"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 18 de septiembre de 2022

ALGO SE MUERE EN EL ALMA, CUANDO UN COLEGA SE VA

"Lo peor es cuando has terminado un capítulo 

y la máquina de escribir no aplaude"


Orson Welles (1915-1985) 

Director de cine estadounidense




Mila me comentó que había cambiado de empresa el pasado abril y aunque seguía en la ciudad, ahora pasaba más tiempo viajando y no sería fácil que coincidiéramos en la cena trimestral que solíamos hacer todos los que coincidimos por Jaén allá por el final del siglo pasado.

Hablamos mucho de la nueva empresa, pero tras casi 3 años en la última en la que estuvo no podíamos perder la oportunidad de conversar sobre lo que sintió en esos momentos tan incómodos que resultan cuando tienes que informar que has decidido irte, así como las interacciones que se manifiestan a partir de ese momento hasta que partes camino tanto con tus compañeros como con tus jefes.


Para ella era como haber perdido un trocito de alma, de corazón, ya que se había sentido muy bien todo el tiempo que había estado remando dentro, aunque al final, algún desprecio y conversación le habían dejado algún recuerdo algo turbio que por otro lado, quería olvidar lo antes posible.

No me lo podía creer, pero nos contó que recibió una contraoferta al día siguiente de comentar que se iba, tema que abrió un debate sobre si era de recibo o no. Por mi parte lo veo como una falta de honestidad ofrecer más justo en ese momento, como si ahora nos hemos dado cuenta de lo que la parte que decide salir vale. Siempre hay que estar pendiente de lo que se tiene, valorarlo y explicar si es posible o no generar una mejora, tanto si es funcional como salarial. Ahora sí, el peor momento para indicar lo que se valora a un profesional es, sin duda, cuando te indican que dejan la empresa.

Además, ¿Cómo queda el tablero de juego si una vez contraofertado la otra parte se queda?

Queda en el aire qué mensaje estás mandando al resto de la plantilla, por un lado, y por otro qué pasará si en un año nuevamente existe la propuesta de una posible salida por estar incómodo en la empresa de ese mismo profesional.

Definitivamente, en todos los casos, cuando hay contraoferta por urgencia ante un amago de cambiar de empresa no se está generando un ambiente propicio de confianza, tan necesario para una correcta convivencia y armonización de los entornos de trabajo.

La otra cuestión que quedaba en el aire, hablando cuando una persona decide salir, es:

¿Cuándo realmente salió su cabeza y su corazón de la empresa? ¿Un día antes? ¿Una semana? ¿O quizás más de un mes?

No se sabe cuánto antes de irte de una empresa ya no estás, pero lo que está claro es que en el momento que decides comentarlo y salir, ya llevas tiempo en el que de manera firme lo has decidido, y ese es el verdadero momento en el que tu alma dejó de pertenecer al proyecto que a veces unos días, otras unas semanas, sigue pagando tu presencia física pero no tus pensamientos, tu creatividad y tu compromiso con la organización.

Por concluir, si se va por dinero, no intentar retenerlo es la única opción, y si te ha ido bien con él, sí que es bueno resumir lo logrado y agradecer todo lo que se ha generado mientras se ha colaborado en el proyecto.

Y antes de que alguien se vaya, es bueno conocer los motivos de la salida, agradecerle el tiempo prestado a la causa, saber de errores a mejorar, ofrecerle referencias si las necesitara en un futuro, intentar que no queden temas pendientes a punto de concluir y tener una lista de cómo quedan los diferentes proyectos y tareas abiertas. 

En definitiva, una vez que alguien decide marcharse es bueno que guarde un buen recuerdo de ese momento, que nunca es fácil para nadie navegar en esas aguas. Una despedida cordial, que conozca la posibilidad de volver siempre que lo necesite, mantener el contacto en el futuro y quién sabe, mañana podría ser de nuevo un buen colaborador, un buen proveedor o incluso un buen cliente.




Despidiéndome de Mila recordé algún caso de antiguos compañeros que tras haber sentado mal su salida, por distintos motivos, un cambio a futuro en posición los llevaron como clientes de nuevo a casa, provocando un cambio de modelo de interacción entre algunos compañeros internos y las personas que nos habían dejado. ¡Quién te ha visto y quién te ve! Sonaba por los pasillos...

Como se suele decir, la vida es muy larga y el mundo un pañuelo, por lo que en estos casos recordad que mucho o poco, el tiempo que nos dedican a empujar el carro, poniendo todo su empeño, debe ser agradecido. La mente y la energía ya está en otro proyecto, por lo que se trata de asumirlo, quedarnos con lo mejor de la persona que laboralmente hablando nos deja, e invitarnos a generar valor si el tiempo o las circunstancias nos vuelven a reunir.

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