"Cuando las circunstancias cambian,
yo cambio de opinión.
yo cambio de opinión.
¿Usted que hace?"
John Maynard Keynes (1883-1946)
Economista inglés
Semana que ha tenido parte trabajo, parte descanso y que nos ha traído muchas nuevas actividades a completar la semana entrante, tras los días de descanso vividos de las diferentes maneras que cada uno de nosotros hemos decidido, cargando las baterías de cara a estos meses tan productivos de la recién estrenada primavera.
Hoy me gustaría comentar una conversación que surgió con un compañero de universidad con el que me veo de vez en cuando, el cual tras unos años trabajando por cuenta ajenta se decidió a iniciar un negocio de ingeniería especializada en naves industriales y gestión de obra civil y tras unos años de crecimiento estaba algo digamos que parado. El negocio estaba estancado y las ventas atisbaban que tenían un techo que no se dejaban penetrar, no permitiendo crecer por encima de una cifra.
Por ello, mi amigo me indicó que estaba dudando si el camino que había estado recorriendo dado el supuesto parón era el correcto, si era normal la velocidad escasa de crecimento o incluso si el modelo de negocio era el que debía seguir debido a los buenos resultados del pasado.
Para mi gusto, según cómo vi que rezaba el gráfico de ventas por año que me enseñó, le había llegado el momento de evaluar su modelo de negocio, no había duda. La verdad, desde que el mundo es mundo, siempre se ha "pivotado" cuando una empresa no ha ido bien, pero ahora el tema "pivotar" se ha puesto de moda, o mejor dicho ahora existe conciencia de que periódicamente hay que parar, analizar y considerar si es el momento de cambiar el rumbo para que nuestro navío vuelva a adquirir velocidad de crucero.
Y esto es lo que definitivamente le tocaba hacer a mi compañero con todo lo que había aprendido hasta la fecha: "PIVOTAR".
Pero, ¿cuál es el momento de hacerlo? se cuestionaba el protagonista de la historia. Y es que realmente esto es lo más importante y el factor clave en este cuasi-arte de decidir si cambiar o seguir adelante con nuestro modelo actual. Siempre queda la duda de si debemos de tener paciencia con nuestra idea tal y como la "parimos", porque es cuestión de tiempo que nuestra criatura nos de alegrías y genere un camino hacia el éxito o por contra, el perseverar en una idea que no nos lleva a ninguna parte o a un callejón sin salida nos arrastre hacia el consumo total de nuestro valioso tiempo, y sobre todo, de nuestro capital expuesto en generar nuestro querido proyecto.
Ambos caminos son igual de peligrosos, sobre todo cuando no estamos en la pista correcta, por ello, y siendo difícil acertar a la primera, a la hora de confeccionar nuestro negocio debemos de poder iterar el máximo número de veces con el presupuesto que disponemos y escuchando siempre a los distintos segmentos de clientes, saliendo fuera de nuestra oficina a probar nuestro famoso inicial "producto mínimo viable".
Yo le dí una clave en este paso, y no es otro que si ves que estás parado, o perdiendo mucha velocidad no debes obcecarte en seguir gastando energía (dinero) que podrías utilizar para pivotar y generar nuevas ideas en tu negocio. Últimamente, según me había contado, le dedicaba mucho tiempo a los proceso internos, sobre todo los de seguimiento y control y debía volver a salir a contactar con los clientes, como en los tiempos en los que estaba iniciando su negocio y con la inocencia de esa época inicial aprender y escuchar de todo lo que sus actuales y futuros clientes le fueran comunicando; siendo proactivo y sin dejarse llevar por la subjetividad que le podía provocar el éxito en etapas anteriores.
Como segundo factor fundamental para tener éxito en esta situación nos enfrentamos con la velocidad de decisión. Debes de probar lo más rápido posible, le aconsejé, intentando ser flexible y decidir mediante un gran ritmo de d.p.m. si continuas por tu actual ruta o cambias el plan. Es normal, por otro lado, que los negocios se estanquen o si son nuevas ideas innovadoras no prosperen según nuestro plan escrito (el papel todo lo aguanta), pero debemos de estar dispuestos a pivotar en cuanto sea patente que el mercado no admite nuestra idea tal y como fue concebida en nuestra mente.
Para terminar me gustaría indicar que es un tema complicado y estresante, ya que son decisiones estratégicas que no nos permiten iterar muchas veces y debemos de ir afinando nuestro modelo orientándolo hacia el éxito del negocio acercándonos a la solución de los problemas de nuestros clientes. Por otro lado, siempre tendremos que estar dispuestos a cambiar debido a que no somos nosotros los que variamos nuestra oferta en nuestros negocios sino que cambian nuestros clientes, nuestros competidores, nuestro entorno...
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 2 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
El vídeo de la semana: PIVOTAR
Nota: No es tarea fácil, pero bajarte del tren en el momento adecuado te da grandes oportunidades de explorar muchas rutas que a veces no se vislumbras desde la pequeña y parcial ventanilla de nuestro cómodo asiento.