"Supongo que mi fórmula podría ser:
sueña, diversifícate y nunca pierdas los detalles"
Walt Disney
Tras tres semanas de gran estrés provocado por trabajo, estudio y exámenes finales puede decirse que la suerte está echada. Sólo queda esperar las notas pacientemente y focalizar los esfuerzos en la tarea laboral, ya que se vaticina un resto de año cargado de mucho trabajo pero que muy, muy duro. La verdad, desde el viernes pasado, justo en el momento de entregar el último examen y verificar que era correctamente escaneado y alojado en el sobre cuya palabra en la parte superior derecha rezaba "5º de ADE- 2º CUATRIMESTRE", he pasado de una situación de tensión cuasi-continua a una hiperrelajación que me ha tenido preocupado; incluso mi mujer ha llegado a pensar que mi mirada perdida a veces era un inicio de locura...
Pero tranquilos, desde el martes y de forma progresiva he vuelto, y sin duda, he vuelto para quedarme. El año pasado me ocurrió igual y ya veis, aquí me tenéis vivito y coleando.
Y entrando en materia, esta semana me gustaría comentar con vosotros un tema que me contaba un amigo el jueves pasado y que no me ha dejado indiferente. Me decía que estaba contento porque tras varios meses desempleado le habían notificado desde la oficina de empleo una oferta de trabajo a la que debía enviar su CV. Además, parecía que los requisitos que indicaban eran acordes con su formación y experiencia y tenía cierta esperanza que encajara en la oferta. Hasta aquí todo bien; buena noticia, amigo contento e ilusionado tras una etapa nueva y dura para él. Pero llegó una parte que fue la que provocó mí malestar ya que denotaba una posible falta de entender la forma de valorar lo importante para un cliente.
Me explico:
Como os contaba, llegado esta parte, mi amigo me dice que había tenido que ir personalmente a la empresa, porque tras ampliar y cambiar algunos "detalles" del currículo, os indico que siempre ha sido muy perfeccionista y me aseguró (me lo creo) que quería adecuar una serie de cursos y resaltar una etapa profesional que le venía al puesto como anillo al dedo para enfocar al posible ávido seleccionador, no pudo hacer llegar el CV a la dirección que le indicaban. Lo intentaría unas 30 veces, y a las tantas de la madrugada decidió ir en persona a entregar el resumen de su vida profesional (aclaro que decidió ir al día siguiente, por supuesto), aparte de resolver el enigma de la devolución.
¿Por qué no pasaba? Tras la visita en directo a la empresa la respuesta era fácil; en el servicio de empleo habían cambiado una letra de la dirección de correo electrónico y por supuesto, el servidor no reconocía la misma y rechazaba el mensaje. Además, el responsable de gestionar esta oferta de empleo desde el lado de la empresa, tras recepcionar alguna llamada alertando del posible error, según le contó al interesado, había indicado 5 veces ya el gazapo por teléfono a la persona del citado servicio e incluso para asegurar, la última vez había pedido un e-mail para enviarlo por escrito dada la imposibilidad de subsanar la errata vía oral. En voz alta, lamentándose el señor seleccionador ante mi amigo, decía una y otra vez: "cuanta gente estará mandando el curriculum sin conseguirlo... Pobre gente". Y volvía la cabeza para atender al aspirante.
Pero no lo había conseguido. Por todo, al final tuve que explicarle mi malestar a mi amigo, mientras él me indicaba que todo había resultado bien, ya había entregado el CV y estaba dentro de la siguiente fase de selección. Para mí lo importante no era eso, aunque también me alegraba por él, eso seguro. El tema era que estábamos ante un claro ejemplo de cómo decidimos no contrastar los temas que consideramos "meros detalles sin importancia" sin diagnosticar previamente que pueden ser vitales para nuestro entorno, sea un familiar, un amigo o un cliente...
Y es que no hay COSA más IMPORTANTE para un candidato y una empresa en una primera etapa de recolección de demandantes de perfiles adecuados de empleo que el medio de unión que toque en cada época: hoy toca el correo electrónico. En esta oferta no había dirección, el nombre de la empresa era en forma reducida, no existía teléfono alguno... Sólo un triste pero vital correo electrónico, con un simple detalle mal en forma de letra cambiada que hacía complicado que el valor que intentaba generar la oficina de empleo se elevara sobre el cero.
Está claro, una letra o un número no tiene ninguna importancia para el que teclea; además, es natural cambiar un número por otro cuando estamos escribiendo con teclado, ¿verdad? Pero si es para ingresar o mejor, para que nos ingresen una cantidad en volumen de divisas importante, es muy posible que revisemos y hagamos revisar algunas veces la serie para evitar que el dinero caiga en manos del que no corresponde. Esto sí que lo entiende todo el mundo.
Volviendo al detalle de la letra, estaba provocando un muro infranqueable tanto para el demandante como el ofertante y lo que parecía un mini-error era Gigante para los que hacían el papel de cliente en esta historia. Por ello, el error humano es perdonable, pero los productos y servicios vitales para el cliente deben ser revisados para que en el momento de la entrega sólo se pueda indicar que están "perfectos".
Por todo, y para concluir, resaltar que siempre cuando toque valorar el proceso e importancia de lo que hacemos no debemos mirarlo desde el punto de vista individual (hacia dentro) sino con la perspectiva del valor creado para el cliente (hacia fuera). O dicho de otra forma, lo que es diminuto para ti puede ser de un gran tamaño e importante para tu cliente.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 5 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
Nota: ahora toca acordarse, no olvidar, detectar lo importante y verdadero, cuidar, mimar, y tantas cosas como no valoramos porque no son hacia dentro y que posiblemente destruimos porque son hacia fuera...
Mi enhorabuena por anticipado por los resultados de tus exámenes ...que seguro estoy habrán salido geniales.
ResponderEliminarSon tan importantes, todos los detalles en cualquier ámbito de la vida... que por muy pequeño que sean, hay puede estar la opción de tener o no tener.
Un abrazo amigo...y a disfrutar el finde, que el tiempo acompaña.
Hola Edu, seguro que tus notas son buenas, ánimo con el trabajo y claro que los detalles son importantes, eso dicen, que los pequeños detalles marcan la diferencia.
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