"Cada elección tiene su anverso,
es decir, una renuncia,
por lo que no hay diferencia
entre el acto de elegir y el acto de renunciar"
Italo Calvino (1923-1985)
Escritor italiano
Había decidido irse de la empresa, pero no sabía como iba a reaccionar su jefe. Estaba bastante preocupado, pero lo verdaderamente importante era que la decisión estaba tomada y era mejor afrontar esa conversación de la mejor manera posible, evaluando como podía salir airoso de la "última reunión" y entender que lo mejor era quedar bien, como amigos, tal y como se dice cuando se produce una ruptura con tu novio o novia, le dijo Juan con su siempre retórica graciosilla.
Decidimos echar la tarde imaginando como se lo tomaría su jefe, y nos salieron cinco roles posibles, aunque pudieran haber sido muchos más. Los he resumido así.
EL JEFE ENFADADO.
En primer lugar, imaginamos que se enfadaría mucho con la noticia. En este caso, tras la sorpresa de la decisión que has tomado, el jefe se sentirá enfadado, traicionado y podríamos decir incluso furioso. Pensará cómo va a salir en el corto plazo de todo lo que hay que hacer e incluso intentará que te sientas mal contigo mismo: "Cómo puedes hacernos esto con lo que hemos hecho e incluso yo personalmente he hecho por ti".
Y a continuación las ideas a modo de consejo para nuestro colega en caso de que se encontrara esta actitud.
Ni que decir tiene que la mayoría de las veces esta es una reacción de estrés inicial y con el tiempo se calmará. Por ello, lo más inteligente es contestar que entiendes su reacción, que estás muy agradecido por todo lo recibido en estos años, pero tienes ante ti un nuevo puesto o una nueva oportunidad que no puedes dejar pasar. Eso si, no hay ninguna duda de que harás todo lo posible y esté en tu mano para realizar una transición modélica y que genere el menor quebranto posible, tanto a tu jefe como a la compañía.
EL JEFE CRÍTICO CON TU FUTURO Y TUS ASPIRACIONES.
No se lo has pedido (me refiero al consejo de futuro), pero su inseguridad acabará saliendo por su boca criticando tus futuros planes. Empezarás a escuchar que ese puesto no es para ti, que fracasarás seguro, que esa empresa no es digna de confianza, que conoce a gente que trabaja en esa empresa y que nadie está bien allí, etc...
No entres en bucle con tu jefe si te encuentras esta propuesta de conversación. En contra, intenta cambiar la conversación y llévala a otros derroteros, o agradece su consejo, indicando que aprecias lo que dice, pero remata el tema indicando que es una decisión meditada y que ya has tomado, por lo que te sientes bien tras tomar la misma; eso sí, estás muy agradecido por sus comentarios y palabras.
EL JEFE AMENAZADOR
Una vez que trague saliva tras recibir el anuncio de tu marcha, decidirá intimidarte para que cuestiones tu decisión. Te dirá incluso que duda en que se sentiría bien si tuviera que recomendarte a alguien conocido. Te recordará tus puntos débiles, cómo son tapados por la empresa y el equipo que te cobija, y muchas debilidades que tienes, como si fuera el momento de resaltar todo lo malo que llevas como pack y no lo bueno.
Pero la conversación de tu renuncia no es el momento de revisar el pasado ni de intentar cambiar lo que tu jefe piensa de ti. Si alguien como tu jefe decide sacar trapos sucios, no le hagas el juego de que la conversación quede en ese terreno y simplemente agradécele que te haya permitido conocer lo que opinaba de ti y tras indicarle que escuchaste su opinión alto y claro, sal pitando de esa empresa, o mejor dicho, de ese jefe.
EL JEFE QUE TE HACE SENTIR CULPABLE.
Este superior intentará que te sientas culpable por tu decisión. Este es una de las maneras más duras de contraatacar tras recibir esta noticia. Te preguntará si no recuerdas las veces que te ha protegido, lo que te ha enseñado y las veces que ha sido un escudo para ti cuando los peligros de otros profesionales y compañeros expertos se cernían sobre tu posición joven e inexperta.
Sí que es verdad que has trabajado mucho, codo con codo con tu jefe, y que te ha ayudado mucho. Hay una relación muy estrecha, de siempre, pero debes responder ante esta postura indicando que conoces muy bien todo lo que te ha ayudado. Además, debes indicarle que estás orgulloso y contento por todo, que no ha sido una decisión fácil de tomar, pero que estás completamente convencido de que es la decisión que realmente más te conviene en este momento. Siempre le estarás agradecido pero crees que lo elegido por tu parte es lo correcto.
EL JEFE QUE CONTRAOFERTA.
Finalmente, ni el que se enfada, ni el que duda de tu futuro, ni el que amenaza, ni el que intenta que te sientas culpable. Aparece el que contraoferta; allí y en ese momento. Porque tú lo vales (en el momento que te vas, paradójicamente).
No es poco común el jefe que te preguntará qué es lo que haría que te quedaras. O intentando obtener más información te preguntará sobre qué igualaría lo que te ofrecen en tu destino. No es negativo que intenten que te quedes, porque dice mucho de tu puesto y lo que has hecho y estás haciendo en tu empresa. Pero si no estás preparado para contestar, es preferible que no lo estropees.
Es un caso que debe de estar muy meditado, y preparado. Distinto es si has decidido que no hay lugar para replantearte tu salida o existe un cambio de condiciones económicas, promoción, cambio de departamento o unidad de negocio que abrirían una negociación para quedarte.
Si tienes claro el cambio, deberías cerrar el tema indicando que aprecias de manera total la oferta que te brindan de mejorar e igualar lo que te ofrecen fuera, pero que todo está muy meditado y confías que salir es lo mejor para tu carrera, por lo que agradece de nuevo su petición de pensar en quedarte con ellos y concluye la conversación sin darle falsas esperanzas a tu interlocutor.
En cambio, en caso de estar abierto a una posible negociación, indícale al jefe que no era tu intención que la conversación tornara en una posible oferta de mejora, ya que querías aceptar el futuro nuevo puesto, pero que te encanta la empresa, tu trabajo y todo lo que has crecido en ella, por lo que si fuera posible hablar de las condiciones de futuro estarías encantado de quedarte en la empresa. La conversación ha tomado otro camino. Ahora toca ponerse en el lado del que escucha, atentamente, y se da comienzo a una negociación.
Cierto que la conversación con el jefe sobre dejar la empresa es de las más duras y difíciles que podemos tener en el mundo laboral. No es nada sencillo predecir cómo ellos responderán, ni cómo los profesionales responderemos ante su respuesta. Pero si somos capaces de revisar los diferentes escenarios o formas de actuar por parte de los que reciben la noticia de que nos vamos, es posible que podamos manejar mejor esta situación, incluso salir airosos de la misma.
Siempre hay que quedar bien, en cualquier situación, porque no conocemos el pasado al dedillo, dudamos del presente, pero lo que de verdad es incierto, eso sí es seguro, es el futuro. Y no es difícil que nos volvamos a encontrar.