"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 26 de mayo de 2019

UN INTRAEMPRENDEDOR EXPERIMENTADO

"Ir sin amor por la vida es como ir al combate sin música, 
como emprender un viaje sin un libro, 
como ir por el mar sin estrella que nos oriente"

Stendhal (1783-1842) 
Escritor francés


Esta semana he conocido el lugar de trabajo de un gran amigo, el cual trabaja en el sector de la distribución, dando un excelente servicio como responsable de logística a su organización, y de qué manera.

Si tuviera que definir su trabajo, evitando caer en la cuestión funcional, diría que es un verdadero "intraemprendedor experimentado".

Esta figura, necesaria en todas nuestras empresas, se diferencia con los emprendedores principalmente, en que trabajan por cuenta ajena, por lo que sus ideas las pone siempre al servicio de la organización en la que trabaja.

J. Eugenio es una muy buena persona, por lo que a estas alturas de mi vida, esta parte corrobora que para ser bueno en algo, me refiero a un buen profesional, es obligatorio partir de lo que yo denomino "buena gente".

Durante mi visita, entendí muy bien cómo se desarrollaban todas las operaciones de la empresa, y también cómo, con el tiempo, el proceso se había ido enriqueciendo con continuas evoluciones, la mayoría de ellas empujadas por mi colega.

Pude descubrir un profesional muy creativo, a la vez que audaz. En cada zona que tenía la suerte de visitar, con cada explicación, se veía un profesional con no sólo conocimiento del proceso, sino con visión de negocio. Y lo que creo como diferencial, muy comprometido con la empresa.

"Cuánta gente de este tipo se necesitan en nuestras empresas para continuar mejorando nuestros negocio".- Pensé durante todo mi camino de vuelta a casa.

Y es que los valores que representan a mi amigo son por los que verdaderamente apuestan los negocios, especialmente las empresas punteras. El motivo es que estos valores se convierten en los agentes que las empresas necesitan para mejorar y motivar a los trabajadores de su equipo y el resto del personal. Se necesitan personas con estos valores para que la empresa reme, en su conjunto, en la dirección adecuada.

Eso sí, amigos empresarios, si detectáis que tenéis personas de este alto valor en vuestras organizaciones, no dejéis nunca de darles la autonomía que esta tarea necesita, un alto salario bien complementado con variable logrado a través de los proyectos conseguidos y liderados por estos intraemprendedores y, por favor, hacerles sentirse dueños de sus proyectos.

Pero qué difícil es que los jefes se den cuenta de lo que tienen, hasta que lo pierden...

Ni que decir que realmente lo son, son los dueños de sus proyectos, pero no se puede apagar, a base de limitar la creatividad de estos genios, la llama que estos profesionales crean y mantienen.

Es verdad, que al iniciar su trabajo en un negocio en movimiento, sus ideas nunca empiezan de cero, pero esto no le quita valor, ya que no deja de ser un trabajo continuo, innovador y novedoso. Y ni que decir tiene que necesitan desbloquear muchos obstáculos, ya que las inercias de la propiedad y sobre todo, que las ideas no salgan de ellos, muchas veces genera negativas y sobre todo, retrasos.

Por último, como ventaja para cualquier intraemprendedor experimentado respecto a otros profesionales más, digamos acomodados, es que pueden encontrar otros proyectos nuevos en el futuro, ya que su forma de trabajar es muy valiosa para otras muchas organizaciones. Como consejo, cuando alguien quiera acceder a otra organización, no lleven consigo un CV lleno de estudios, fechas, etc... sino un buen resumen de sus proyectos ideados y conseguidos durante su carrera.



¡Enhorabuena, amigo! El otro día viví dentro de un proyecto de éxito personal, y mi di cuenta mirando el brillo de tus ojos mientras lo contabas y cómo demostrabas que es una realidad. Ojalá, en tu empresa y en las de cada uno de nosotros tuviéramos muchos profesionales con esa actitud proactiva y que nos lleven hacia esa nueva filosofía de trabajo tan necesaria, manteniéndonos a tope en este entorno tan cambiante que nos ha tocado vivir.


Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.


domingo, 19 de mayo de 2019

¡O LO AMAS O LO ODIAS! ASÍ ES EL MUNDO DE LAS OPERACIONES

"Siempre que odio y amor compiten, es el amor el que vence"

Pedro Calderón de la Barca (1600-1681) 
Dramaturgo y poeta español



"¡O lo amas o lo odias!".- Así comentaba lo que para Julio era el trabajo como responsable  del proceso del matadero, sala de despiece y expedición de pórcino que visitábamos, como parte de un nuevo proyecto que se está cociendo en nuestra empresa.

Y la forma de explicar su trabajo, como el brillo de sus ojos cuando nos enseñaba el proyecto, sólo hacían que corroborar esa frase; pero se puede concluir que en su caso lo que le ocurría es que amaba su trabajo.

Vivía cerca de la factoría y eso, en contra de lo que otro profesional podría contarte, para él era una gran ventaja. "En cualquier momento, pase lo que pase, me pueden llamar y en 5 minutos estamos manos a la obra para arreglar lo que ocurra".- Decía como si nada este gran profesional. Incluso, esto que me dejo algo pensativo: "si me dejo el walkie, en el silencio de la tarde/noche, lo oigo desde casa y puedo acudir a socorrer al compañero que necesita mi ayuda". Estaba claro, para que todo fuera planificado y nada quedara al azar, era necesario que las personas que velan para que nada pare, estén como no podría ser de otra manera, en el lado de los que aman su trabajo, y no en el que lo odian.

Y esto se puede refrendar en la directora de la empresa, ya que durante la visita a la planta, sólo faltaba que hubiera cogido algún cuchillo, alguna traspaleta, o algún camión y se hubiera puesto a procesar como uno más (o por que no decirlo, mejor incluso).

Explicaba con orgullo el proceso de las operaciones, controlaba cada fase en la que ibamos pasando, en orden, sin interferir en cada área. Miraba desde arriba, de manera muy global pero sin perder el detalle, como un buen jefe, y no dejaba pasar la oportunidad de a veces, con un gesto, otras sólo con la mirada y en alguna ocasión con alguna orden rápida al encargado de la zona, para variar mínimamente la operación y sacarle el máximo partido a la pieza, al tiempo o a la forma de manipular el género. En mi cabeza, mientras nos explicaba cada paso, cada actividad, sólo se me repetía la palabra "pasión".  No estaba trabajando, sino que "lo vivía plenamente".

En la visita me quedó claro que no está reñida una gran capacidad de producción con una exhaustiva dedicación a cada detalle. La alta tecnología convivía con la mano de obra, dándo cada uno de ellos lo mejor, y siendo un equipo invencible, no copiable por nadie que pasara por allí por ser único en sistemas de aprendizaje y estar embebido, el conjunto, dentro de una cultura empresarial que como Cristina comentaba: "ha costado mucho conseguirla, pero nos está devolviendo muchas alegrías, tanto en certificación de productos, abriendo las puertas en muchos países muy exigentes en temas de alimentación, como en forma de pedidos".

Su sistema había sido mejorado, y mucho; pero la mejora continua, inyectada en su ADN, les estaba preparando para un nuevo aumento de productividad, el cual está fraguándose y seguro que lo veremos para primeros del próximo curso, tras el verano.

Mucho me acordé de los consejos de la profesora Beatriz, los cuales se veían reflejados en esta fábrica:

- Todo lo que se había podido industrializar, estaba industrializado o en proceso. 

- Lo repetitivo o que suponía un tema de esfuerzo, se delegaba en las máquinas.

- Todos los actores de la cadena de despiece y embalaje, y así se vislumbraba en la visita, luchaban por la máxima eficiencia posible. Se encadenaban tareas para conseguir la meta, pero a la vez se apreciaba una lucha por minimizar el desperdicio (la famosa MUDA).

- La eficiencia conseguida, era configurada para ser difundida y enseñada a principiantes o noveles por parte de los profesionales más experimentados. Los nuevos atendían muy atentos, como hipnotizados, a los "mayores", como pude apreciar en la sala dónde nos vestimos y protegimos para adecuarnos a la higiene (brutal y exquisita) que los procesados alimenticios de una industria de primera, como ésta, se merecen.

- La nueva reestructuración, el futuro, no sería posible si no es usando el conocimiento de la empresa, de su capital humano.

