"La brevedad es el alma del discurso.
Hablar en exceso sugiere la desesperación por parte del líder."
Ciro el Grande (600 a. C.-530 a. C.)
Rey de Persia
Una de las cosas que más me llamán la atención de Javier es cómo de simple parecen las decisiones que toma, tanto personales, como a nivel corporación. Es una forma clave de hacer, tan suave a la vez que contundente, que provocan esa envidía (sana, por supuesto) en todos los que por motivos dispares, tenemos la suerte de compartir mesa y mantel con este caballero de los negocios.
Sí que es verdad que la sabiduría popular nos sugiere que los grandes líderes son maestros de la simplicidad, pero lo que de verdad esconden es un don de hacer aparecer ante nosotros, los humanos, lo difícil como fácil...
Podemos estar de acuerdo que la simplificación puede ser una poderosa herramienta para estos guías, y frecuentemente en su día a día, necesitan resumir y acortar entre tanta confusión y desacuerdo de la marabunta que montamos los profesionales con nuestra razón y ego departamental o individual, según los casos. Está claro, necesitamos de esos líderes que adjudican una clara pista para continuar avanzando y sin duda, dejan la mayoría de los detalles del camino a sus subordinados.
Pero Javier, tras hablarle de lo fácil y simple que lo hacía, me indicó que debemos saber que los líderes (los efectivos), entienden que los más simple siempre no es lo mejor. En contra, ellos siempre buscan el correcto equilibrio de lo simple y lo complicado. Esa es la clave, el punto medio.
Lo tiene claro, un buen líder no necesita ver los 200 diferentes tonos del azul, pero siempre debe poder ver que el azul es parte del cuadro. No puede dejar pasar la oportunidad, por no profundizar, de comprender los problemas, pero tampoco perderse las oportunidades. No entra en detalles, a priori, pero encaminará con una comunicación efectiva los retos y las importantes decisiones al resto de la organización.
Nos dejó algunas técnicas/consejos que usa para la toma de decisiones:
- Intenta equilibrar entre los diferentes departamentos internos.
- Cuando observes los problemas, mira desde fuera hacia dentro. Debes de ver el centro desde las esquinas.
- Visiona las diferentes resoluciones. No te quedes en la primera.
- Rota el prisma. No lo mires sólo desde tu lado. Confía en tu equipo y que te cuenten todo lo que ven. Usa su experiencia y sobre todo, sus habilidades.
- Te en cuenta que las asunciones, cambian. No las tomes como fijas. Estudia el momento.
- Antes de tomar las decisiones importantes, piensa en lo que pierdes.
En resumen, la idea es que un buen líder debería confrontar todos estos elementos y rápidamente romper todo con un golpe maestro de simplificación, pero esto es sólo un pensamiento en forma de deseo. Efectivamente, los grandes líderes saben y deben simplificar, pero sin ignorar lo complejidad del mundo que les rodea. Debe comprender y apreciar lo complejo, desmenuzarlo y volverlo a reconstruir con sus métodos y soluciones.
Una vez domina esta situación cargada de detalles y componentes diferentes, traduciéndolos en forma de buenas decisiones, seguras, entonces puede trabajar en el camino a seguir como si fuera un camino muy simple. Los empleados, los accionistas, los suministradores y los clientes no tienen por qué saber de lo complicado y engorroso del proceso, sino que un plan que suene simple ayudará e inspirará confianza.
Como gran consejo final me dejó la siguiente frase al despedirse:
"ASEGÚRATE QUE UN PLAN QUE SUENE SIMPLE PUEDA MANEJAR LAS COMPLEJIDADES"
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 7 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
El vídeo de la semana: HACER SIMPLE LO COMPLEJO
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.