"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 15 de octubre de 2023

CUATRO NIÑOS, UN DISCO Y LA IMPORTANCIA DEL TRABAJO EN EQUIPO

 "Ningún grupo puede actuar con eficacia si falta el concierto; 

ningún grupo puede actuar en concierto si falta la confianza; 

ningún grupo puede actuar con confianza 

si no se halla ligado por opiniones comunes, 

afectos comunes, intereses comunes"


Edmund Burke (1729-1797) 

Político y escritor irlandés



Le preguntamos a Marc por qué era para él tan importante el trabajo en equipo y el motivo principal por el que defendía siempre aquellas organizaciones que para él despuntaban en su sector, siendo el factor diferencial la productividad de sus diferentes departamentos y secciones.

Nos puso en situación. En la empresa y en la vida, se trata de realizar un camino, prueba o reto; llegar a la meta; y en todo caso, disfrutar del camino.

Intentó explicarlo con una pequeña historia en la que participaban como protagonistas cuatro niños. 


Dibujó un camino cuyo recorrido les llevaría a la meta con dos líneas paralelas que no tenía  nada de línea recta, sino que combinaba partes horizontales con verticales, y algunas  avanzaban hacia la derecha a la vez que hacia arriba con diferentes ángulos; también dibujó otras similares, pero hacia la izquierda.

El objetivo era llegar sin salirse al final del camino, dirigiendo un disco sobre una superficie lisa y aparentemente deslizante, el cual había sido convenientemente atado con tres cuerdas a un orificio en el centro del mismo.

Había cuatro niños en el lugar de los hechos; uno de ellos era lo más de lo más, por lo que presto y veloz fue el primero en dirigirse hacia la casilla de salida, cogió las tres cuerdas e intentó dirigir el disco por el centro del camino que marcaban las dos líneas convenientemente pintadas. Imposible; no podía generar, tirando de las cuerdas para hacer avanzar el disco, la dirección y el sentido que el camino marcaba. Aun con sus altas capacidades, no era capaz de realizar los movimientos y las tareas que el reto le emplazaba. Siempre acababa saliéndose del camino o tocando las lindes.

Cuando desistió, Marc puso a trabajar de manera coordinada a los otros tres niños. Por separado no eran ni de cerca lo capaz que era el primero, pero el resultado, sin todavía vivirlo, se nos antojaba que sería, de lejos, algo mejor.

Repartió una cuerda a cada uno; les explicó uno a uno cual sería su rol. Y les dio confianza y tranquilidad explicando que él estaría pendiente por si necesitaban algún recurso, información o les atendería ante cualquier necesidad que les fuera adicionalmente requerida por la prueba. Uno tiraría hacia la derecha, otro hacia la izquierda y el tercero hacia la dirección de la meta (hacia arriba) cuando se necesitara avanzar. Cuando la dirección fuera puramente en el eje "x" o en el "y", solo tiraría uno de los tres niños. Cuando la dirección necesitara una parte de avance en ordenadas y otra en parte en abscisas, dos de ellos tenían que combinarse y tirar de sus respectivas cuerdas; de esta manera el disco avanzaba con un ángulo determinado y nunca acababa saliendo fuera del camino.

En definitiva, solo cuando el movimiento era horizontal o vertical trabajaban de manera individual, pero en el resto de desplazamientos, el que se liberaba de tirar de la cuerda le indicaba a los otros dos como tirar para desplazarse de manera combinada hacia arriba y a la derecha o hacia arriba y a la izquierda, según los casos.

Y llegaron a la meta; y triunfaron; y cumplieron su objetivo; y disfrutaron.


Marc se mantuvo en silencio. Yo y mi equipo también. 

Pensé entonces en la importancia de tener equipos que trabajen como tal. 

Recapacité en cómo de importante era disponer de líderes que supieran sacar lo mejor de nosotros, como conjunto, sin buscar figuras que se salieran del mapa, sino equipos que dieran lo mejor de sí mismos a la hora de perseguir un objetivo, entender un propósito y desarrollar una manera de avanzar mientras disfrutaban del complejo camino hacia la meta. 

Y por último, pensé en como los talentos individuales son indispensables para un buen rendimiento, pero lo son mucho más cuando son capaces de integrarse en grupos con una serie de objetivos concretos.



Antes de irse, Marc nos dio unas claves de por qué los equipos mejoran al individuo:

- Porque crean sinergias. Un solo talento nunca tendrá el mismo impacto que un equipo solido, con objetivos claros y con sus roles muy bien definidos.

- Porque con equipos multidisciplinares se necesita menos de jerarquías rígidas, y los integrantes tienen un mayor margen de acción. Aumenta la participación, la motivación, la solidaridad, la colaboración y el sentido de permanencia, tanto a su grupo o departamento, como a la empresa.

- Porque se refuerza el empoderamiento y la responsabilidad de los participantes en la consecución del objetivo. Cada uno asume un rol y se intenta dar lo máximo para responder a la responsabilidad que se le ha otorgado.

- Porque salen a flote habilidades sociales que están aletargadas en entornos rígidos y autoritarios. Es impensable ver, cuando se trabaja de manera individual, habilidades que afloran en el caso de trabajar en equipo como son la empatía, la comunicación eficaz y la resolución de conflictos, entre otros.

- Y por último, y muy importante en el entorno que vivimos y que cada vez será más complejo, porque fortalece a las empresa ante el cambio. La sinergias hacen fuertes a las compañías ante amenazas y los continuos procesos de cambio que requieren disciplina, múltiples habilidades y resiliencia. Los grupos fuertes y unidos, con metas claras y que luchan unidos por un propósito son muchos menos permeables ante grandes procesos de cambio y crisis; y no sabemos ni cuándo ni cómo, pero el futuro nos depara cada vez antes y cada vez más potentes estados de cambio y de crisis.

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