MEJORANDO COMO JEFE

"No me importa lo mucho que hablen mis ministros,

siempre que hagan lo que yo les digo"

Margaret Thatcher (1925-2013)

Ex-primer ministro de Inglaterra

Cuando nos despedíamos del jefe, Ismael Jr., director joven pero suficientemente preparado, tenía la impresión de que la empresa que dirigía podía estar tranquila con el recién llegado al doloroso sillón del poder. Se vislumbraba un buen futuro, ya que esta nueva generación (la tercera) se había mostrado con muchas ganas de escuchar tanto a su gente como a todo el que entendía que podía necesitar; en definitiva, dispuesto a aprender de todo aquel que le aportara conocimiento y experiencia.

Estábamos de acuerdo, respecto a algunas teorías, como por ejemplo que el líder no nace, sino que la mayoría, a base de práctica es capaz de crecer y desarrollar un buen estilo de liderazgo. Es una habilidad que está constantemente en evolución y que con algunas directrices, es posible visionar de una manera sorprendente como mejoran algunos directivos y por ende, sus empresas también. Como le comenté mientras nos despedíamos, este nuevo director apuntaba maneras.

No conocía Ismael a Brian Wong, y la verdad le gustó bastante unos pequeños trucos que el joven emprendedor escribía esta semana sobre cómo convertirse en un buen jefe, cuando le resumí unos consejos que me habían gustado bastante y que estaban basados en su experiencia personal.

En primer lugar, para este joven es fundamental hacer un esfuerzo en conocer los super-poderes de sus empleados. Está claro, que para ser un buen profesional es muy importante conocer y cultivar los super-poderes de uno mismo, pero si además te toca ser jefe, también necesitamos conocer los de nuestro equipo. No es sencillo, ya que muchas veces, los componentes de tu departamento no se auto-valoran de esta manera y la clave está en observarlos muy de cerca y tomar nota de los puntos en los que destacan. 

Algunos consejos:

- Escucha más de lo que hablas.

- Detecta qué proyectos hacen iluminarse a tu gente mientras hablan de ellos.

- Observa las tareas que les aburren.

- Identifica también las cualidades únicas que cada persona brinda al equipo.

"Cuando lo tengas todo claro, delega las tareas a los que destacan en cada área y tu equipo crecerá. Intenta que nadie trabaje en un proyecto por el que no sienta pasión, al menos durante grandes partes de la jornada."

Por otro lado, debes tener las lineas de comunicación directa con tu gente. Esto te hará crecer como CEO y ésta accesibilidad hará que la empresa crezca debido a que siempre estarás dispuesto, como jefe, a recibir todas las ideas que tu gente tenga. Todo el mundo, una vez conocida tu agenda y tus horarios destinados a recibir llamadas internas, podrá libremente contactar contigo; además, esta transparencia hará que tus empleados te respeten igual que tú los respetas a ellos.

"Lo importante es que tú conocerás mucho de lo que tu gente siente y piensa, y podrás dirigirles anticipándote ante posibles obstáculos en el camino."

Fundamental, si acabas de llegar, será crear tus valores centrales de compañía, y fundamental al cuadrado, usa estos valores en cada una de las decisiones.

Cada compañía debería tener unos valores corporativos claramente definidos. Si no es tu caso, ¡¡¡créalos!!!

Cada empleado en su función, debe estar involucrado en la empresa y compartir los valores de la misma, creyendo en los mismos. Debemos de asegurarnos que los colaboradores están encantados de venir a nuestras compañías cada día. Por otro lado, estos valores son los que deberían conducir las decisiones diarias de cada uno de tus empleados. Si el camino está marcado, y está claro, tu gente puede evaluar prioridades, establecer metas y tomar decisiones incluso de contratación para dirigir de una manera autónoma a tu empresa donde tu quieres. Pero de esta manera mucho más rápido y sin desviarse de tu objetivo. 

"Fundamental esta parte para potenciar a tu equipo no sólo en la toma de decisiones durante tu ausencia, sino para que ellos y tu empresa prosperen."

