"Uno debe ser tan humilde como el polvo para poder descubrir la verdad"
Mahatma Gandhi (1869-1948)
Político y pensador indio
Era día de Reyes por la mañana y tocaba hacer una pequeña ruta por casa de los abuelos, para que éstos vieran a los nietos y pudieran disfrutar de la ilusión con la que los niños cuentan cómo vivieron la magia de La Cabalgata, la sorpresa al encontrar los regalos favoritos aparecidos sin razón lógica bajo el árbol de casa y todo lo que les hace soñar esa tarde/noche de Reyes.
Luego entramos en San Francisco, antes de ir a comer, para escuchar misa ya que, además de 6 de Enero, este año coincidía que era Domingo, día del Señor.
Y allí estaba él, de forma sorprendente, al menos para mí. Después, me comentó mi cuñado que era el Padre Julio, un monje franciscano que había llegado a nuestra localidad este mismo verano.
Inició su homilía con una pequeña historia que denominó la fábula de los dos presidiarios.
En resumen, la historia era sobre dos personas que estaban para toda su vida en prisión, con tan sólo una pequeña ventana que les permitía ver el exterior, y que sólo subiéndose uno en los hombros del otro, podían asomarse a ese mundo en el que no podían estar.
El tema es que cuando deciden asomarse por turnos, el primero sólo ve barro, oscuridad y agua sucia en forma de charcos. En cambio, el segundo, al describirle a su compañero lo que había visto, le describe un cielo inmenso, de un oscuro compacto, que servía de manto a infinitas estrellas brillantes y maravillosamente inspiradoras.
Esta historia nos demuestra que ante la misma realidad somos nosotros los que decidimos lo que está delante de nosotros mismos, y por ello, la actitud ante la vida es la que determina nuestros caminos.
Por otro lado, y volviendo al día de Reyes, el Padre Julio nos indicó cómo todos vivimos vidas de manera muy similar a lo acontecido por los Reyes Magos de Oriente.
En primer lugar, la Estrella que estos Magos siguieron es nuestra motivación para vivir. Todos debemos tener un propósito, unos valores y unas creencias, al igual que los tres Reyes Magos tuvieron tras reconocer la Estrella y seguirla.
Después, cualquiera de nosotros, en nuestros proyectos laborales o personales, pasaremos grandes penurias, esto es seguro; nunca será un viaje fácil. Incluso los Reyes Magos fueron tachados de "chiflados" a la hora de ponerse en camino, incluso con peligro de no contarlo, cosa que no era poco probable en esa época con ese tipo de grandes viajes. Pero no desvanecieron en su propósito y, nosotros, en la búsqueda de nuestros objetivos, tenemos que luchar con toda nuestra fuerza, incluso a sabiendas que no será un camino de rosas. El camino merecerá la pena, pero hay que preparar la coraza para recibir golpes, caídas y grandes obstáculos.
Siempre queda el cumplimiento de nuestros objetivos de vida, ver crecer a nuestros pequeños y cumplir nuestras metas personales y laborales, como esos Reyes cuando descubrieron a Jesús, en un pesebre, sin tronos dorados ni un gran palacio, pero que hincando la rodilla ante su Señor, dejaron sus presentes y volvieron por otro camino, salvando a Herodes, con la satisfacción de haber cumplido con su cometido de vida, con su historia.
Queridos Reyes Magos:
Indícame cual es mi Estrella, dame fuerzas para afrontar el duro camino que nos queda por recorrer y otórgame humildad, para cuando llegue a cumplir con mi objetivo vital, vuelva a casa, sin hacer ruido, como vosotros lo hicisteis.
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