"Si el tiempo es lo más caro, la pérdida de tiempo es el mayor de los derroches"
Benjamin Franklin (1706-1790)
Estadista y científico estadounidense.
Cuando terminó la reunión le dije a José Carlos que se pasara por mi despacho.
Jose, le dije, ¿por qué has comenzado la reunión puntual aunque faltara el jefe?. La verdad, es que todos se habían sorprendido, incluso nuestro jefe cuando entró y se dio cuenta que ya estábamos en la segunda cuestión del orden del día.
Pero tan claro lo tenía José Carlos que me lo explico, tranquilo, y se marchó a seguir con sus tareas.
Primero me preguntó si conocía a gente que, aunque decía que el tiempo era oro, llegaban tarde a los sitios. No tuve más remedio que decirle que muchos, y que además, lo hacían frecuentemente.
Pues bien, estaba convencido, según me contó, que ellos, los tardones, no quieren llegar tarde. De hecho, es probable que sus buenas intenciones sean probablemente la principal razón que les hace llegar tarde. Pero intentan una técnica y otra, se disculpan una y otra vez cuando entran tarde a la reunión y entonces, la siguiente, vuelven otra vez a llegar tarde.
Me dijo que según había oído una vez a Seth, para esta cuestión existe una razón y un factor de amplificación.
Le dije que me explicara lo de la amplificación, ya que me llamó la atención.
Pues mira, Edu, como habrás notado en tu extensa vida, cuando las cosas salen a tiempo, como aviones, trenes, webinars en directo, etc... no hay mucha gente detrás de este proceso quejándose por no haberles esperado. Seguro que cuando tienen que coger ese tren gestionan convenientemente su tiempo para estar a la hora, o se quedan en tierra. Puede que quedarse en tierra, sólo les pase una vez...
Pues esa es la clave para entender lo del "factor de amplificación".
El Factor de Amplificación es que cuando ellos llegan tarde, la gente los espera.
"¿Y qué me dices de la razón?".- Le interpelé.
Para mí, la razón es que en cada interacción con las personas y en el cálculo del tiempo de su agenda (importantísima), para ellos su más valioso recurso, se olvidan que intentando conseguir de forma mágica durante el día más minutos de tiempo para ellos, a la vez la están robando ese recurso a colaboradores, clientes, socios o en su fin de semana, a sus familiares y amigos.
Y entonces, la solución es muy simple, aunque no fácil: Hay que decir "no".
Se trata de gestionar bien nuestra agenda, pensando en nosotros y sobre todo, en los demás. En la vida no hay muchas cosas que podamos estirar, y por supuesto, el tiempo no es una de ellas. Hay que hacer tareas, sí, pero cuando toca llegar a la siguiente cita, sabiendo que interactuamos con personas y profesionales que necesitan aprovechar el tiempo al menos lo que nosotros, tenemos que levantarnos y movernos al siguiente destino.
Y si no, estemos preparados para recibir un mensaje sosegado y sin estrés tal que:
"Lo siento, nuestro tiempo ha terminado"
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario