"Las personas se convierten en los relatos que escuchan y los relatos que cuentan"
Elie Wiesel
(Escritor húngaro)
Tras una semana con bastante movimiento, me tocaba volver a casa y esta vez, por tema de horarios, me habían gestionado un AVE hasta Madrid y luego, un Media Distancia hasta casita. Había vivido aventuras por Almería, Torrevieja, Murcia, Toledo, Ciudad Real y por supuesto, Madrid, última parada antes de volver al hogar y afrontar un puente al que en estos momentos, cuando toca escribir estas líneas, sólo le falta el remate de la Inmaculada Concepción, mañana, ya que por suerte (se ha pasado en un suspiro) hemos recorrido tres de los cuatros días de descanso, eso sí, disfrutando con amigos y familia las primeras celebraciones que nos van preparando para la venida del Señor y despedir un año cargado de trabajo, ilusión y como no, resumir un tiempo dedicado a la construcción de los primeros cimientos de un proyecto que comenzaba con el año que en breve dejaremos marchar.
Comentar que una vez acoplado en la plaza que rezaba mi billete y a punto de sacar el e-book para intentar rematar un libro que por "H" o por "B", me está costando terminar, se sentó a mi lado un señor, que al escucharle hablar por el móvil, se le veia agradecido con el interlocutor y explicaba que él también estaba satisfecho con la charla.
Cuando colgó, no me resistí a preguntarle si era conferenciante, a lo que me contestó enseguida que sí, y que sus charlas giraban en torno a la seguridad de las centrales nucleares, tanto en España, como en algunos países europeos tal que Portugal, Italia, Francia y Benelux. Enseguida le indiqué que el tema de la energía me interesaba, y por supuesto aproveché para contarle a lo que en mi nueva andadura me dedicaba.
El señor, llamado Peter, se sintió interesado por mi proyecto, pero enseguida le pregunté si no era aburrido ser conferenciante sobre lo que mi había comentado, ya que me sonaba a un poco tostón, día tras día, mes tras mes...
Pero me contestó que nada más lejos de la realidad, ya que para evitar que fuera un rollo inaguantable el tema en cuestión, precisamente le habían entrenado para trabajar comunicando a través de "contar historias (el arte del storytelling)". Según él, en una narración, el CORAZÓN del público es siempre el primer objetivo. Alcanzarlo es esencial para cualquier tipo de negocio. Y terminó indicándome que cualquier empresa debe de ganarse a sus clientes a través de crear una historia. Me estaba hablando del mundo del "Storytelling" y me había ganado totalmente, ya que soy un enamorado de ese mundo y todo lo que me enseñara en el viaje sería muy bien recibido.
No dudé en preguntarle sobre cómo se construye una historia y me indicó en forma de esquema, que se realiza de la siguiente manera:
• Primero: captar la atención de los oyentes con un reto o una pregunta inesperados.
• Segundo: ofrecer a los oyentes una experiencia emocional al narrar la lucha para superar aquel desafío, o para encontrar la respuesta a la pregunta inicial.
• Tercero: disparar la respuesta de los oyentes con una resolución reveladora, que los llame a actuar.
Ya, le dije, pero esta estructura lo que hace es dotar al relato de una forma. Creo que le falta algo, pensé para mí. Y no tardó en indicarme que tenía razón, a no ser que el relato tenga cuatro elementos esenciales que consiga que la historia tenga capacidad de conmovernos como oyentes.
En principio, debemos de disponer un héroe en la narración, simpático o que al menos sea reconocible. O sea, que el personaje principal nos resulte cercano.
Además, debemos poner en marcha la historia, y esto se hace con el segundo elemento, el drama. La atención de los oyentes queda atrapada rápidamente por la necesidad de saber qué pasará después.
Como tercer factor es el momento "eureka", que no es otro que el momento en el que se desvela el lío y el oyente se llena de emoción propósito y sentido.
Y el cuarto y definitivo, lograr compartir entre el narrador y el público una historia con un tema que proyecte luz sobre un interés, un objetivo o un problema como digo, común.
Bueno, le indiqué, tenemos forma y capacidad de conmovernos, ¿y ahora?
Pues debemos poner en marcha nuestra historia, me indicó. Debemos prepararnos bien, y esto se consigue escuchando y comprendiendo a la audiencia, o sea, preocupándose por ellos para averiguar cómo contar la historia en cuestión. Además, debemos elegir el contexto y el lugar óptimo. Y por favor, reitoró, no olvide que para alcanzar su objetivo y conectar con su público debe transportar las emociones desde su verdadero interior (crea usted en lo que cuenta) hacia sus corazones.
¡Cuente! Sea cual sea su negocio, me indicó levantando la voz, el espectáculo empieza cuando llega el momento de contar nuestra historia. Y hágalo con la mayor energía auténtica y contagiosa, emocionándose durante su charla y abriendose a sus oyentes siendo eso sí, perseverante.
Para terminar me indicó, como consejo, que siempre intentara ser interactivo, renunciando al control, haciendo que la historia no me pertenezca, sino que sea del público asegurando de esta forma recibir una escucha empática.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 2 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
Inspiración: Gracias a @PeterGuber, tus consejos fueron bien recibidos y seguro que bien aprovechados. Ahora toca crear una historia interminable, a base de que proliferen los narradores de nuestra historia, conservando los elementos claves de la originaria pero dándole su toque personal. La idea central será la misma, siempre quedará...
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