"La idea que no trata de convertirse en palabra es una mala idea,
y la palabra que no trata de convertirse en acción es una mala palabra"
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936)
Escritor británico.
Se sentó en mi despacho tras el desastroso día y bajando la mirada dijo:
"el conocimiento es poder".
No estaba muy de acuerdo y se lo comenté. No se trata de conocer simplemente, ya que si no aplicas lo que sabes o no lo comunicas para que el resto de tu gente crezca y triunfe, simplemente tendrás el poder en potencia, pero no en acto.
"No pagamos a la gente por lo que sabe, sino por lo que realizan aplicando lo que saben. Necesitamos avanzar en la práctica y no quedarnos en teóricos del balón".- sentencié.
Y cuando levantó la mirada y sus ojos se cruzaron con los míos, me di cuenta que lo había entendido. Tenía claro que la comunicación debe ser sincera e iniciarse desde el principio, ya sea en una reunión, en una primera cita o desde el primer minuto de nuestra incorporación en una nueva empresa. Es necesario explicar todo con claridad y al detalle. No es bueno pensar que algo que es obvio para nosotros, debe serlo igual para el resto de mortales. Si no lo has entendido, please, pide explicaciones adicionales hasta que lo comprendas todo. No te quedes con ninguna duda, tu trabajo a posteriori depende en una altísima parte de haber entendido bien qué se espera de ti, por qué hay que hacerlo y por qué tu eres el elegido.
Haz preguntas, preguntas y más preguntas...
Continuamos hablando sobre este tema tan importante de la comunicación, y no pude aguantarme la tentación de volver a contarle la historia del profesor que tuve en la universidad, eminencia en sus tiempos cuando trabajaba en aquella central nuclear rusa, pero con tan poca habilidad comunicativa que todo lo que sabía caía en saco roto para aquellos alumnos jóvenes, futuras estrellas en el mundo de la ingeniería, pero con más ganas de aprobar que de aprender.
A mi parecer, un gran comunicador, no sólo es aquel del que resaltamos un siempre socorrido "pero que bien habla", sino aquel que se hace querer por los demás, se interesa por los otros, escuchándolos de verdad, logra que la gente se sienta muy importante y además, por encima de todo, admite sus errores cuando se producen directamente por su responsabilidad o incluso de manera directa.
En esos momentos, recordé una historia que me contaba un amigo al inicio de mi carrera, sobre un gran líder que tenía un cartel colgado justamente al otro lado de su título, en la puerta de su despacho.
El letrero rezaba lo siguiente:
"Si no estás contento, por favor, dímelo.
Si no estás seguro, pregunta.
Si algo va mal, entra y lo podemos comentar.
Si he dicho algo que te ha molestado, no te lo guardes sin más.
Entiende que soy el jefe, no un mago, y no puedo leer el pensamiento, por lo que si algo te hace sentir mal, te genera inseguridad o estrés, está en tus manos hacérmelo saber".
Pero, ¿qué me dices de cuando algo va mal o alguien se equivoca?
Cuando todo va bien no es difícil comunicar a nuestro equipo, pero el buen comunicador que quiere triunfar y por ende, necesita que su plantilla mejore y mejore, tiene que saber cómo hacerlo cuando alguien bajo su responsabilidad comente algún error. En estos momentos se debe ser muy claro y evitar escapar del problema eludiendo afrontarlo cara a cara. No sólo hay que comunicar cuando el camino está allanado, amigo...
Quedé en enviarle, a modo de resumen, unos puntos que pueden venir bien como guía cuando necesitemos dar feedback sobre un error a alguien de los nuestros (os los dejos a vosotros también):
- Se debe ser honesto y transmitir cómo es verdaderamente la situación, de manera nítida.
- Se debe informar de la situación de manera privada, en el despacho y a solas.
- Nunca debemos criticar a la persona, sino centrarnos en los resultados y en el rendimiento. Esta parte sería diferente si el tema fuera estrictamente personal.
- Recuerda que el objetivo es indicar a la otra parte el mejor camino para superarse, para triunfar.
- Nunca dejes de mirar a los ojos a la otra persona. No existe otro mejor gesto para hablar de temas tan delicados como un error o pequeño fracaso.
- Y por favor, al finalizar la reunión, no rehuyas asegurarte de subrayar los puntos fuertes de tu colaborador y cómo de importante es la labor que está desarrollando en tu departamento, organización o empresa. Debemos reconstruir la autoconfianza de esa persona que ha recibido una crítica particular por un hecho particular, pero que debe de saber que en términos generales está ayudando a construir un gran proyecto.
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.