"Todos los niños nacen artistas.
El problema es cómo seguir siendo artistas al crecer"
Pablo Picasso (1881-1973)
Pintor español
"Necesito hablar un rato contigo".- No dudé en acudir a la cita, esa misma tarde, una vez terminé de preparar el documento que necesitaba para la reunión en Madrid del día siguiente. Y allí estaba yo, sentado con Emilio, tomándonos un refresco mientras me contaba lo que le estaba ocurriendo una vez que su equipo aumentó de tamaño.
Añoraba aquellos tiempos, al inicio, cuando todos los componentes del equipo cabían alrededor de esa pequeña mesa de su primer despacho. Unos bocadillos y un litro fresquito de cerveza bastaban para tomar un "bocado" y seguir un par de horas más terminando el pedido y diseñando el plan de la próxima semana.
Les iba bien, y poco a poco, iban sumando profesionales al proyecto. Otro nuevo, otro, otro más... Las caras nuevas iban apareciendo y los procesos, aunque no lo pareciera, también cambiaban...
Un día, tras un error de los notables, Emilio se dio cuenta que las antiguas maneras de hacer ya no funcionaban. No era cuestión de espacio (aunque ya no se entraba en su despacho), sino que en el principio todos hablaban y opinaban, pero ahora no daba tiempo a que todos presentaran sus propuestas. Tenía, sin más remedio que elegir un equipo de trabajo más directo, cercano y dejar a personas queridas en un segundo nivel.
Además, mi colega cada vez tenía menos tiempo de socializar con los suyos. Clientes, reuniones, proveedores, reuniones, problemas y más problemas. Eventos, decisiones y problemas hacían de las semanas y los meses de Emilio auténticos maratones necesarios para continuar manteniendo a la empresa en la senda del crecimiento.
Y por todo, Emilio, ahora se encontraba en una verdadera encrucijada, intentando gestionar a su gente como antes, pero sometido a un día día completamente distinto, llevado a la deriva por un ambiente de cambio significativo y hostil.
"¿Qué debería cambiar en mi forma de liderar?".- me preguntó directamente tras exponer la situación que le preocupaba.
No era fácil la cuestión, pero estas cinco cuestiones pueden estar detrás de un buen líder para poder gestionar de forma efectiva grandes equipos.
En primer lugar, es necesario cambiar la forma de gestionar directamente a gestionar indirectamente, sin poder dedicarle tiempo en directo a las relaciones personales de manera unitaria. El crecimiento te lleva a dirigir a equipos de primera línea, pero a la vez te aleja del terreno, distanciándote de los detalles (que tanto le gustan a Emilio, por cierto).
Al principio, y es lógico, te sentirás desorientado, como si no tuvieras el control. Pero para escalar necesitas dar el cambio de la "confianza". Empoderar a los tuyos es una necesidad, y un salto a mejor para tu empresa. Tienes que aprender a mantener el equilibrio entre profundizar en las tareas directamente o echarte a un lado confiando que otros en los que confías lo hagan por ti. Es cierto que cosas se harán sin tu colaboración directa, e incluso se harán algo distintas a lo que tu hubieras realizado, pero tu empresa y tu gente crecerá, y lo más importante, dejarás de ser tu propio cuello de botella.
Por otro lado, tienes que aprender que la gente te tratará de manera diferente. Cuando intentas acercarte a todos los niveles y das retroalimentación sobre temas, por distancia e intimidación, ya no recibes noes por respuesta. Las personas, por miedo, respeto o por ambas cuestiones, tras varios "esto se hace así por que lo digo yo", no se la juegan en advertir, si eso pone en riesgo su empleo. Prefieren ser yes-man y salvaguardar su mes...
De otra manera, para que la gente te cuente la verdad, aunque a veces te duela, tienes que asegurar que entiendan que las opiniones en contra de la tuya, constructivas, siempre serán bienvenidas. En caso contrario, las reuniones enriquecedoras del pasado van convirtiéndose en monólogos, cargados de razón, en los que el resto de directivos y mandos sólo aplauden y mueven en positivo la cabeza (como marionetas) al final de cada charla o actuación.
Haz que tu equipo sepa que tu también te equivocas, y que sabes que eres humano, pidiendo perdón cuando toque y usando preguntas que les inviten a discutir sobre los asuntos que te preocupan, generando debate y creciendo en las decisiones de manera conjunta.
