"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 3 de julio de 2022

UNA ENTREVISTA DE SALIDA MUY PRODUCTIVA

"No hay beso que no sea principio de despedida; 

incluso el de llegada"


George Bernard Shaw (1856-1950) 

Escritor irlandés



Carla estaba contenta de la decisión que había tomado un par de meses atrás. 

Ya estaba acoplada a su nuevo trabajo, pero cómo había reaccionado su anterior empresa y la manera de afrontar su salida le habían dejado un buen sabor de boca. Incluso cuando nos vimos me dijo que no descartaba volver si se produjeran otras circunstancias como su aumento de experiencia, puestos vacantes en la dirección o algún proyecto que pudiera liderar en ese futuro posible.


Le llamó la atención la entrevista de salida. Me dijo que había merecido la pena tanto el tiempo dedicado al formulario que recibió a su correo personal como la larga charla con aquel compañero de recursos humanos. Fuen un intercambio favorable de información que nos permitió aprender y crecer a ambas partes, me decía Carla. Era hablar por primera vez de tú a tú.

Repasaron de forma abierta, sin cortapisas, cuestiones tan sensibles como el clima laboral, algunos errores de funcionamiento, un par de malas relaciones enquistadas entre compañeros de dos departamentos distintos y una mala praxis por parte de uno de los jefes que no estaban haciendo nada bien a la empresa.

También se sintió bien cuando uno de sus comentarios sobre un cambio en el tema de la jornada laboral, que estaba creando algo de malestar, fue tomado como una información relevante y arreglado incluso antes de su salida. Además, ese cambio, que había provocado una motivación extra en la plantilla, había sido comunicado como una revisión gracias a la conversación que se había mantenido con ella.

En cambio, toda la información sensible de personas y más compleja no había transcendido. 

En definitiva, pensaba que la empresa y su colega habían actuado muy profesionalmente y entendido su decisión, además de aprovechado su sinceridad a la hora de realizar esa entrevista de salida.

Su salida no estaba provocada por un problema de selección, sino de crecimiento, pero si hubiera sido este el caso, en el ambiente que se había realizado era muy problable que se hubiera detectado el problema en cuestión.

También valoraba que le dieran la oportunidad de reconsiderar su decisión, por lo que de alguna manera, su trabajo estaba siendo reconocido. Pero necesitaba beber de otras fuentes. Y así lo haría.

Tuvo oportunidad, también, de poder definir lo que más le gustaba de su trabajo y por su puesto, lo que menos, y durante una gran parte de la entrevista pudo explicar dónde se quedaba corto su empleo relacionado con sus expectativas. Entendió que tenía que abrirse y contar la razón principal por la que renunciaba a seguir trabajando en la empresa, aunque dejó claro que no tenía nada que ver con su jefe, sino con unas posibilidades que se le abrían en otra compañía y que su corazón le dictaba que tenía que abordarlas para continuar avanzando a otro nivel tanto profesional como personal.

En cuanto a la relación con sus compañeros, nada que objetar, menos con un responsable de otro departamento con el que tenían mucha interacción. Fue clara, y explicó sin tapujos lo que no veía bien en cuanto a la manera de dirigir y liderar de este compañero, incidiendo en que había más colegas que sentían lo mismo, y que esta persona provocaba un peor trabajo en equipo en su departamento que en otros de la empresa, y un acentuado aislamiento de esta sección que no hacía nada bien al conjunto del negocio. 

Javier, que así se llamaba el chico de Recursos Humanos, tomó buena nota, aunque como me dijo Carla, la historia y las mochilas que también, sin duda, tienen las empresas, harían de este tema algo más lento y difícil de arreglar. Como seguiría teniendo amigos y familiares en la localidad donde estaba ubicada su empresa anterior, seguro que Carla tendría noticias de si habría cambios al respecto o no. Lo dicho, no todo puede ser radical y automático; las empresas, como las personas tienen su inercia, y solucionar temas es necesario, pero a veces hacerlo rápido rompe más que arregla en una primera instancia.

Te vi bien Carla. Disfrutando de tu nuevo trabajo. Aprendiendo, creciendo, volviendo a disfrutar. Por otro lado, el formulario y la entrevista de salida provocaron un cambio de cómo tenías valorada tu anterior empresa. Te gustó que se mantuviera un estándar y no hicieran incómodos tus últimos días, evitaron comentarios personales y recopilaron la información que de la entrevista salió y, muy importante, te sentiste valorada.



Puede que vuelvas, puede que no, pero seguro estoy que  te has convertido en una embajadora más de esa marca, y sabiendo que este mundo es un pañuelo, creo que esta empresa, que ya hace muchas cosas bien, también acierta en aprovechar todo lo bueno que puede generarse en un proceso de salida de un profesional de una compañía.

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