Por último, elige a tu equipo para tener éxito, y más importante, permítele tener éxito. Asegúrate que tu equipo tiene todo lo que necesita para conseguir las metas. Ayúdales a desarrollarse eligiendo metas y priorizando tareas gracias a tu visión más global. Dales todas las herramientas que necesiten y permíteles crear, donándoles la libertad que merecen. El liderazgo con marcaje estrecho es extremadamente malo para el crecimiento de una organización. ¡No puedes supervisar todo! Eres inteligente y sabes que los empleados hacen mejor su trabajo si tienen libertad (ni decir como se empuja la productividad laboral, siempre que se pueda, con horarios flexibles y trabajo desde casa).

"Ya se sabe que el tema no es cuanto tiempo se consume en el puesto laboral sino la calidad del trabajo producido por el profesional, o sea, el valor añadido generado para la empresa".

No tengo la menor duda que a Ismael le queda mucho trabajo y no le va a ser fácil liderar su empresa, pero tiene mucho ganado por sus ganas de aprender y gran capacidad de escucha.

Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 2 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.

El vídeo de la semana: TIPS PARA SER UN BUEN JEFE

Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.

ZANAHORIA, HUEVO O GRANO DE CAFÉ. TÚ ELIGES

EL TIEMPO COMO FACTOR DE CRECIMIENTO

"Si el tiempo es lo más caro, 

la pérdida de tiempo es el mayor de los derroches"

Benjamin Franklin (1706-1790) 

Estadista y científico estadounidense

Cuando el CEO de la empresa de paquetería que estábamos visitando tomó la palabra, la verdad es que nos hizo levantar la cabeza, a todos los asistentes, y consiguió mantener nuestra atención, más por sorpresa que por contundencia.

Nos había extrañado bastante que la reunión estuviera marcada para las 9:45 de aquella mañana de martes, pero cuando tratas con directivos de ese nivel, la agenda debe de ser tan ajustada que ganarle unos cuantos cuartos de hora al reloj debe ser de vital importancia. Al menos eso pensé yo.

Pero después de la reunión, entendí que nada era aleatorio para este señor, ni para su empresa, al menos en lo relativo al tiempo.

Nosotros habíamos llegado algo antes de las 9 y media y nos habían sentado en una sala de reuniones, con todo ya preparado (clima, agua, proyector) y nos ofrecieron un café de lo mejor que he tomado en los últimos meses. El señor Sánchez se sentaba en la presidencia de la mesa a las 9:42, según indicaba el reloj y la ingeniería que tenía que complementarse con nosotros, decidida por el cliente, entró en la sala a las 9:53 dejando el que parecía el jefe la gabardina y el maletín en una de las sillas y preguntando por el servicio, ya que necesitaba "echar una meada" (palabras textuales), no dejando a nadie indiferente. La cara del ingeniero que le acompañaba, el "becario", como le presentó el "jefe" una vez de vuelta del toilet, era un poema.

El señor Sánchez, tras estar todos acoplados en su sitio comenzó la charla:

"Buenos días a todos. Nuestro secreto número uno para alcanzar el crecimiento de nuestra organización, del establecimiento del status de confianza para nuestro personal, directivos, accionistas, proveedores y clientes;  y del inicio de una larga relación es y será siempre EL TIEMPO.

Basamos nuestros valores y nuestra cultura corporativa en el mimo del tiempo y el cuidado del mismo. 

Siempre pedimos que en todas las transacciones se valore el tiempo: se trata de respeto. 

La única forma de respetar mi tiempo es no hacerme perderlo. Ésto debe ser recíproco y todo nuestro personal debe de tratar así a cualquier agente interno y externo; en caso contrario, poco se puede exigir en el otro sentido. No me envíes correo no deseado. Preocúpate de los 100 coches que hay atascados y piensa en cómo conseguir que se muevan más rápido; o sea, no llegues tarde a la cita. Mira la ruta que no me haga esperar. Sólo entiendo que me respetas cuando valoras mi tiempo más que el tuyo.

Por otro lado, pido a los míos, y a todos los que pretenden ser partícipes de mi negocio, formando parte de nuestra cadena de valor; que se presenten a tiempo: no cuesta nada mantener las promesas en lo que respecta al tiempo. Preséntate en la reunión cuando empiece (preparado, con el pis hecho). Envía los productos a tiempo. Devuelve la llamada telefónica. Termina la renovación antes de la fecha programada. Devuelve el email cuando te toque. Cumple el envío del presupuesto. 

Todos los que trabajan con nosotros, deben saber que debido a nuestra experiencia entendemos que parte de nuestro éxito es que conocemos a las empresas egoístas, a los profesionales egoístas que cuando nos piden un minuto de nuestro tiempo, de nuestra gente y lo malgastan para sus propios fines, nos están  indicando que no pueden formar parte de nuestra propuesta de valor.

Nos encontramos en una sociedad en lo que la gente tiene bastantes cosas, tienen "bastante", pero pocos tienen tiempo para andar perdiéndolo. En definitiva, cuando malgastas el tiempo (rompiendo una promesa y/o llegando tarde) o abusas de él (considerando tu tiempo más importante que el de los demás), el cliente o el socio responderá desconfiando de ti, ignorándote y, al final, pasando a otra cosa."

Nota: el viernes recibimos una llamada desde la empresa de paquetería para indicarnos que seguiamos en el proyecto, pero que por varios motivos, la ingeneria que iba a desarrollar la infraestructura de abastecimiento había cambiado. En un futuro nos mandarían el nuevo contacto del colaborador. Os podéis imaginar los motivos...

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El vídeo de la semana: LA IMPORTANCIA DEL TIEMPO

Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.

SENTIRNOS ÚTILES, TAL COMO SOMOS

¿LIDERAS EL CAMBIO O SÓLO LO GESTIONAS?

"La gestión es hacer las cosas bien; 

el liderazgo es hacer las cosas correctas"

Peter Drucker (1909-2005) 

Escritor y consultor austriaco

Tras más de hora y media de charla amena y muy interesante, Francisco me dijo que no dejara esta semana de pasar la oportunidad de disponer por escrito, al menos en forma resumen, todo lo que habíamos discutido.

Me comprometí en hacerlo y aquí estoy.

Desde que lo conozco, es un gran profesional enfocado en los procedimientos, que los hace cumplir a rajatabla, por un lado, y que los mejora cada vez que una falla es sobrepasada por algún colega de departamento o colaborador, dejando al sistema seguro; eso sí, hasta el siguiente sobresalto. Es lo que se dice un gestor, y de los buenos.

Últimamente, siempre que nos vemos, le noto preocupado y así me lo hace saber debido a que no aprecia avance en el objetivo que su jefe y él se han propuesto para su empresa. Tras solventar la crisis como han podido, y después de que amainara el temporal en su sector, ambos decidieron abordar una reingeniería de procesos potente además de un cambio cultural, en aras de estar preparados para la siguiente recesión (siempre me dice que llegará, seguro, antes y con más virulencia).

Pero un gran gestor, sin dosis de liderazgo no puede afrontar esta "hazaña", y él lo sabe. Tengo que admitir que cualquier cambio de esa naturaleza necesita de al menos 70% de liderazgo respecto al 30% de gestión. Y la gestión es lo que se ha enseñado durante el siglo pasado tanto en universidades como en escuelas de negocio, pero nadie nos enseñó "liderazgo", siendo vital para nuestra supervivencia.

Nos han enseñado lo que se denomina gestión directiva: planificar, preparar presupuestos, organizar, dirigir personas, supervisarlas, tomar decisiones y resolver problemas. Pero poco nos han formado en cuanto al liderazgo que tanto escasea en nuestras organizaciones actuales. Poco nos han enseñado del proceso de creación de organizaciones y de la adaptación de las mismas ante cambios importantes de circunstancias. 

El liderazgo implica establecer directrices (desarrollando una visión de futuro y la estrategia para producir los cambios necesarios.), convencer a las personas (comunicando las directrices con palabras y con hechos) y motivar e inspirar a las personas (llenando al personal de energía para superar las barreras del cambio).