Y por último, lo que más puede resaltar de la visita es, que sabiendo que lo conceptual es lo sencillo y lo complicado es implantar, Cristina y su equipo, con pasión, trabajo e inteligencia tienen una empresa de presente y con mucho futuro con un know-how eficiente y difícil de imitar.

¡ENHORABUENA!



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sábado, 11 de mayo de 2019

TRANFORMANDO LA INDUSTRIA, NO NUESTRA EMPRESA

"Para ir delante de los demás, 
se necesita ver más que ellos"

José Martí (1853-1895) 
Político y escritor cubano


Habían pasado 5 años y hoy, todos los que estábamos alrededor de la mesa, podíamos decir que habíamos alcanzado el liderazgo en nuestro sector. 

La empresa había virado su proyecto a través de nuestra visión, los directivos, los cuales habían pasado de estar más interesados en crear nuevos espacios competitivos que en ir cambiando posiciones en su mercado existente.

Fue un propósito profundo y precioso: "Queríamos transformar la industria en la que competíamos, no transformar nuestra empresa".

Nuestro trabajo fue crear un nuevo mañana (nuestro hoy). Y a las pruebas me remito, no ha sido fácil ni cómodo, pero es un hito que genera una gran satisfacción y no pocas recompensas.

Era una época en la que el mercado no acompañaba. Nuestra primera respuesta fue, ante la falta de crecimiento y los achiques de márgenes, intentar reducir el tamaño, lo que se conoce como "downsizing", reduciendo costes fijos y rediseñando procesos. Fue un proceso doloroso y grandes personas y empleados se quedaron en el camino.

Echábamos la culpa a la competencia, pero la realidad es que nosotros, los "jefes", nos dormimos. Dejamos aumentar los costos, diversificamos de manera no relacionada, no tuvimos en cuenta nuestras capacidades reales y además, no escuchamos mucho a nuestro cliente.

Entonces, comprendimos que la restructuración no encuentra ni crea nuevos mercados, simplemente arregla problemas viejos, problemas que forman parte del pasado. Sí es verdad que haciendo reingeniería, eliminando desperdicios, reduciendo lead time y mejorando la calidad de los productos y servicios se puede alcanzar a los competidores, pero ésto no basta para adelantarles. No, no bastaba con ser más eficiente y más rápido, sino que todos coincidíamos que teníamos que reinvertar la industria para conseguir alcanzar el número 1.

Tuvimos que aprender de los que habían cambiado su industria, y descubrimos que lo habían realizado de manera distinta, según los casos. Por un lado, algunas empresas habían cambiado la reglas de su mercado para posicionarse cómo líderes. Otros, habían conseguido redibujar las fronteras de la industria en la que estaban, utilizando sus capacidades para entrar en mercados adyacentes e incluso fundir varias industrias hasta la fecha separadas entre sí. Y por último, algunas empresas alcanzaron el liderato creando nuevas industrias no existentes antes de ellas.

Esteban, nuestro mentor, nos recordó cuánto tuvimos que preguntarnos por cómo serían nuestros clientes del futuro, no los que teníamos en aquel entonces. Cómo serían nuestros competidores y, lo que hoy creo que es de lo más importante, qué habilidades necesitábamos para abordar esos retos que se nos avecinaban.

Queríamos imaginarnos cómo sería nuestra industria en el futuro. Es más, queríamos ser nosotros los que la dibujáramos. Necesitábamos crear el futuro y nos pusimos con toda nuestra alma. Fue un trabajo inicial, muy duro, para que todos nos pusiéramos a des-aprender, tuvimos que descargar nuestra mochila de pesadas cargas del pasado. Desarrollamos una poderosa visión de futuro y creamos una arquitectura estratégica que nos permitió identificar  las competencias centrales que necesitábamos para este camino.

Y allí estábamos, los cuatro, orgullosos de lo alcanzado: habíamos llegado al liderazgo de nuestro sector, creando objetivos inspiradores para nuestra gente y actuando antes que los competidores, tal vez porque no sabían hacia dónde íbamos.




¡Cuánto se habla en nuestras organizaciones de hoy y de ayer, y qué poco imaginamos y visionamos del mañana! Así es muy difícil ir delante, no viendo más que lo que ve el resto.


