"Un idealista es una persona
que ayuda a otra a ser próspera"
Henry Ford (1863-1947)
Industrial estadounidense
Cuando trabajas durante un tiempo con multinacionales, una veces como proveedores, otras como clientes, te das cuenta que no siempre es una máxima lo de que en grandes empresas las personas van mutando hacia los temidos dígitos conocidos como simples "números".
Sí que las empresas que no cuidan como debieran a sus empleados no saben que al final, cuando coincides con ellos en algún proyecto que dura varias jornadas, se vuelven transparentes y denotan conformismo, complacencia y sobre todo, baja productividad.
Se sienten como números y cuando intentas cambiar algo, por muy simple o sencillo que a los soldados de las pymes nos parezca, siempre suelen bajarte al terreno de los humanos indicándote directamente que, o nunca se dará ese cambio o no llegará antes de que nuestros nietos estén ya con edad laboral.
En este punto, recuerdo las palabras de Amancio Ortega sobre su gente: "Querer a las personas que trabajan con nosotros es una obligación".
Y como comenta este señor, no debemos confundir o pensar en la incompatibilidad de tratar a la gente con cariño sin perder de vista la importancia de la disciplina.
También se debe trabajar desde la gerencia, el equipo directivo y los mandos intermedios la exigencia en la obtención de resultados, sin descuidar un trato con mucho tacto.
Fundamental lo de mantener el orden y la rectitud, pero sin necesidad de dejar de ser amable. O sea, nunca debemos transformar nuestra gente en números, haciendo de verdad de nuestro capital humano nuestro principal "activo".
El truco está en no alejarnos de nuestro personal, por lo que los miembros del equipo directivo deben vivir cerca de todo su equipo, conocer lo que llevan entre sus manos en sus casas, en su familia, y no quedarse sólo en lo que ocurre entre las cuatro paredes de la oficina, entre los fichajes de entrada/salida.
Esta parte nos recuerda que las personas rinden no sólo por lo que ocurre durante la jornada laboral, sino que todo lo que su entorno empuja (o frena) tiene que ver con su eficiencia y obtención de las metas comunes. Al final, la empresa está formada por personas, y las mismas tienen sentimientos que trasladan a la compañía y acaban creando productos/servicios de éxito, no nos olvidemos, para que sean recibidos por personas.
Pero lo más importante es liderar con el ejemplo y corroborar la dirección con gran coherencia entre lo que se dice y lo que se hace. Ser cercano por parte de directivos y mandos hará que sus equipos les devuelvan alta estima y lo mejor, se dejen la piel por ellos en cada proyecto, en cada partido.
Pero no se olviden que aunque parezca poco compatible, es posible y una receta hacia el éxito, combinar la firmeza y la exigencia con el respeto a todos los recursos humanos, sea una empresa pequeña, mediana o multinacional.
Como resumen, lidera personas y no los vayas convirtiendo en simples números, ya que son tu recurso más valioso y no olvides que tus productos y servicios son creados por todos los miembros de tu plantilla, independientemente de su posición en el organigrama. Por todo, escúchales, nadie sabe más que ellos del puesto que ocupan; eso seguro.
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.
Muy buenas estas dos últimas entradas Eduardo, mejorando como el buen vino si señor, muy profesional. Continúa así.
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