"Nadie puede ser esclavo de su identidad:
cuando surge una posibilidad de cambio, hay que cambiar"
Elliot Gould (1939-?)
Actor estadounidense.
El cambio es algo que a todos nos atrae, pero si es posible, debido a nuestra aversión al riesgo, la mayoría elegimos ser de hábitos fijos. Preferimos permanecer en la famosa zona de confort.
No reconocemos facilidad en los cambios, y nuestro lado racional lucha para ganarle la batalla a nuestro lado emocional.
Dentro de nosotros mismos y en nuestra organización, la batalla del lado que piensa, que planifica contra el que aporta emoción, energía siempre está candente, día tras día.
Y por todo, desde hace algún tiempo, para gestionar el miedo al cambio, nos planteamos dentro de nuestra organización el conflicto entre la mente y el corazón, entre el lado que piensa y el que nos genera energía. Y sabemos que no existe, si queremos llegar a buen puerto, pasión sin dirección, pero tampoco sería bueno pecar en exceso de comprensión sin un punto de motivación.
Una cosa esta clara, sin ambos (corazón y mente), la ejecución se paraliza. Y para ponernos en camino, tuvimos la suerte de que Pedro nos explicara cómo alcanzó el éxito en su empresa, la cual consiguió en un mercado maduro, generar nuevas propuestas de producto por encima de la media de su sector y ser hoy, una verdadera empresa innovadora que en nada se parece a la que se encontró, allá por el año 2006.
Nos dejó mucho en la jornada: mucho que aprender, mucho que estudiar, mucho que ejecutar...
En primer lugar, nos sugirió que quitáramos el piloto automático para gestionar nuestras empresas. Nos indicó que hoy, en este tiempo, estamos en modo "cambio", y en este modo, el piloto automático no funciona.
Para viajar entre turbulencias, entre la complejidad de nuestro tiempo, deberíamos definir los movimientos críticos con los que nuestra gente no pudiera dudar a la hora de tomar decisiones. Para ello, debemos reconocer que a la parte racional le encanta el análisis más que la ejecución. Ven peligros siempre en los números cargados de incertidumbre, por lo que para que inicien el camino del cambio debemos definir objetivos inequívocos.
Tenemos que cambiar el comportamiento, esto es fundamental para conseguir nuevos retos. Y este comportamiento sólo cambia si ayudamos al lado racional a ver el lado emocional.
Es necesario cambiar el analiza, piensa y cambia (difícil de conseguir) por mira, siente y cambia.
Me llamó la atención cómo, para evitar resistencia, trabajó con un primer equipo en reducir la dimensión del cambio, reduciendo las metas en hitos más cortos, más ligeros; en definitiva, conseguibles. Cada paso generaba confianza y ganas de seguir avanzando. De esta forma, nos indicaba, conseguimos en las primeras etapas pasar por encima del miedo a lo desconocido y lo mejor, elevar la pasión por conseguir innovar, ser únicos.
Pedro sabía que no sería fácil, por lo que nos motivó para que modificáramos en lo posible el entorno para que el nuevo comportamiento que necesitábamos fuera algo más fácil. Tenía claro que si cambiaba el camino, cambiaba el comportamiento. Recalcó que necesitábamos, para allanar el camino, modificar el entorno y crear nuevos hábitos.
Y para terminar nos indicó que aprovecháramos la fuerza del equipo y que no hiciéramos la guerra por separado, ya que cuando las personas vemos que el resto hace cosas y consigue retos, el contagio es automático.
Como resumen dejó algunos consejos finales:
- Los grandes cambios siempre comenzarán con pasos muy pequeños.
- Los pequeños pasos, tienden a ir sumándose. Y se consiguen grandes cosas.
- El cambio no es fácil, pero con rigor, no tiene por qué ser siempre difícil.
- El cambio está en todas partes. Todo es cambio.
- El cambio que funciona sigue un determinado patrón.
- El cambio aparece si tiene una dirección clara, mucha motivación y un entorno propicio.
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.
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