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domingo, 5 de mayo de 2019

PDG-A-2019: UNA ODISEA DEL IESE

"La única posibilidad de descubrir los límites de lo posible
 es aventurarse un poco más allá de ellos, 
hacia lo imposible"

Arthur C. Clarke (1917-2008) 
Escritor inglés de ciencia ficción


Todo empezó algunos años atrás, de media unos 45 años, cuando cada uno nació en su país y ciudad o pueblo de origen. Desde Méjico a España (península e islas), pasando por Venezuela, todos estábamos representados; pero era lo que menos nos importaba. Se trataba de sentirnos iguales, en equilibrio, pues por encima de nuestros orígenes sentíamos a ciencia cierta que eramos los elegidos.

Me imagino que fuimos creciendo, rodeados del amor de nuestras familias y disfrutando de nuestra infancia. Poco a poco, mediante nuestros estudios, pasamos las etapas que nos regala la vida en nuestra adolescencia y como jóvenes enérgicos y con ganas de comernos el mundo, nos introdujimos en el mercado laboral.

Cada uno con su historia, en la misma empresa o en varias, al final con mucho esfuerzo, voluntad e inteligencia aterrizamos en nuestros primeros puestos directivos, y nuestras habilidades individuales funcionales tuvieron que complementarse con el uso de nuevas habilidades de gestión y por supuesto, ampliamos nuestros conocimientos en management, lo cual nos abrió las puertas a un mundo espectacular, como es el de trabajar por un mismo fin con lo más valioso que existe en las organizaciones en particular y en este mundo en general, las personas.

23-10-2018

Allí estaba yo, entre 36 directivos más, sin saber cómo ni quién me había colocado en ese aula, intentando comprender y distinguir si era sueño o realidad.

Los 37 elegidos iniciábamos ese día un viaje en un programa que nos debería dejar, al final del mismo, posicionados en el inicio de una nueva etapa de nuestra vida. De un lado, el perfeccionamiento como directivos, de otro, el perfeccionamiento como personas que con sus acciones de liderazgo deberían dejar huellas en sus familias, sus empresas y por qué no, en el mundo.

No estábamos juntos por capricho, ni siquiera por casualidad, sino que como nos dijo en la presentación inicial nuestro Capitán, nuestra elección y lo que en ese momento se iniciaba era por algo muy potente que en ese momento no entendíamos y ni siquiera imaginábamos.

Teníamos claro que no estábamos de vacaciones, sino todo lo contrario. Este regalo había que aprovecharlo al máximo, lo que significaba mucho esfuerzo y trabajo, que sin duda se nos devolvería con creces a través de los tres temas principales que iríamos trabajando:

Conocimientos, 

               Habilidades Directivas y 
                  
                                                                                                                                                                                 Valores.

El viaje nos ayudaría a aprender el arte de liderar. 

Como buenos líderes tendríamos, a base de trabajo, estudio y constancia que aprender, en un primer paso a OBSERVAR. Pero no observar nuestra realidad, tal como la habíamos observado hasta entonces, como la nuestra, sino como la mira un bebé o un niño. A saber que un bebé/niño es una máquina de aprender; esa pureza en su mirada es la que tendremos que saber imitar para pasar con nota esta primera prueba de la observación de la Realidad (no de nuestra realidad).

Como segundo paso, deberíamos aprender a ANALIZAR, con rigor, sabiendo discernir entre "datos vs opinión" y entre "hechos vs juicios". Cuánto ha cambiado hoy nuestra capacidad de liderar, una vez conocido cómo de importante es este bien llamado análisis riguroso.

En el tercer paso, tocará y no pocas veces, DECIDIR. Sabemos que estamos inmersos en un mundo lleno de información. Los sistemas de conocimiento son vitales en las empresas y la sociedad de la sabiduría, la inteligencia artificial y el blockchain nos sugieren retos que hoy, a bote pronto, no podemos ni imaginar a dónde nos llevarán en el futuro inmediato. Para alcanzar la felicidad, en este punto, os sugiero que aprendamos a convivir con el ERROR, y aquí entra la capacidad para minimizar nuestros egos a la vez que maximizamos nuestra humildad.

Como cuarto paso, es el momento de ACTUAR. Y una vez actuado, vivir al cien por cien con la ejecución que hayamos decidido.

El anillo, como símbolo de lo eterno, no tiene ni inicio ni final, por lo que la quinta etapa de este proceso es nuevamente volver a OBSERVAR. Observar de nuevo, tras el viaje del aprendizaje.

