"El entendimiento es una tabla lisa en la cual nada hay escrito"
Aristóteles (384 AC-322 AC)
Filósofo griego.
No cabe duda que estamos a las puertas del 2019.
Esto significa que toca repasar el año que hoy termina y saber que hacer con nuestra vida a partir de mañana mismo, ¿verdad?
Parece que todo debe de cambiar, o nada, según a quién preguntes, pero lo que está claro, o eso al menos opino yo, es que toca aprender a desaprender. Y es que como decía Toffler, los verdaderos analfabetos del siglo en el que estamos serán aquellos que no hayan asumido el proceso de aprender, desaprender y reaprender.
Mucho se nos habla sobre creatividad, innovación, etc... pero sin descargar la mochila de ideas y creencias aprendidas, profundas y ¿verdaderas/reales/acertadas?, poco o nada podremos hacer por generar nuevas ideas disruptivas que provoquen mejoras y evolución en nuestros entornos laborales o personales.
Localicen el "siempre se ha hecho así" y.. ¡destiérrenlo de sus dominios!, por favor.
Pregunten en su círculo de amigos o en su empresa sobre lo del desaprendizaje y seguro que todavía les sonara algo lejano.
El mundo camina cada día más rápido, todo está en proceso de cambio, incluso lo que no debería cambiar nunca, las relaciones personales con nuestros seres queridos están hoy patas arriba. No compartimos nuestra tiempo, nuestra vida; sólo whatsapp, fotos, vídeos y reenvíos de contenidos de otros. Triste, muy triste, pero cierto.
Igual que sólo reenviamos, sin creación, sólo usamos lo que alguien nos dijo que era cierto como si fuese casi conocimiento "divino", conocimiento perfecto. Aprendido y grabado en piedra como verdad absoluta, la "Verdad".
Y no queda otra, si queremos (o necesitamos) adaptarnos a este mundo turbulento y cambiante, tenemos que desaprender. Necesitamos aprender a desaprender. Y desaprender va de iniciar un proceso de auto-crítica en un espejo sin filtros, que amortiguen nuestras creencias aprendidas en el pasado (dadas como válidas sin vacilar). Hay que enfrentarse a nuestro "yo real" y cuestionar lo que se supone aprendido en el pasado.
La semana antes de Reyes, puede ser buena para el auto-análisis. Qué soy, qué quiero ser, qué necesito desaprender y luego, a reaprender.
Es un proceso doloroso, hay que ser consciente de ello; imaginad cómo de frustrante debe ser darse cuenta de cómo muchas de las cosas por lo que has luchado y/o has defendido, de repente ya no es lo que tú pensabas/creías; no son cómo las haces o te enseñaron. Es diferente. Frustante, sí, y doloroso.
Entonces, ¿por dónde empezamos este 2019? me preguntaba un colega el otro día mientras tomábamos el café de una cena de amigos que repetimos en estas fechas todos los años.
Yo por mi parte lo tengo claro. Tenemos que alejarnos de nosotros mismos. Examinarnos cual profesor objetivo desde fuera, desde lejos. En esta fase de desaprendizaje tenemos que cambiar la manera de afrontar los problemas a los que todos los días nos enfrentamos. ¿Podemos pensar en los problemas como si fuéramos un yo distinto, otra persona?
Esto nos lleva a que tenemos que afrontar el proceso del desaprendizaje como la resolución en la distancia, sin cadenas que nos aten y perdiendo el miedo al cambio.
Tenemos que desterrar lo anteriormente aprendido y fijado para iniciar de nuevo el apasionantes camino de la nueva verdad, el proceso de cambio que nos llevará a la innovación.
Nuestra vida merece la pena, y no puede ser escrita por los que tallaron esas viejas creencias e ideas, hace muchos años ya, que nos hacen estar en línea con la mansa manada, a veces directas al suicidio colectivo; sí, directas a caer por el desfiladero.
Yo hoy, antes de las uvas, empiezo a vaciar la mochila de "bancos verdes", y tú, ¿te apuntas?
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.