"El mejor ejecutivo es aquel
que tiene el suficiente criterio para elegir buenos colaboradores
para hacer lo que hay que hacer,
y la suficiente fuerza de contención
para no entrometerse mientras lo hacen."
Theodore Roosevelt
A la hora de comparar distintas organizaciones en base a una cultura en base a la mejora continua, un indicador clave fue, es y será la cantidad de "batas blancas" rondando por la planta, solucionando dudas que surgen de manera creciente, diseñando normas sobre la marcha e incluso cambiando las especificaciones sin dejar un sólo rastro en planos, listas de materiales u hojas de proceso ni pautas de inspección; sólo los productos son firmes pruebas de lo que aquel día, durante aquel momento, ese mando intermedio (a veces senior, a veces junior) dictaba sentencia ante ese problema que hoy, o tal vez mañana, se volverá a repetir.
Y es verdad que el sistema de información, en algunas ocasiones diríamos que atrasado, a veces no acompaña la velocidad que los cambios y decisiones requieren. Pero el atajo o "apaño" que nos garantiza salir del paso, ¡vaya!, sí que nos regala una papeleta de las que tocan seguro y nos aboca a un problema futuro doloroso (en costes, problemas de servicio y una mala imagen de marca), casi siempre en forma de errores, una vez no hemos registrado esos cambios de ingeniería y sobre todo, una vez hemos pasado por encima del meticuloso, necesario y obligatorio estudio de la causa raíz que ocasionó el trastorno y los problemas, que cíclicamente, vuelven, vuelven y volverán.
También, otro síntoma claro en las organizaciones que viven tanto del presente, del día a día, sin apostar por un enfoque en la prevención, sino que sólo con corregir todo lo que surge durante esas jornadas impredecibles (en cuanto a qué nos deparará esta jornada, pero seguro que nada bueno), está representado en todas las horas que parte del personal de planta dedica a realizar tareas de ajuste, retoque, reproceso y puesta a punto final; todo ello, por supuesto, tan necesario para que el cliente no se encuentre ningún desperfecto en el alto estándar de nivel de calidad requerido por la marca.
Tal vez se ha llegado a esta situación tras largas jornadas e intentos fallidos para eliminar desperdicios en fases anteriores. Tal vez también, es muy probable que la decisión de pasar estas fases finales a tareas y actividades que ya son parte del proceso, igual que cualquier actividad que sí añade valor a nuestro producto, sea la causa de haber generado una auténtico equipo de trabajadores profesionales del "reproceso consentido".
Toca observar, medir y diagnosticar nuestra situación actual. No dudéis que, como es probado por los intentos de mejora en el pasado, nada de esto se soluciona con la disposición de más personal que haga que los profesionales dejen más y más las decisiones en los nuevos "batas blancas". Todo lo contrario. Más mandos intermedios empeoran los costes, pero sobre todo, la situación futura de la organización. Poco a poco, tu organización irá mutando de disponer personas "pensantes" a personas "caminantes".
Lo contrario y efectivo, es empoderar de arriba a bajo en la toma de decisiones, cada cual en su nivel de responsabilidad. Por lo que un plan de formación se hace necesario en diríamos, todos los niveles, como primer pilar ante los cambios a mejor que se ciernen en la empresa que decide orientarse a la eficiencia, la mejora continua y el aumento de productividad, por otro lado tan necesarios en este ambiente global y agresivo que hoy vivimos.
Cada uno en su puesto, como estamos hartos de escuchar en boca de cualquier directivo, (luego los hechos acaban demostrando lo contrario), conoce como el que más su actividad. Pues por ese motivo, esos profesionales que ejecutan las tareas, deben ser los encargados de pensar cómo actuar ante los problemas y lo que es más importante, definir la causa y disponer las acciones que lleven a la completa eliminación de los mismos; por hoy y para siempre. Por supuesto que el sistema de organización y los departamentos de apoyo a la cadena de valor, deberán de aportar mucho a este nuevo orden; pero la sensación será que todos, digo todos, estarán enfocados en la línea estratégica de la empresa, que no será otra que la mejora continua.
Ni que decir tiene que la decisión de sacar a la luz y eliminar las tareas que nos vienen prescritas, y que según nuestra experiencia, no aportan valor a nuestras compañías, es sin duda lo que nos aleja de las máquinas y como no, nos acerca a lo que en realidad somos, trabajadores del conocimiento, o en definitiva, personas humanas.
Y eso seguro hará que poco a poco, ahora sí, tu organización cambiará el rumbo e irá mutando de disponer de personas "caminantes" a personas "pensantes".
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.
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