"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 21 de septiembre de 2025

SOLTAR PARA CRECER

"Si tu llamas experiencias a tus dificultades 

y recuerdas que cada experiencia te ayuda a madurar, 

vas a crecer vigoroso y feliz, 

no importa cuán adversas parezcan las circunstancias"


Henry Miller (1891-1980) 

Escritor estadounidense



Allí estaba Paulo pensando en la importancia de su actividad profesional, la cual le había hecho coincidir con verdaderos compañeros de camino. Sabía que nada era casualidad. Todos estaban ahí por algo, pero tenía la intuición de que todos necesitaban una mirada de trabajo más profunda, más allá de lo superficial, para ser más constantes, no rendirse, sin quedar en el "ya lo conoces", y sobre todo pasar como si nada por encima de los prejuicios.

Estaba convencido de que era la única solución para que surgieran temas más creativos, más útiles, y todos pudieran abrirse a otros mediante una mirada inteligente, inocente, manteniéndose en modo explorador.


Y ahí andaba con esas inquietudes cuando decidió llamar al maestro Carlos. Le instó a recordarse en un viaje de avión, de día, que se hubiera iniciado con turbulencias; y cómo habían traspasado este trance para continuar por encima de las nubes viendo el Sol.

El maestro le lanzó la pregunta de por qué, aun cuando las condiciones fueron adversas, el piloto había decidido continuar y no volver al aeropuerto de salida. Siguió avanzando y subiendo a pesar de las circunstancias.

Tras un poco de diálogo entre ellos, Carlos sentenció que el piloto no vuelve al origen porque sabe a ciencia cierta que tras superar las turbulencias se encontrará un cielo más tranquilo, se encontrará el Sol, continuará hacia su objetivo.

"Y eso es precisamente lo que nos falla a nosotros como humanos", concluyó. Tenemos miedo de lo que hay detrás y no tenemos fe en que después de todo el esfuerzo nos encontraremos con el Sol. Porque la fe es un sentimiento de certeza, y normalmente vivimos más tranquilos viviendo de espaldas a la tormenta, al cielo posterior en paz y a eso Sol que nadie regala. Y por supuesto, las dudas y las inquietudes nos inmovilizan.

Paulo pensó: "Las turbulencias forman parte de la vida".

¿Y si además abandonamos las etiquetas, los juicios, las experiencias pasadas grabadas con fuego y congeladas como si fueran mantras enternos?

No hubo más consejo por parte de Carlos que abriera la mirada curiosa, interesada, humilde, de esa persona que todo lo quiere explorar. Y haz que tu equipo trabaje con esa misma inquietud, normalizando la turbulencia del camino.

Sabían que lo normal es estar identificado con nuestros juicios, automatismos, formas de pensar y con la manera de etiquetar. La famosa mochila. Pero esto nos ancla siempre viviendo y decidiendo en el pasado.

Y el conjunto de etiquetas que nos ponen, y ponemos, es la fama. Si es buena, y hacemos algo mal, nos perdonarán; si es mala, cuando hagamos algo bien, el resto pensará que es una casualidad, por lo que esperarán que enseguida vuelvas a la senda del mal.

Y es que amigo, le decía el maestro, la intuición nos dice lo que hay que hacer, pero no el por qué. Recuerda siempre que la lógica es mucho más amplia que la misma razón, la cual es una forma muy limitada de poner un nombre y nada más, no honrando la misma a la realidad de lo nombrado.

Paulo se quedó con el tema de la humildad. Se trataba de soltar. Pero ¿qué hago sin equipaje? ¿en qué me sustento? 

Delante solo veo un precipicio y no llevo paracaídas. 

¿Me tiro?

Se veía en un viaje sin sus juicios, sin su forma de pensar, sin sus creencias adquiridas durante tantos años y experiencias. Sin sus acusaciones, sin sus declaraciones de culpa, sin sus juicios tanto para otros como para él mismo. ¿Puedo ser yo sin mi equipaje?

Él pensaba que sin todo esto no sería nadie, pero cuando te desnudas y saltas a ese supuesto vacío, precisamente es cuando es el momento de serlo todo.

Y ambos sabían por qué. Sabían que partiendo del juicio la mirada es de corto alcance, pero sin prejuicios se tendrá una visión inalcanzable e insuperable en cuanto al alcance, anchura y profundidad.


Le hizo recordar a ese jefe que cambió la visión de todo. Le hizo minimizar sus defectos, sus limitaciones y olvidarse de todo. En definitiva, le había ayudado a crecer. Y es que en situaciones de cambio, el mundo, la empresa, e incluso la familia, se necesita un apoyo, una mirada que nos haga crecer. 

La mirada fácil es la que juzga, la que acusa, la que enjuicia y condena. Pero la difícil y necesaria hace todo lo contrario; empuja, anima, levanta y empodera. Y es que esa mirada apreciativa desarrolla a la vez miradas apreciativas hacia uno mismo. Y de esta manera te das cuenta de que así es más fácil ser constante. Y ese es el momento en el que se cree de verdad, se cree en la esencia, en el propósito, traspasando juntos lo malo y avanzando hacia lo bueno. Porque está aunque cueste verlo.

Lo real está ahí detrás, se dijo, pero si damos más valor a las turbulencias que al Sol, entonces mandaremos a aterrizar y no avanzaremos hacia la verdadera meta.

Paulo fue al día siguiente a la oficina y se encontró una nota sobre su agenda. Era de Carlos.

"La vida es un viaje en el que hay turbulencias, pero siempre detrás, más arriba, está el Sol. Mantén tu foco, tu solidez en el trayecto, y ten presente el fin, el propósito, y olvídate de las turbulencias".

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