"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 1 de octubre de 2023

DE CALCULAR TORNILLOS A DIRIGIR PERSONAS

"Intentar, desafiar, persistir, perseverar, ser fiel a sí mismo, 

pelear a brazo partido con el destino, 

dejar asombrada a la catástrofe cuando ve qué poco miedo nos da, 

ora enfrentarse al poder injusto y ora rebelarse contra la victoria ebria, 

resistir, plantar cara: 

ése es el ejemplo que necesitan los pueblos y la luz que los electriza"


Victor Hugo (1802-1885) 

Novelista francés



Cuando cambias desde un puesto técnico a una responsabilidad de dirección, ya sea tanto de una empresa como de un área o departamento, lo que más normalmente preocupa es si se será capaz de afrontar los objetivos y retos que este cambio plantea.

En esencia, por ejemplo, si estás como ingeniero calculando, diseñando y generando especificaciones y planos, y de repente cambias o te cambian a un puesto de responsabilidad, de manera automática ningún problema ya tiene una fórmula exacta por detrás que soporte las decisiones sino todo lo contrario, siempre depende de muchos, muchos factores y causas, y entornos. Incluso a veces la situación depende de cómo se levantó hoy éste o aquel, cómo pasó la noche o cuál fue la última llamada justo antes de entrar a la fatídica reunión...


En definitiva, gestionar personas es y siempre será lo más difícil, además de lo más incierto. Está claro que nadie te presta la guía, nadie tiene la verdad a priori y ningún maestro puede donarte toda la experiencia que con el tiempo y la iteración prueba-error ha ido cimentando a base de afrontar decisiones y problemas que el acierto y el fallo han depositado para siempre en su know-how como directivo.

Cuando se piensa en algún profesional para ascenderlo y proponerlo para liderar un equipo, se da por hecho que es un gran profesional en el ámbito técnico, que conoce el producto, el mercado en su caso, a la competencia, a los proveedores, etc... Distinto es, (aquí es donde hay que tener olfato desde la alta dirección) en el caso de las habilidades y capacidades necesarias para la dirección de personas.

Y no debería valer para aprobar el que fuera capaz de realizar con nota las tareas típicas teóricas, necesarias pero no suficientes, de planificar, organizar, dirigir y para cerrar el círculo, controlar. Aprobar y seguir aprendiendo para nota tiene que ver con tener capacidad y actitud para mejorar unos roles que si no se adquieren o hay una tendencia a implementarlos la situación será, a la larga, insostenible y el fracaso estará asegurado en el nuevo puesto.

Dándole una vuelta a las habilidades blandas que se necesitan se me ocurre, en primer lugar, que un buen líder o director debe sentirse a gusto trabajando entre personas, por ellas y para ellas. Si no se está cómodo entre personas y entre sus problemas, es difícil liderar nada y a nadie.

También, y esto deriva de lo anterior, debe ser un responsable muy abierto, o sea, dispuesto a escuchar mucho, y una vez recopilada información  suficiente y relevante, tomar decisiones, a veces sencillas, pero la mayoría de las veces difíciles por estar inmerso en un entorno complejo, volátil, y retador pero que además debido a los tiempos que corren, el tiempo de toma de decisiones encaminadas a las acciones debe ser y es más reducido que hace apenas unos años.

En cuanto a los roles que un directivo debe tener, se me ocurre, en relación a las personas, que debería ser capaz de aparecer como líder a nivel interno, motivando, desarrollando talento y cuando toque sancionando comportamientos perniciosos para el proyecto. También debe ejercer de cara a la parte externa de la empresa como cabeza visible en cuanto a la relación con los diferentes stakeholders de la misma. Y por último, ejercer de enlace con una red de contactos que debe tejer, y entre ellos encontrar personas u organizaciones que generen valor tanto para él como para su empresa.

También debe jugar un rol de monitor, buscando y recibiendo información, la cual le servirá para una mejor toma de decisiones que le corresponde tomar. Nuevamente, le toca ejercer de comunicador hacia los dos lados con los que interactúa, el interno y el externo. Hacia dentro, por la necesidad de hipercomunicar debe ponerse el sombrero de divulgador, y hacia fuera, hacia el exterior de la organización, enfundarse el sombrero de portavoz.

En definitiva, para ser un gran directivo se debe ser un gran comunicador, ya que es necesario para tener éxito en esta tarea "conectar". Y si no se comunica bien, es difícil acabar conectando con la gente.

Sí que avanzando en más roles que necesitaría un colaborador para pasar de buen técnico a buen directivo, mi cabeza acababa aterrizando en cuestiones más puramente operativas. No bastaría alguien que fuera bueno motivando, gestionando personas y comunicando de nota si no fuera capaz de tomar decisiones y resolver conflictos o problemas.

Se debe observar si además de estar gestionando bien temas internos, siempre está observando lo que está ocurriendo ahí fuera, y lo que puede venir, o lo que es lo mismo, que se tenga el sexto sentido, o el olfato para los negocios, como se suele decirse cuando se maneja ese rol de verdadero empresario.

Además, no debe dolerle en prenda aplicar medias correctivas cuando el rumbo no es el esperado, teniéndose que poner en ese caso la gorra de solucionador u organizador. Y está clarísimo que debido a que los recursos nunca son infinitos, ante conflictos y problemas, es muy necesario ser muy hábil cuando toca ponerse el traje de negociador.

Me propuse hacer una lista y puntuar a priori y por supuesto, generar un seguimiento continuo a las personas que disfrutan de posiciones de liderazgo en las organizaciones/áreas que dirijo, y por supuesto, poner nota a todos los roles intentando medirme a mí mismo mientras me pregunto qué se puede hacer para mejorar en todos los vértices del polígono, y en cada uno de los elegidos para esta gran obra que nos ha tocado escribir, dirigir y en consecuencia vivir.

- Líder

- Enlace

- Cabeza visible

- Divulgador

- Portavoz

- Monitor

- Solucionador

- Negociador

- Empresario




¿Y tú? ¿Cómo te ves? ¿Cómo te sientes? Y sobre todo, ¿Qué puedes hacer para ir mejorando cada rol, cada habilidad y aportar lo máximo posible en el desarrollo de la organización, área o departamento que hoy, por tus méritos, estás dirigiendo?

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