"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 24 de enero de 2021

SIENTO DECIRTE QUE NO EXISTEN LOS ATAJOS

"Bajo su caparazón de cobardía, 

el hombre aspira a la bondad y quiere ser amado. 

Si toma el camino del vicio, 

es que ha creído tomar un atajo que le conduciría al amor"


John Steinbeck (1902-1968) 

Escritor estadounidense


Hemos vivido la recuperación de nuestro amigo Mateo, no por arte de magia, sino con una constancia, conocimiento, técnica, paciencia, energía en el propósito y por qué no, mucha fe, pero en todo caso, siempre ha ido evolucionando "pasito a pasito", demostrando una vez más que no existen las atajos.

Y es que en la vida, tanto en el ámbito personal individual, en la familia o en las empresas no suceden cosas buenas a no ser que las organizaciones estén cimentadas en principios solidos; de una manera constante, me refiero.

Manuel, el jefe de una pequeña empresa de fabricación de elementos metálicos me decía: "¿Cómo lo hace este? ¿Por qué le sale tan bien a esta empresa? ¿Quién le contrata tanto trabajo? Quiero aprender, enséñeme cómo lo hacen, ya."

Mi pensamiento se iba de nuevo a cómo jefes, directivos y personas en general buscamos magia donde hay trabajo. "Chuletas" donde hay estudio. Inmediatez donde hay constancia. Comodidad donde hay esfuerzo.

No existen los atajos. Sí que es verdad que siempre encontraremos profesionales que nos dicen qué hacer, nos cuentan cómo hacerlo e incluso nos cobran una buena pasta por la receta que hará desaparecer todos nuestros males. Pero solo durante un tiempo nos valdrá, a veces solo durante unos días. Se trata de parches o medicinas que tapan el mal endémico.

Pero cuando hábitos y nuestro propio carácter es retocado con barnices y retoques superficiales, estéticos, a la larga, el mal crónico y los problemas vuelven a salir por encima del escaparate que hemos adornado de cara a la galería; sin llegar a la causa raíz poco se puede solucionar, y antes vuelven a repetirse los síntomas de la enfermedad crónica que no vemos en nuestra casa y evidenciamos cuando la competencia u otras organizaciones triunfan, en el mismo tiempo, con el mismo entorno.

Queda profundizar en motivos, hábitos, causa raíz del problema en cada situación, y definir cual debe ser el camino, como en la recuperación de Mateo, "pasito a pasito", sin pensar que los remiendos rápidos, las charlas motivacionales por sí solas, y la consultoría rápida que elimina el dolor agudo sobre la marcha son y serán la solución al problema de fondo. 

No existen los atajos. El problema no es él en si mismo, sino en cómo lo vemos. Y cómo nos venden que podemos encontrar la solución. Comprando el ungüento mágico, la crema milagrosa, la pastilla que hace que nuestro organismo, nuestra organización mejore solo tomando tres tomas al día; desayuno, merienda, cena. Nada más lejos de la realidad.

Pero si miramos las organizaciones que han salido de crisis, de grandes problemas y situaciones adversas, y estudiamos cómo lo hicieron, entendemos que se deshicieron de hechiceros y vende-humos, se alejaron de charlas graciosas que no dejaban de ser triviales y cargadas de entretenimiento y elocuente oratoria, abrazando principios que producen resultados a medio y largo plazo, basados en la ruptura de valores caducos, exigiéndose un gran esfuerzo colectivo, estudiando nuevas formas de hacer, crecer, actuar y eliminando el anclaje a viejos estereotipos de gestión que, habiendo funcionado en el pasado, hoy ya no sirven.

Querido Manuel, profundiza en tus por qués y elimina de tu lado a quién te ofrezca atajos, ya te digo yo que en lugar de sacarte del bosque te llevará más hacia la oscuridad, alejándote de lo que en realidad tú y tu equipo necesita.

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