Como tercera cuestión que necesitarás para liderar ese nuevo tamaño de equipo, cargado de reuniones, viajes, entrevistas, etc... es importante saber cambiar rápidamente de tema, no sólo por días, sino incluso por horas. Ahora no se trata de estar enfocado en un mono-proyecto durante varias jornadas, sino que te tocará escuchar, decidir y aprobar varios temas dentro de la misma hora. El mecanismo idóneo es saber estar enfocado en lo que estás, sin despistes. Te aseguro que estos consejos te irán genial: escanea tu agenda y guarda tiempo para preparar las reuniones; toma nota durante las mismas; resume al final del día; reflexiona al menos semanalmente para preparar la siguiente semana (a veces bastan dos horas, pero una tarde completa antes del descanso del fin de semana no te iría mal).
Es importante que sepas escoger y elegir tus batallas. Ya se quedaron atrás los tiempos en los que todo estaba terminado cuando cerrabas la oficina. Y es cierto, cada vez que te paras en algún puesto, en algún departamento, detectas temas a mejorar. Pero ¿es tu batalla? ¿Ese es el principal valor que tus accionistas te exigen? Tienes que aprender a priorizar, y di conmigo que la perfección es enemiga de lo bueno. De nuevo, debes confiar en tu equipo para esos detalles, esas mejoras, dejándoles la gestión de ese día a día. Por tu parte, debes centrarte en elegir esas tareas que por importancia y valor, están sólo al alcance de ti como líder y responsable máximo de tu organización.
Por último, olvídate cada vez más de la parte técnica y céntrate en que las personas funcionen. Aunque suene todavía distante, los mejores líderes no son los que que más saben de su departamento, producto, proceso... sino que lo que verdaderamente importa, no es otra cosa que su capacidad para sacar lo mejor de su equipo de trabajo.
Al más alto nivel en la gestión, lo que verdaderamente habría que hacer bien no son otras cosas que:
- Contratar líderes excepcionales.
- Construir equipos autosuficientes.
- Establecer una clara visión.
- Comunicar de una manera excelente.
Como tercera cuestión que necesitarás para liderar ese nuevo tamaño de equipo, cargado de reuniones, viajes, entrevistas, etc... es importante saber cambiar rápidamente de tema, no sólo por días, sino incluso por horas. Ahora no se trata de estar enfocado en un mono-proyecto durante varias jornadas, sino que te tocará escuchar, decidir y aprobar varios temas dentro de la misma hora. El mecanismo idóneo es saber estar enfocado en lo que estás, sin despistes. Te aseguro que estos consejos te irán genial: escanea tu agenda y guarda tiempo para preparar las reuniones; toma nota durante las mismas; resume al final del día; reflexiona al menos semanalmente para preparar la siguiente semana (a veces bastan dos horas, pero una tarde completa antes del descanso del fin de semana no te iría mal).
Es importante que sepas escoger y elegir tus batallas. Ya se quedaron atrás los tiempos en los que todo estaba terminado cuando cerrabas la oficina. Y es cierto, cada vez que te paras en algún puesto, en algún departamento, detectas temas a mejorar. Pero ¿es tu batalla? ¿Ese es el principal valor que tus accionistas te exigen? Tienes que aprender a priorizar, y di conmigo que la perfección es enemiga de lo bueno. De nuevo, debes confiar en tu equipo para esos detalles, esas mejoras, dejándoles la gestión de ese día a día. Por tu parte, debes centrarte en elegir esas tareas que por importancia y valor, están sólo al alcance de ti como líder y responsable máximo de tu organización.
Por último, olvídate cada vez más de la parte técnica y céntrate en que las personas funcionen. Aunque suene todavía distante, los mejores líderes no son los que que más saben de su departamento, producto, proceso... sino que lo que verdaderamente importa, no es otra cosa que su capacidad para sacar lo mejor de su equipo de trabajo.
Al más alto nivel en la gestión, lo que verdaderamente habría que hacer bien no son otras cosas que:
- Contratar líderes excepcionales.
- Construir equipos autosuficientes.
- Establecer una clara visión.
- Comunicar de una manera excelente.
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.
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