"Porque sólo ese liderazgo, del que tanto adolecemos, produce cambios , a menudo drásticos, y puede generar cambios extremadamente útiles.".- según John P. Kotter.

Es curioso, pero el éxito del pasado es lo que lleva al crecimiento, y éste a su vez a la necesidad de gestión (aumento de gestores directivos). El tamaño de la empresa implica aumento de control y la atención se enfoca hacia el interior de la organización. Además, los directivos se vuelven complacientes, ya que ante cualquier atisbo o intento de cambio, miran hacia atrás y repiten: "mira como estábamos y lo que hemos conseguido; tampoco lo hemos hecho tan mal. Mejor sigamos con nuestro método, por lo que pueda pasar." En este tipo de organizaciones, cualquier proceso de cambio estará gestionado en exceso o escasamente liderado. Alguien toma una decisión y exige que los demás la acepten. Se actúa por empuje y no por tracción. Y como todos sabemos, cualquier transformación implica sufrimiento, dedicación y creatividad, por lo que con coacción será imposible conseguir ni un pequeño cambio.

Gestionar el cambio es importante (necesitamos control), pero para la mayoría de las organizaciones el principal reto es el de liderarlo. Sólo con liderazgo se consigue cambiar la inercia de una organización, alterar las conductas de una manera significativa y sobre todo, conseguir que el cambio se aferre y genere raíces fuertes en la cultura empresarial.

Y no  es cuestión de sólo un individuo, mágico y maravilloso, no. En ésta época en la que las organizaciones son muy complejas, se necesitan muchos líderes internos (la famosa gran coalición), colaborando con modestia en el programa del liderazgo desde sus diversos ámbitos de actividad, desde sus pequeños departamentos.

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El vídeo de la semana: UNA CANASTA PARA LA GLORIA

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SECTORES MADUROS: ¿QUÉ HACEMOS?

TRABAJO DURO PARA UN "TRABAJADOR DEL CONOCIMIENTO"

"El trabajo es lo más divertido,

podríamos pasarnos horas observándolo"

Anónimo

Hemos dejado atrás la última semana de las fiestas de Navidad, incluida la noche mágica de Reyes en la que nuestros peques y los que no lo somos tanto, echamos el resto disfrutando de esos GRANDES momentos mientras destrozamos el papel de regalo; bonito, bien trabajado, pero diseñado para su destrucción. ¡El interior es lo que importa!

Ahora toca mirar al nuevo año, con sus nuevos retos. Toca trabajar duro, sin descanso, ya que todo lo conseguido en el pasado, pasado está y hay que ganarse el sustento con todo lo que creemos a partir de mañana, sin más dilación.

Pero trabajar duro era más sencillo de valorar, de medir y de ejecutar para nuestros abuelos y padres. Ellos se criaron y trabajaban en una economía manual, sin máquinas ni organizaciones de métodos y tiempos que les dieran ventajas competitivas. Si, lo tenían fácil (sólo de medir, por supuesto), trabajar duro era "producir más" (madrugar más, echar más horas, dejarse la piel). Y ese producir más era lo mejor para sacar a flote a su familia.

Pero ese tiempo pasó y todo se ha complicado. La mayoría de nosotros no usamos nuestros cuerpos como sustitutos de las máquinas. Las máquinas hacen el trabajo físico (menos los que optan por machacarse una hora al día en el gimnasio del barrio). En nuestro tiempo, nosotros nos gastamos las horas sentados ante un escritorio. Probablemente, el único levantamiento de peso será cuando cojamos el vaso de plástico de café y después lo tiremos a la papelera. Ni cambiamos la bolsa de la misma; ya vendrá la limpiadora (o el limpiador)...

¿Dónde quedó el trabajo duro?

En este punto, mis contertulios siempre me contestan lo de las 11 horas al día, el teléfono siempre dispuesto para contestar al cliente, al jefe (incluso en vacaciones), y esos e-mails respondidos en fin de semana, sin desconexión.

