"Comienzo con la premisa de que la función del líder
es producir más líderes, no más seguidores"
Ralph Nader (1934-?)
Activista y abogado estadounidense
Esta semana hemos despedido, solo unas semanas después de que papá nos abandonara para cuidarnos desde el Cielo, a otro muy cercano y querido familiar. Nunca se quiere que lleguen estos momentos, pero ni lo digital, ni la tecnología, ni los nuevos métodos de gestión y liderazgo nos preparan para vivir estos momentos de despedida tan dolorosos. Simplemente, hay que convivir con estas situaciones y continuar en este camino que es la vida, eso sí, con los mejores recuerdos vividos con estas personas queridas siempre en mente.
Pero la semana también nos puso en el calendario un evento al que todo el equipo directivo fue invitado en el Colegio de Arquitectos de Madrid. Era una jornada en la que una empresa de nuestro grupo premiaba a tres empresas u organismos (privada, pública y organización) por su capacidad de retener talento en estos momentos de revolución digital.
Mucha calidad entre las empresas premiadas, entre los clientes invitados y entre los directivos de todas las empresas del grupo que pudieron asistir al evento.
Luego, al día siguiente, tras la jornada de trabajo, un grupo de directores comentamos lo mejor del evento, resaltando como resumen las siguientes ideas principales.
Claro está que estamos navegando desde ya tiempo en un entorno de grandes turbulencias, dinámico, competitivo y especialmente digital. Por ello, sin duda, la transformación digital no será viable en ninguna empresa sin un modelo de liderazgo innovador, evolucionando a mejor, sin llegar a romper con el pasado.
Es interesante y vital liderar con foco, sin dispersión que nos haga perder la perspectiva de nuestro objetivo. Cada detalle cuenta y marca diferencias entre los competidores, por lo que no hay que descuidarse en nada; de ello dependerá nuestro éxito y definirá si nuestro proyecto es excelente, o simplemente normal.
El directivo en esta etapa 4.0 debe ser versátil. No sabemos cuales serán los servicios y los productos del futuro, porque se están creando nuevos de ellos todos los días. Por ello, el nuevo líder debe ser abierto, ágil, flexible, multidisciplinar y con gran capacidad para pivotar profesionalmente ante nuevas necesidades que cubrir o nuevos problemas que resolver.
Estábamos de acuerdo que el directivo debe obsesionarse con añadir valor a su compañía. Aportar valor en sus decisiones a la empresa, a la sociedad y al cliente, sin olvidarse que hay que crear ese valor y conseguir un modelo sostenible a la vez que monetizarlo.
Este nuevo líder debe aprovechar la digitalización para llegar más lejos caminando con su equipo; o sea, lo que se llama dirigir con una visión sinfónica de equipo, desarrollando una gran capacidad de resiliencia, importante en un mundo veloz, plagado de muchos fracasos y con la necesidad de superar rápido la adversidad. Tiene, él y su equipo, que aprender para mejorar y con ésto, alcanzar el éxito.
Apostamos por un líder creativo, implicado con los valores y la cultura de la empresa a la que representa y obligado a intraemprender, proponiendo nuevas ideas, a la vez que debe estar en continuo proceso de aprendizaje y formación continua.
Sí, estábamos de acuerdo en la necesidad de las herramientas digitales, el internet de las cosas, etc... pero la necesidad de desarrollar un talento colectivo, más humano, para nosotros es vital. El directivo debe liderar cambiando la forma en la que se toman decisiones, orientando su gestión de una manera más horizontal.
Entre tanta digitalización, tenemos que conseguir reforzar valores humanos como:
Colaboración, Confianza, Iniciativa y Transparencia.
Visionamos un líder que no sólo dirige, sino que protege y acompaña. Estimula a sus colaboradores, tanto para reconocer sus éxitos como para retarlos y sacar de ellos el máximo rendimiento. Debe comunicar de forma abierta y permanente, inspirando y motivando; en definitiva, creando más líderes.
Para terminar, y desde mi punto de vista personal, no veo un líder en este tiempo sin que se le vislumbre la capacidad de crear en su organización una cultura del cambio. Tiene que ser capaz de convertir en cultura de empresa los cambios que empuja. Debe aplicar, a través de estrategias meditadas, los asuntos de cambio como si no costara trabajo, asumiendo todos los colaboradores la misión como parte del día a día, formando parte de la filosofía de la empresa.
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.
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