"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 31 de octubre de 2021

¿RESISTIMOS EN LA TRINCHERA O CONTINUAMOS ATACANDO?

"Abandonarse al dolor sin resistir,

 suicidarse para sustraerse de él, 

es abandonar el campo de batalla sin haber luchado"


Napoleón I (1769-1821) 

Napoleón Bonaparte. Emperador francés



Mientras Jose nos hablaba de resistir, yo pensaba como ya habían pasado casi dos años desde que todo nuestro universo cambió. La crisis del 2008 quedaba lejana, y esto no tenía nada parecido, ni en las causas, ni por supuesto, en las soluciones.

Nos animaba a resistir, entendiendo este mandato a que se debe seguir viviendo a pesar del tiempo o de las dificultades. 

Y es que se trata de eso.

Es tiempo de saber medir las fuerzas. Qué recursos tienes, qué capacidades son las necesarias o qué circunstancias rodean tu empresa que puedan ayudar a esa resistencia que a veces, debilitada, grita llantos de rendición.

Replegarse es una opción; pero puede que no la única. ¿Cómo se aprovecha el que ve cómo se recoge la competencia? ¿Quién está preparado para atacar ante la oportunidad de que poca gente se atreve a salir a cazar?

Siempre, en La Escuela, nos han dicho que las empresas acaban muriendo por la caja. Y esta parte nos lleva, por otro lado, a preguntarnos si tenemos una estructura financiera adecuada a la situación o necesitamos retocarla para avanzar hacia el nuevo estadio que estamos dibujando a través de la estrategia que el tiempo requiere.

También está claro que el mantenimiento de la posición competitiva puede que, sin quererlo, nos empuje a competir por precios, bajando tarifas, eliminando valor. Es una opción, pero no deja de ser una estrategia muy peligrosa si no tienes controlados los costes y márgenes de tu negocio. Control al céntimo, ya que de lo contrario estarás jugando con la posibilidad de incorporarte al estado de pérdidas que indudablemente te empuja a una concienzuda revisión de tu estructura de costes.

Ese es, sin remedio, tu siguiente paso. La revisión de tu estructura de costes puede hacer que el equipo se separe. ¿Resistimos en la trinchera o continuamos atacando?

Dicen que los grandes empresarios saben reducir estructura sin perder fortaleza para cuando toque vivir en el medio de la recuperación. Aun recuerdo, allá por el 2009, al Presidente de Renault España conversando con una serie de directivos e indicándonos que había que eliminar la grasa sin tocar nada de músculo. Eso tiene mucho arte; por lo que vuelve a ser tiempo de artistas. Pero no es nada fácil.

Y lo que cierra el círculo, completando las decisiones de financiación y de estructura, es lo que concierne a la inversión. ¿Qué inversiones no haces? ¿Qué inversiones retiras de tu plan, aunque estén en camino? ¿Desinversión en oportunidades que veías venir de forma clara? Las fundamentales tienen que seguir siendo tu apuesta para asegurar que estarás en el nivel de competitividad que tu mercado requerirá una vez termine la crisis. Vuelve a ser tiempo de líderes valientes, sí, pero no menos de directivos que sepan dónde acelerar y frenar, según el caso.

Para finalizar, y pareciendo que se pide hacer malabares o magia, donde no hay mucho margen de actuación, si que toca poner en evidencia que el mantenimiento de la inversión es la parte crítica y que también es la primera que se congela, sin más. Por ello, Jose nos empujaba a pensar retorciéndonos aun más el brazo (figuradamente hablando), incluso nos llevaba a plantearnos si nuestra estructura financiera básica, nuestra deuda a largo, e incluso nuestra estructura de propiedad era la adecuada a la situación que vivíamos todas las empresas en esta etapa post-covid. Sobre todo, si lo que estaba en juego era nuestra sostenibilidad.


"Soy plenamente consciente de que son temas que cuesta abordar, pero nos va en ello nuestro futuro".- terminaba su charla Jose, dejándonos el resto, que no es poco, a cada uno de los que siempre, atentos, escuchábamos sus sabias palabras.

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