No. No estás trabajando duro, perdona, estas trabajando MUCHO (que es distinto). 

En definitiva, no sirven los conceptos clásicos de productividad. La productvidad del trabajador del conocimiento es algo totalmente nuevo y desconocido. Pero la calidad de nuestro entorno y del mundo desarrollado depende del entendimiento y la mejora de la productividad de estos trabajadores. Y una de las claves de nuestra economía, de nuestras empresas y de los jefes será entender cómo medir en el trabajo y cómo generar valor a través de liderar a este tipo de trabajador tan peculiar.

Antes nos medían por los kilogramos de aceituna que cosechábamos; como decía, trabajo duro era sinónimo de mucho trabajo. Pero despierta ya, por favor, debes saber que el futuro no tiene nada que ver con el pasado, y el trabajo duro es el que requiere que nos situemos en el límite, no simplemente que fichemos. 

Trabajar duro es dejar esa redundante cómoda zona de confort. Es dejar el trabajo y ponerte por tu cuenta. Es inventar un nuevo sistema, servicio o proceso en el departamento. Es ser capaz de sentarte ante tu jefe y explicarle que, por el bien de todos, tiene que dejar de ser perezoso desde el punto de vista intelectual, emocional e innovador (es más fácil quedarse quieto mientras que la empresa se apaga, cobrando la paga, pero también apagándose, consumiéndose). Trabajar duro es proponer al equipo directivo que cambien, que dejen de hacer lo de siempre, que prueben alternativas nuevas aunque más arriesgadas, eso sí. Trabajar duro es tomar decisiones arriesgadas, sin certidumbre, sin consenso. Trabajar duro es...

En resumen, trabajar duro es correr riesgos aparentes. Es dejar el "statu quo" de la complacencia a un lado y hacer cosas que la competencia consideran inseguro; romper las creencias, las normas.

¿Crees que las personas que hoy están cosechando éxitos o creando cosas fantásticas sólo lo hacen dedicando más horas que tú? Si esto fuera cierto, la receta es fácil. Pon antes el despertador. Ya lo tienes. El tema es que no trabajan sólo mucho, sino DURO.

Y la solución no es volver a las mulas, ni destruir máquinas y ordenadores, para dar horas al hombre, sino empezar a pensar que debemos trabajar (mentalmente) más que nunca, corriendo riesgos (emocionales, personales y económicos) que seguramente nos compensarán, con creces.

Claro que es arriesgado, seguro que lo estás pensando. Para comenzar nos tocaría enfrentarnos con cosas que preferimos ni verlas: el miedo al fracaso, el miedo a destacar, el miedo al ridículo, el miedo al qué dirán, en definitiva el miedo al rechazo. Pero trabajando duro nos enseñará a enfrentarnos a estos miedos y dejarlos atrás. Eso sí, una vez superados, al día siguiente, tocará hacerlo otra vez, y otra, y otra.

Pero no lo dudes, cuanto más arriesgues, más seguro estarás. Te estás forjando un futuro a prueba de recesiones y tus hijos te lo agradecerán. Así que cuando saltes de la cama, temprano, todos los días y estés frente a tu escritorio, ya sabes, trabaja duro, suda la camiseta, asegura tu vida y tu futuro, merecerá la pena.

Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 5 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.

El vídeo de la semana: TRABAJADORES DEL CONOCIMIENTO

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LET'S GO ABROAD (SI NO QUEDA OTRA)

ACTÚA YA, AHORA MISMO

"Actuar es fácil, pensar es difícil; 

actuar según se piensa es aún más difícil"

Goethe (1749-1832) 

Poeta y dramaturgo alemán

En la semana que acabamos de vivir tenemos la suerte de completar el 2016 y vivir el primer día del 2017. Cerramos un capítulo, abrimos otro. Toca dibujar lo nuevo, nuestro mundo, nuestro camino... 

Sin mucho enfoque, navegando perdido por la red me encuentro con las típicas listas, listas de todo y para todos, que en este caso se encargan de recordarnos típicos y famosos propósitos que por conocidos y cercanos, son más fáciles disponerlos en nuestros pensamientos que por supuesto, hacerlos realidad con nuestros actos.

