"El que quiera ser líder debe ser puente"
Proverbio galés
Semana cargada de los últimos coletazos de unas fiestas de Navidad y fin de año que nos dejan, para rematar, algún juguete o regalo (siempre que nos hayamos portado bien) por parte de sus majestades los reyes de oriente, algún cuarto de kilo más en el riñón, esto debido al roscón con chocolate que tomamos el día 5 y 6 de Enero y sobre todo, muchas, muchas ganas de comenzar el año laboral sin festivos que nos descentren además de permitir que nuestros hijos vuelvan a la rutina del cole para engullir todo el conocimiento que necesitarán para afrontar el mundo hostil, complejo y difícil que les tocará vivir en un par de décadas.
Como decía mi hijo esta mañana ante la pregunta de su hermana: - ¿y mañana, qué? a la que él le respondía: - Pues mañana, cole.
Pues eso es lo que nos toca a todos desde mañana; concentración en nuestras labores y enfocarnos en nuestro nuevo ejercicio que no siendo sencillo su afronte si que es cierto que debemos acelerar desde el inicio ya que en lo que todo el mundo está de acuerdo es que pasa volando. Y si nos hemos propuesto tantas metas, tantos cambios y tantos buenos propósitos y objetivos no podemos empezar a medio gas, sino a tope desde el inicio.
Pero hoy me gustaría contaros lo acaecido durante la tarde del jueves, durante una conversación telefónica con una gran amigo al cual no había tenido ocasión de saludar desde que nos viéramos, allá por Septiembre, en Ifema, durante unas jornadas sobre las organizaciones modernas y la gestión de personas, tras la charla que él mismo había protagonizado.
En la conversación me indicaba que sus últimos talleres habían cursado sobre el liderazgo de equipos de alto rendimiento y que en todas las organizaciones, ya sea pequeña empresa, mediana o multinacional, siempre encontraba la misma falla en los líderes. Ésta no era otra que intentaban dirigir y comunicar con su gente desde su estilo de comportamiento y liderazgo, por lo que no lograban conectar con las personas que debían de ayudarle a cumplir sus logros. "No dirigen según el temperamento y el carácter del contrario, por lo que no consiguen comunicar y liderar en el registro que cada miembro del equipo funciona mejor".- Concluyó.
Por ello, me explicaba, siempre comenzaba durante su charla (la primera parte) explicando las distintas personalidades que existen, a veces más visibles, otras mezcladas dentro del comportamiento humano. Ya Galeno, médico romano distinguía cuatro personalidades como el colérico, el sanguíneo, el melancólico y el flemático y algo después, ya en el siglo pasado, el suizo Carl Jung partiendo de ésta clasificación formuló un modelo de cuatro tipos psicológicos básicos que sirven como punto de partida del autoconocimiento y el conocimiento y la compresión de los demás. Esta clasificación se basa en dos funciones complementarias como son:
- La forma en que la persona recibe su energía definiendo el grado de introversión o extroversión.
- En función del peso que tienen en la toma de decisiones de la persona los factores racionales o emocionales.
Para terminar con la parte teórica, me explicaba mi amigo, siempre remataba con la clasificación de W. M. Marston, el cual concluía que todos tenemos algo de cada uno de los cuatro grandes comportamientos; el cóctel resultante siempre tiene tantas posibilidades que nos hace a cada ser humano distinto del resto, incluso en el tiempo o en condiciones diferentes, distintos de nosotros mismos.
Me indicó los cuatros rasgos por mensajería corta, mientras seguíamos conversando, por lo que aquí os los dejo:
1) DOMINANTES: Extrovertidos/racionales.
2) INFLUYENTES: Extrovertidos/emocionales.
3) ESTABLES: Introvertidos/emocionales.
4) CUMPLIDORES: Introvertidos/racionales.
Y vosotros, mis lectores, ¿En qué comportamiento o en qué grupo os veis más representados? Tic, tac, tic, tac... ¡Empieza el autoconocimiento!
Tras un parón para repostar algo de líquido en forma de agua, zumo de naranja o café y también, el que quiere, alguna "pastita" que otra que ayuda a llegar sin ansiedad al almuerzo, mi colega me indicaba que daba comienzo la segunda parte del taller intentando que, si el forum lo permitía se presentaran cada uno de los asistentes y se definieran a sí mismos. Después, les dejaba trabajar intentando que definieran según los rasgos que nos había dejado el señor Marston a los componentes de sus equipos, haciendo posteriormente hincapié en cómo habían descubierto durante ese pequeño estudio muchas competencias de sus colaboradores, y que gracias a ello podrían hacer que cada uno de sus directivos "jugaran" en la posición más adecuada a "su ser natural". Además, este pre-trabajo nos permitiría comunicarnos y relacionarnos cada vez mejor, en sintonía, siendo un gran catalizador nuestra nueva forma de liderar para la más rápida y mejor consecución de nuestras metas.
Entonces, en resumen, ¿cual es el quid de la cuestión? le pregunté para intentar quedarme con una especie de corolario, a lo cual me contestó lo siguiente:
La clave está en que como líderes no podemos pretender que sean el resto del equipo el que se adapte a nuestro estilo, debido a que cada uno hace las cosas por sus propias razones, no por las nuestras. Nos es muy fácil tratar y entendernos con las personas que poseen un estilo de personalidad parecido al nuestro, pero qué pronto y cuántos confictos surgen con los miembros del equipo que no se nos parecen en estilo en nada. Aunque no lo entendamos, ellos no comprenden nuestra forma de transmitir y en definitva, no darán todo lo que tienen, seguro.
Por ello, si como líder, quieres tener éxito en tu proyecto debes de conocerte mejor a ti mismo y a los tuyos. No depende tanto de tus competencias técnicas, que seguro que las tienes, sino de la capacidad de relación, la mentalidad de servicio y el espíritu de colaboración.
En definitiva, ten en cuenta que el éxito irá acompañado de tu comportamiento flexible, es decir, de la capacidad que tengas de adaptarte a las diferentes personalidades que conforman tu equipo, de tal manera que te entiendan porque los entiendes.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 5 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
Inspiración: gracias señor @carlos_andreu, enseñas mucho y bien. Espero que tu trabajo cale en mucha gente y nos ayude a aumentar el nivel de nuestras comunicaciones y en definitiva, nos ayuden a alcanzar el éxito.
Pues veo más veces: "como líderes no podemos pretender que sean el resto del equipo el que se adapte a nuestro estilo" y que conducen a fracaso en el liderazgo... habrá que darle la vuelta a la tortilla, al menos en la parte en la que ejercemos de lider.. gracias por traernos estos contenidos. Carlos Andreu, buen maestro... y con tu permiso, lo compartiremos.
ResponderEliminarEsa es la clave, amigo José Joaquín, la adaptación al medio o en este caso a las personalidades de los nuestros. No debemos intentar generar clones, sino sacar lo mejor da cada uno, y ésto sólo se consigue transformando nuestra causa en la suya, y logrando "que te entiendan porque les entiendes".
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