Dos consejos que todavía hoy, resuenan en mi cabeza, y que nos lanzaron antes de embarcarnos en la Odisea:

"Viajad ligeros de equipaje con la experiencia acumulada"

"Sed directivos volviendo a ser niños"

Y el viaje comenzó...

EL VIAJE

Cada etapa, constaba de un trabajo en casa individual, eliminando horas de sueño y restando dedicación a la familia, portadora de infinita paciencia y a la que todos debemos de devolver, desde hoy, el tiempo prestado para conseguir alcanzar el gran reto.

Luego, cada caso era analizado por el equipo, ya que la clase había sido dividida en 4 grupos, los cuales desayunaban, trabajaban, comían y compartían peripecias por Whatsapp 24 horas al día. Por los inicios del viaje no eramos conscientes, pero se estaba urdiendo un entramado especial que ya, hoy por hoy, es y será imposible de separar.

Para al final de cada etapa/caso, disfrutar y aprender con la exposición del profesor del claustro que hacía de facilitador de viaje, a cada cual, mejor. Cerrando los ojos y recordando, sólo me sale de dentro el adjetivo de "mágico", común a cada momento vivido en esa clase que usábamos como nave para el espectacular viaje.

El viaje se producía por tierra, mar y aire. Incluso a veces, nos desplazábamos al espacio, como ocurrió en la etapa de digitalización (ese padre, ese niño y ese smartphone...).

Traspasamos fronteras iniciándonos en el trabajo en equipo, pasando por gestión de personas, resolución de problemas no estructurados, análisis de decisiones, operaciones, contabilidad, finanzas, negociación, marketing, estrategia, recursos humanos, digitalización, emprendimiento, ética en los negocios, economía, etc...

Nos medimos a un proceso de coach, con su  360º incorporado; no fue menos retador el "Executive Challenge" y de gran ayuda y aprendizaje el "Change Pro".

Al final, día a día, caso a caso, iba en nosotros calando, como cala la lluvia fina en esos campos del norte, el conocimiento, las habilidades y sobre todo, los valores. Valores que nos dejaban detalles (digo detallazos) de no sólo la alta capacidad directiva que tenía todo el grupo de elegidos, sino la Grandeza de su Humanidad. Eran Personas Gigantes, cargadas de lo que el programa trataba de inspirar, ese buen Humanismo Cristiano.

30/04/2019



Es el principio de una nueva era. Llegamos Directivos y salimos una familia ampliada con título de Dhirectivos. La "h" es de Humanos, porque es lo que ha sobresalido de esta buena gente con la que hemos convivido, trabajado y culminado este programa.



Termino copiando unas palabras que suscribo, y que nos dejó un compañero al equipo en el que estaba, porque creo que deja por escrito lo que todos, en mayor o menor medida, sentimos tras el término de este maravilloso viaje:







"En cuanto a vosotros, equipos, mentores, profesores, director y coordinadora, qué decir que no hayáis ya escuchado y que no sepáis. Sois mágicos, profesionales y habéis conseguido en mi vida algo con lo que no contaba en esta etapa; hacer crecer el tamaño de mi familia, ya que el nivel de amistad que este programa consigue es eso, pura Magia. Ayudaremos ahora, en esta nueva etapa, desde Mi Tierra, pero con la misma ilusión con la que intenté ser útil al equipo y a cada uno de vosotros. Gracias infinitas por haberme hecho un hueco en nuestras vidas."




Posdata: Durante esta fabulosa Odisea también ha habido tormentas y grandes dificultades. Me gustaría homenajear desde estas líneas a tres padres de compañeros del programa: Eugenio, Eduardo y María Jesús, los cuales nos dejaron durante el desarrollo de este viaje. No ha sido fácil para sus hijos reponerse del quebranto, pero ellos, desde el Cielo, les han siempre, desde el primer día, mandado fuerza, esperanza y energía. Una cosa está clara, allá, desde el Cielo, nos iluminan orgullosos por lo que sus hijos y el resto de sus compañeros han conseguido alcanzar. Gracias por darnos la vida y gracias por seguir, allí dónde estéis, empujándonos y motivándonos a ser al menos, igual de buenos padres y madres, con nuestros hijos e hijas, como vosotros habéis sido con los vuestros.