Dejar de fumar. Hacer más deporte. Adelgazar 5 kilos. Leer más libros. Retomar el blog. Quedar más a menudo con amigos. Correr una maratón. Beber menos alcohol. Pasar más tiempo en pareja. Ser más felices. Dejar el trabajo que odias. Enfrentarte a tus problemas. Decir más a menudo “no”. Ser menos egoísta. No tomarme personal las críticas. Dejar de depender de mis padres. Abusar menos de los que me quieren. Gastar menos dinero en cosas que no necesito. Salir más el fin de semana. No buscar excusas. Ser más disciplinado para las cosas que me propongo. No envidiar lo que tiene mi vecino. Salir de mi zona de confort. Cambiar el mundo. Apreciar más lo que tengo. Ser un mejor ejemplo para mis hijos. Sonreír más y quejarme menos. Llamar por teléfono más a mis padres. Tener el valor de fracasar. Ser un poco más optimista.

También, parece que el cambio de año proporciona un trampolín para facilitar el salto hacia ese nuevo proyecto que te está rondando tiempo. Te impulsa, te incentiva, te reta... 

¡ACTÚA YA, AHORA MISMO!

Pero los informes no te dejan dar el paso. Tu corazón quiere dar el salto mientras tu mente te paraliza, te dificulta la visión de las ventajas que proporciona tu nueva/futura vida y te alimenta (haciendo crecer) la seguridad que te proporcional tu zona de confort. Sí, esa que te está matando, la que te aprieta y axfisia.

Siempre te mandan un motivo para no lanzarte hacia la renovación de tu ser, de tu vida: 

- Insuficiente dinero para afrontar contingencias.

- Competencia atrasada en tecnología y conocimiento que provoca exceso de gasto energético para ser entendido y aceptado en el mercado.

- Competencia no atrasada en tecnología y conocimiento no teniendo en nuestro poder una verdadera ventaja competitiva.

- Poca estabilidad en el entorno.

Quédate en la zona de confort. Estás a salvo. ¿Para siempre?

- Estoy endeudado.

- Otros, en otros sitios, ya están trabajando en nuestra idea.

- Nadie está trabajando en nuestra idea.

No salgas ahí fuera, quédate en casa, tu jefe velará por ti. ¿Hasta cuándo?

- Me encuentro sin financiación conseguida del capital riesgo.

- Me hallo sin patente.

- No consigo eliminar todas las pegas o/y obstáculos del plan de negocio.

- Quiero trabajar en un escenario cierto.

Me quedo en mi zona cómoda. Ya conozco las reglas. Tengo la ecuación. ¿Seguro?

- Tu momento ya pasó. Llegas tarde.

- Ese experto te lo ha dicho. Nuestro segmento está pasado. Demasiado tarde.

- No es el momento. Espera a la nueva generación de ese producto. Cuando madure.

- No es el momento. Empieza cuando el mercado se está creando.

- No. Ahora no. Es mejor. El entorno geopolítico debe asentarse.

Nunca es el momento. Siempre hay razones para la parálisis. Nunca debes saltar.

Ya lo dijo Seth Godin, por lo que se ve, el mejor momento para empezar fue el año pasado, pero no se te olvide, tras ese máximo resultado de la ecuación, siempre, siempre encontraremos el segundo mejor momento, el cual 

                   es 
                                ahora 

                                                      mismo.

¡ACTÚA YA, AHORA MISMO!

Esta semana me gustaría desearos a todos FELICIDAD y ÉXITO en este 2017 que comienza, estando seguro que actuaréis, desde ahora mismo, para rellenar las páginas del capítulo que os tocará vivir, en pleno y con los vuestros, durante este nuevo año.

El vídeo de la semana: Concierto de Año Nuevo 2017 Filarmónica de Viena Marcha Radetzky Gustavo Dudamel

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EFICIENCIA, SÍ. PERO CON ALMA...