políticas clásicas internas y la burocracia de las mismas. Mucha atención a desalineaciones entre las diferentes unidades de negocio.
Por último, mucho cuidado con no prestar la atención necesaria a los procesos, hoy vitales, de comunicación. Esto puede provocar una pérdida de transmisión de la visión a los diferentes departamentos y por lo tanto, una pérdida de involucración en la auténtica misión de la compañía.
Esa es la clave, una falta de equilibrio entre eficiencia y la agilidad. Pero, desde este punto y teniendo claro que lo ágil es lo que nos garantiza el futuro, teníamos que avanzar (para luego buscar) en cuales creíamos que serían las capacidades requeridas para convertir nuestras empresas en ágiles, como conjunto.
Necesitamos empresas y por lo tanto profesionales SENSIBLES. Quiero decir con esto que se necesita que nuestra gente puedan detectar, identificar y desarrollar todas las oportunidades de nuestro entorno que nos traigan de manera inequívoca y clara las verdaderas necesidades de los clientes.
También, necesitamos tener como empresa la capacidad de generar en nuestro recurso más valioso, el humano, una sensación de SEGURIDAD. En una situación donde la agilidad es clave, se debe poder movilizar los recursos validos necesarios y retenerlos, en su caso, en los diferentes niveles de la empresa, los cuales deben explotar al máximo las oportunidades que nuestros "sensores" detecten.
Por último, pero no menos importante, es la capacidad de CAMBIO. La empresa, y sus recursos, deben estar preparados para adoptar nuevas prácticas, pero eso sí, para los que siempre tienen ese miedo entre inversiones de riesgo y cumplir con los resultados del año, siempre se tiene que buscar no incurrir en grandes costes internos de ese cambio.
De acuerdo que con departamentos de innovación en nuestras empresas, encontraremos nuevas formas de generar productos, nuevos diseños, etc... pero lo que se debe de aprender con urgencia en nuestras organizaciones es la manera de incorporar esos cambios a todos y cada uno de los rincones de cada departamento, cada profesional.
Terminamos coincidiendo que nos queda mucho camino por recorrer, pero conociendo que tenemos grandes barreras internas que derrotar para lograr esas empresas que necesitamos.
Por un lado, nuestras empresas, por causas de arraigos mentales, pueden no abrazar el cambio por un tema de miedo a la canibalización de sus unidades clásicas de negocio. En este caso, encontramos todavía muchos profesionales adversos al cambio y que prefieren evitar el riesgo a corto.
No es menor la barrera que provocan las políticas clásicas internas y la burocracia de las mismas. Mucha atención a desalineaciones entre las diferentes unidades de negocio.
Por último, mucho cuidado con no prestar la atención necesaria a los procesos, hoy vitales, de comunicación. Esto puede provocar una pérdida de transmisión de la visión a los diferentes departamentos y por lo tanto, una pérdida de involucración en la auténtica misión de la compañía.
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.