"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 17 de mayo de 2020

TELE-REUNIONITIS O EL MAL DE EXCESO DE VIDEOCALLS

"La mucha luz es como la mucha sombra: no deja ver"

Octavio Paz (1914-1998) 
Poeta y ensayista mexicano


Acabó el día completo y estaba exhausta y muy enfadada consigo misma. No había avanzado mucho en sus tareas y el resumen de la jornada fue que había estado reunida 7 horas del día y no podía achacarlo a la no planificación, ya que todas las vídeo-reuniones las había programado ella misma.

Había caído en su propia trampa, y era lo que precisamente le molestaba. Sabía que la reunionitis era un mal que hacía que en las empresas se perdiera productividad y mucho, mucho tiempo. Es verdad que las nuevas herramientas permitían tener más de cerca a colaboradores y a las personas de su equipo, permitiendo verse aunque estuvieran teletrabajando o en otras delegaciones, pero lo que mejoraba costes y tiempo, el no tener que desplazarse, había sido el "cebo perfecto" para no dejar tiempo a la reflexión, las tareas diarias y las diferentes actividades que tan necesarias son para continuar dirigiendo un negocio o un departamento.

Volviendo a casa lo decidió, tenía que pensar cómo usar la tele-reunión pero sin saturar su jornada y sobre todo, sin colapsar su verdadero objetivo, liderar a su equipo y conseguir los mejores resultados que se había propuesto tras el revés que su empresa había sufrido debido a la crisis del dichoso coronavirus.

Sólo dos telereuniones al día con terceros, y una interna, siempre que las llamadas de teléfono tradicionales no cumplieran su objetivo, tal como la mayoría lo habían hecho hasta febrero de este año. Si no necesitamos compartir la pantalla con algún documento interesante, mejor por el método tradicional, se decía mientras dejaba el coche en el parking del sótano de casa.

No convocaría al equipo al completo, menos en la reunión mensual. El resto, antes de convocar, debería pensar quién aporta y quién es realmente necesario. La facilidad de convocar al personal y lo dispuestos que todos estamos (generando visibilidad) para aceptar cualquier tele-reunión, hace que estemos más profesionales de la cuenta. Terminó de poner la mesa y llamó a los niños para que tras lavarse las manos, devoraran la super-cena que mamá les había preparado (sin dejar de trabajar, pensando en la oficina, en el equipo).

Además, da la sensación que aunque estamos en casa trabajamos más que nunca. Cómo rendimos y cuántas horas echamos es lo que más se comenta cuando resumes la semana que termina, antes de iniciar un fin de semana en el que también toca por desgracia rematar asuntos que quedaron pendientes o preparar temas para la semana siguiente (sin mucha o ninguna desconexión). 

Tendríamos que limitar el trabajo en fin de semana y hacer que los miembros del equipo desconecten, pero de verdad. La verdad es que todo está siendo nuevo, y aunque no lo creamos, el shock que ha provocado esta pandemia nos ha generado un cambio en la forma de trabajar que todavía no hemos terminado de digerir. Necesitamos nuevos procesos que nos hagan volver a la senda de la productividad laboral, y por qué no decirlo, también en lo personal. Todo esto le daba vueltas en la cabeza, ya recogiendo la mesa, metiendo en lavavajillas cubiertos, vasos y platos y rematando con la balleta y el papel mágico encimera y vitro...

Julia, que así se llama mi colega, ya sentada en el sillón, tras la cena, recordaba que en otra video-llamada, el viernes anterior charlando con unos compañeros de la escuela de negocios de la que era ex-alumni, uno de ellos le había referido cómo se sentía (lo mal que se sentía), cada día, al llegar  las 10 de la noche, a pesar de que había estado todo el día en casa teletrabajando, al no haber dedicado ni un minuto a sus dos hijos, y por supuesto, tampoco a su mujer. En definitiva, una locura, la situación nos ha propuesto estar más cerca que nunca, y más lejos que nunca...

Algo estamos haciendo mal, y no es un tema de responsabilidad solo individual. Se trata de pararse, pensar y comenzar entre todos a crear los nuevos métodos, procedimientos y hábitos que eliminen desperdicio, la famosa "muda" del lean direction, y que hagan de nuestro tiempo eficiencia en los resultados permitiendo volver a vivir, tanto en el trabajo como en casa.

¿Cómo lo ves tú, amigo lector? ¿Estás viviendo una situación parecida a mi colega Julia? ¿Crees que es tiempo de parar, pensar y rehacer nuestros hábitos en este nuevo mundo que ha venido, no al 100%, pero sí en gran parte, para quedarse?

Tus aportes, tus comentarios y hacer que llegue a mucha gente que puede tener el mismo problema que esta profesional, seguro que ayuda a mejorar la situación actual que estamos viviendo, nueva e incierta. Gracias de antemano, y suerte...

No hay comentarios:

Publicar un comentario