"El lugar donde nacen los niños y mueren los hombres,
donde la libertad y el amor florecen,
no es una oficina ni un comercio ni una fábrica.
Ahí veo yo la importancia de la familia"
Gilbert Keith Chesterton (1874-1936)
Escritor británico.
Me encantó charlar un rato con Mari Carmen, especialista en temas de transformación digital y una experta en ser Mamá, figura vital en la sociedad actual, por ser el motor de innumerables familias, brújula no pocas veces del camino que recorremos en nuestras vidas y vertebradoras de historias maravillosas en cientos de hogares en todo el mundo. Le dije que le dedicaría la entrada del blog en el día de la Madre, que en España se celebra el primer domingo de mayo, todos los años.
Lo tenía muy claro, la pandemia había acelerado el cambio que ya era tendencia y el mundo híbrido en muchos aspectos de la vida, y por supuesto, en el trabajo había venido para quedarse.
El trabajo remoto y el presencial van a convivir en nuestra forma de vivir y tanto los espacios como las personas deberán adaptarse a esta nueva forma de operar, siendo diseñados los puestos para encajar entre los mundos virtuales y espacios reales que fomenten los encuentros sociales.
Las interacciones en real se producirán cada vez más en una óptima adaptación a las necesidades del triángulo empresa, individuo y familia. Los horarios se amoldarán a las necesidades del mismo y los equipos en remoto serán también pieza clave en el diseño de estas nuevas interacciones, las cuales aumentarán productividad y calidad de vida.
Este mundo tan complejo, híbrido, está permitiendo también disponer de recursos que mejoran la empresa, que viven muy lejos de nuestros centros de trabajo y que generan una luz de esperanza que hará que nuestras empresas crezcan, gracias a que recursos más valiosos y con más conocimientos que los que teníamos a nuestro alcance se unan al proyecto mediante nuevos modelos de contratación. Más conocimiento, más experiencia, contratos de outsourcing por proyectos y equipos más diversos e intergeneracionales son posibles gracias a la digitalización.
También comentó que existirían cada vez más nuevos espacios, nacidos como terceros lugares, no siendo ni oficinas ni viviendas particulares, diseñados para trabajar y con medios comunes que generarán valor a empleados, disminuyendo desplazamiento, promoviendo vivir en zonas verdes, rurales, pero que a la vez generarán todos los recursos que un trabajador híbrido necesita durante sus sesiones en remoto.
Es una convencida de la relación directa entre la transformación digital y el aumento de la productividad. Si puede generarse un valor para la empresa haciendo 60 kilómetros menos, eliminando una hora de desplazamiento, estrés y atascos, y se puede incrementar la productividad mientras fomentas una actitud proactiva, de aprendizaje, y además puedes atender mejor a hijos, padres y pareja, ¿Qué puede indicar que no estamos en el camino correcto?
Le llama la búsqueda de la tensión incómoda, por lo que incita siempre a los suyos a salir de forma proactiva de la hiper-famosa zona de confort. El que se quede en ella, mucho me temo que estará minimizando su futura empleabilidad, y el trabajo para toda la vida, está en peligro de extinción, de eso no nos debe de quedar ninguna duda.
Pero no todo es y será remoto. El contacto humano es muy necesario, ya que por ejemplo se deja de captar una gran parte de la comunicación no verbal, relevante para entender a socios, empleados, clientes y colegas. Esta parte es vital para evitar conflictos, prevenir problemas y sentir en general necesidades para crear productos y servicios, los cuales son la base de muchos de nuestros trabajos.
Somos seres sociales, necesitamos ese contacto humano en cada una de las facetas de la vida, no siendo el trabajo una excepción. Mari Carmen estaba segura que el contacto humano genera optimismo, nos hace más resilientes y mejora retos, ayudándonos a soportar cargas en equipo difíciles o imposible si lo hacemos solo nosotros. Volvía a recalcar nuevamente que no nos podemos posicionar ni en un mundo 100% remoto ni en todo lo contrario. El equilibrio, el mix, nuevamente es una virtud, por lo que cada individuo, cada empresa y cada situación debe saber como posicionarse a este respecto.
No pasó de largo del tema de liderar en remoto. Aterrizó en las necesarias habilidades blandas, poniendo como ejemplo la comunicación efectiva, la escucha activa y la empatía, tan necesarias para anticiparse e intuir si se avecinan problemas. Se necesita olfato para prevenir nubarrones, y ahora más que nunca, debido a que alguno de nuestros colaboradores nos mandan mensajes desde solo la fría pantalla. Poco tiempo para la charla informal, tan necesaria como el comer, de la que nos resulta el dato de cosas tan importantes como un estado de ánimo, un problema indirecto o un roce solucionable con una pequeña discusión que el remoto y las prisas, algunas veces no nos dejan desnudar.
Me dejó tarea, ya que hoy no tenemos en la empresa un espacio accesible para encuentros remotos y no remotos, que facilite la colaboración, tecnológicamente avanzando y que a la vez sea cómodo. Me decía que tenía que imaginarme salas abiertas más parecidas al salón de nuestra casa, que generaran interacciones entre nuestros empleados, conexiones emocionales que el remoto no permite. Me hablaba de luz natural, plantas, alguna fuente y mucha ventilación o incluso zonas totalmente abiertas. No me dejó preguntar, simplemente me lanzó el mensaje para que pudiera rumiarlo a solas, y aquí me tiene pensando en cómo, en dónde...
Como mensaje final, en positivo, me dejó cómo la digitalización, la flexibilidad horaria y el trabajo remoto bien entendido nos abre un sin fin de oportunidades para mejorar el equilibrio laboral, personal y familiar. Estructuras ágiles, más horizontales, innovadoras y creativas podrán llegar a nuestras empresas, favoreciendo la contratación, debido a nuevas fórmulas, de talento cada vez mayor, generando empresas cada vez mejores. Personas con más posibilidades de desarrollo, Mamás que cada día nos enseñarán más y más fórmulas para liderar grandes retos, igual que ellas hacen crecer a sus familias y consiguen ese equilibrio que en la empresa tanto buscamos.
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