"Nadie necesita más unas vacaciones que el que acaba de tenerlas"
Elbert Hubbard (1856-1915)
Ensayista estadounidense
Esta semana he podido comprobar que estamos peligrosamente alcanzando una gran adicción a internet, los teléfonos y en definitiva al mundo tecnológico. Está claro que no podríamos vivir sin las utilidades que nos prestan los aparatos electrónicos que nos acompañan en nuestro día a día, pero una vez que ellos (los devices) nos controlan en lugar de sólo implementar nuestra productividad puede decirse que estamos en zona de peligro.
A varios de mis amigos y conocidos les indicaba hace unos días que pasaré unas vacaciones intentando convivir con un pequeño apagón tecnológico, pero creo (hoy estoy seguro) que lo decía con la boca pequeña. Y digo esto porque el pasado viernes, Alguien me castigó, y me regaló un fallo en la tarjeta SIM de mi teléfono, que tras unos errores en serie de mi dedo al iniciar con el Pin, me provocó un apagón de datos y voz, eso sí, de manera fortuita y no planificada.
Ya os podéis imaginar: primero alguna broma repasaba mi cabeza, luego algo de enfado, cabreo, miedo y mucha, mucha ansiedad por no poder abrir el smartphone y tener respuesta a todo (o a nada); era el hecho de abrir la pantalla para cerrarla sin más, pero lo peor era saber que todo el conocimiento ya no estaba allí, al alcance de la mano...
Tenía que buscar el PUK, pero el mismo estaba en la oficina y no iría hacia la misma hasta el día siguiente. ¿Qué podía hacer? Sin móvil... Pues la respuesta, de una manera natural surgió conforme pasaban los minutos. Primero, pasear con la familia y los amigos tranquilamente, charlando, camino de la terraza del restaurante que habíamos decidido para cenar. Luego, cenar tranquilamente y charlar sin necesidad de estar cada 3 minutos poniéndome al día de las últimas novedades de la cuenta del Twiter y al final, tomar un café granizado para refrescar la tertulia habiendo casi olvidado el gran problema (casi insalvable) de haber sufrido el apagón tecnológico casual en forma del mayor castigo imposible de igualar por los peores planes que mi mayor enemigo hubiera podido infringirme.
Todo me lleva a una conclusión y esta no es otra que estas vacaciones toca PRACTICAR CON LAS "3D". Está claro que necesito una vacaciones y me propongo (y os propongo a los que estéis a tiempo) hacerlo practicando mucho para volver a tope con toda la energía para afrontar lo que tenemos que vivir en la siguiente parte del año.
En primer lugar, la primera D, la de Desconectar.
Dicen que una desconexión es una interrupción, una ruptura. Hay que romper, durante unos días con el trabajo, los estudios o simplemente con la rutina y las obligaciones del día a día, cambiando horarios, realizando otras actividades y visitando sitios nuevos, si es posible. Desconectamos de unas cosas y conectamos con los días de descanso.
Desconectar debe ser una función reparadora, por lo que tiene que ser muy, muy real. Por responsabilidad no podemos estar al margen de todo, pero si que podemos ponernos ciertas normas para que los mensajes y llamadas entrantes estén acotadas en ciertos husos horarios, restringidos, que nos permitan disfrutar de la desconexión el resto del día (y a tu familia también).
Desconecta de los planes, de la disciplina y permítete unos días algo anárquicos, a modo de relajación...
Toca pasar a practicar la segunda D, la de Descansar.
Todos practicamos esta D los fines de semana, pero a los periodos duros y largos de trabajo, les sigue un descanso mayor, y este no es otro que las vacaciones. Es un tema de ocio, pero sobre todo muy necesario y saludable. Nuestro cuerpo y nuestra mente lleva un ritmo frenético durante el año que desgasta, y mucho. Se duerme poco y no siempre se come tan bien como nos gustaría. Además, el estrés, sin que nos demos cuenta va minando y deteriorando nuestro organismo. Por ello, antes que el cuerpo nos de un toque, de estos que no avisan, te recomiendo la practica de la segunda D y te regales un tiempo merecido que podríamos llamar el descanso del guerrero. Aléjate del tráfico, de la gente corriendo y regálate más horas de sueño relajándote con actividades "simples" pero que te llenen de energía; baja el ritmo hasta que observes que todo pasa como si el vídeo de tu vida fuera a cámara lenta, sin prisa, de tal manera que el cuerpo y el alma se vayan recargando.
Practica el deleite de no hacer nada. Dicen que aburrirse de forma intencionada es reparador, sano e incluso mejora nuestra creatividad. No pienses que pierdes el tiempo, estás preparándote para lo que te viene tras la recarga.
Y para terminar, practica la tercera D, la de Disfrutar.
Atención a veraneantes; hay que practicar esta D, porque el simple hecho de estar de vacaciones no significa que disfrutes con las mismas y acaben siendo las denominadas "vacaciones soñadas". Todos conocemos casos de las denominadas vacaciones "pesadilla". A veces, existen personas que para que disfruten otros; hijos, yernos, amigos de hijos, nietos, se tiran todas las vacaciones trabajando más que si estuvieran en casa. A veces por protección y amor incondicional, otras por falta de confianza, estas situaciones terminan cargándose las vacaciones y a veces hasta las relaciones entre amigos y/o familiares. Nadie puede cargarse de generosidad si no existe reciprocidad.
También se puede pasar mal en vacaciones porque nos obliguen a estar con familiares o amigos que no quieres, ir a un lugar que no deseas o que todo salga muy distinto a lo que planeaste, por tema climatológico, retrasos en vuelos o problemas en la organización del viaje que están fuera de tu control.
Además, en la antítesis a esta D del disfrute, están las personas que se llevan el trabajo a cuestas a las vacaciones; a veces no se puede evitar, pero otras es por falta de delegación, obsesión por el trabajo o simplemente por no saber/querer desconectar. Esta manera de afrontar el descanso olvida totalmente la teoría de las "3D": desconectar, descansar y disfrutar.
Por todo y para terminar, a modo de corolario, elige bien dónde, con quién, cómo y qué hacer. No lo confundas con egoísmo, es pura necesidad. Si no disfrutas, tu persona puede sufrir hasta el siguiente parón, e incluso tus objetivos y metas se verán mermados por no haberte recargado lo suficiente. Y recuerda, no sólo eres tú y tus necesidades; piensa en tu pareja y tus hijos, si los tienes, se trata de obtener un equilibrio para todos de manera individual y como conjunto y que puedan Desconectar, Descansar y sobre todo, Disfrutar.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 2 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
El vídeo de la semana: 7 trucos para desconectar en vacaciones
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.
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