"La gente tiende a evaluar la importancia relativa de ciertos asuntos
según la facilidad con que son traídos a la memoria,
y esto viene, en gran medida, determinado por el grado de cobertura
que encuentran en los medios"
Daniel Kahneman (1934-2024)
Psicólogo israelí-estadounidense
Cuando me enteré que Daniel nos había dejado, pensé en los ratos que tuvimos la suerte de departir juntos. No fueron fáciles conversaciones, pero aprendí mucho las ocasiones que me acerqué a sus charlas. Tengo que reconocer que evitaba pasar largos ratos con él. Era difícil y tedioso todo lo que enseñaba el maestro.
No es un reto pequeño el de entender cómo funciona nuestra mente, pero Daniel fue capaz de explicarnos como la misma usa dos sistema cognitivos distintos, dependiendo de la necesidad. Tenías razón, Daniel, la verdad es que tendemos a complicar lo simple, según nuestra aversión a la pérdida así será nuestra estimación del valor y del riesgo. Y por último, los dos sistemas evaluarán tus experiencias de vida de una manera muy diferente, siempre comentabas; y esto es cierto, sin duda.
El sistema 1, el procesamiento mental, es el que lee emociones y trabaja en automático. El sistema 2, el esfuerzo consciente, en cambio hace cálculos complicados y trabaja cuando necesitamos concentrarnos en detalles específicos. Además, el primero es muy rápido y el segundo más lento. Pues bien, dependiendo del esfuerzo que se necesite para atender algo se utilizará uno y otro.
Simple, vinculado a una causa efecto directa, anclado a un tópico o a información reciente: allí encontramos al sistema 1.
Ampliando los errores, encontrando razones para seguir creyendo en respuestas y soluciones nuevas a la par que se amplia información: aquí tenemos al sistema 2.
Avanzando en el poder de la mente, a base de conversar con Daniel, aprendí que de manera natural nos solemos concentrar en el mensaje, y no en su relevancia, y aprovechamos para moldear nuestros miedos y planes de futuro vía los ejemplos vividos. O sea, como tendencia nos centramos más en pocos eventos que nos marcaron y ocurrieron en el pasado en contra de muchos que nunca nos sucedieron.
Vamos, que distorsionamos la realidad por lo vivido combinado con la nueva información que nos llega. Y además, todo esto influye en que somos excesivamente optimistas y nos solemos sobrevalorar. Gracias a todo esto que me iba enseñando, me decía, la economía iba creciendo, debido a emprendedores, inventores, profesionales y empresarios con tendencia a iniciar nuevos retos y negocios a pesar que la probabilidad de éxito juegan siempre en su contra.
Un día me relató cómo no siempre los expertos eran buenos consejeros. La especialización depende de la habilidad de un individuo, el feedback y la práctica. Pero cuando el desafío es de alta variabilidad, y la suerte determina el éxito, entonces, poco pueden hacer o aconsejar los que Daniel llamaba expertos o especialistas. Nada pueden hacer o decir donde la laguna entre acción y feedback es inmensa.
Otra vez me comentaba sobre el efecto donación, y cómo cuando algo nos pertenece, aunque sea solo un poco tiempo, tendemos a sobreestimar el valor de esos bienes respecto de los que no poseemos.
Al final me quedo con que tenemos una sola mente, pero dos "yo". Y estos dos "yo" se dividen dependiendo de la calidad de nuestras experiencias. Una parte es la que vive la vida, la rutina, lo sencillo. La otra es la que evalúa las experiencias, la que extrae lecciones, la que toma decisiones sobre el futuro.
En definitiva no podemos cambiar lo que nos ocurre, pero sí el foco y en qué consumimos el tiempo. Y precisamente ese foco va moldeando tus evaluaciones mientras vives, y por cierto, me decía, nada es tan importante en la vida como pensamos.
- En primer lugar intenta repetirte los mensajes que deseas incorporar a tu día a día.
- Intenta no influenciarte por el sensacionalismo mediático. Y recuerda que no hay más razón porque te lo digan más veces o porque sea lo último que escuchaste.
- Para terminar, y en la búsqueda de una vida tranquila y exitosa, busca siempre mantenerte positivo y de buen humor. De esta manera te volverás más intuitivo, además de creativo.