"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 15 de mayo de 2022

COMPETENCIA INTERNA Y EQUILIBRIO

"La vida no es aceptable a no ser que el cuerpo y el espíritu vivan en buena armonía,

 si no hay un equilibrio natural entre ellos 

y si no experimentan un respeto natural el uno por el otro"


D. H. Lawrence (1885-1930) Novelista británico



Jaime se sentó en mi despacho y tras tratar el informe resumen del mes anterior, me comentó que cada vez llevaba peor el continuo enfrentamiento con Jesús. 


Me contaba, aunque yo casi siempre presenciaba las disputas, que estaba harto de aguantar su estilo y su manera de funcionar; nunca se fía de nadie, todo hay que demostrarlo, nunca queda satisfecho de los estudios previsionales aunque sean al detalle y expriman el dato al milímetro. Además, su estilo de dirección no es nada aconsejable en los tiempos que corren.

Me preguntó si de verdad quería tener en el equipo de dirección a gente como Jesús y entiendo por el gesto de su cara que no se esperaba mi respuesta.

Por supuesto.- le dije; Eso es como preguntarme si me gustaría que no existieran competidores en nuestro mercado.

Creo en la competencia, y en código interno, hemos de reconocer cuánto de importantes son las opiniones contrarias, sobre todo cuando se deben tomar decisiones muy, pero que muy importantes para el devenir de nuestras empresas.

Por otro lado, le dejé también claro que no estaba bien hablar de Jesús ya que no podía defenderse; simplemente no estaba delante. Es una norma muy sencilla. No hagas con los demás lo que no te gustaría que te hagan a ti. 

Recordé una buena lección que recibí en mi primera empresa, cuando me quejé también por un compañero que no me cuadraba para nada. Siempre estaba en desacuerdo con mis criterios a la hora de gestionar a los compañeros del departamento de inyección. Por mi parte, les intentaba dar espacio y más cancha en definitiva a la hora de decidir temas de producción. En cambio, este colega siempre intentaba imponer protocolos, procedimientos cerrados, etc...

Antagónicos total en la manera de gestionar personas. Me sacaba de mis casillas. Pero mientras yo pensaba que esa forma de dirigir era como si estuviéramos en el pleistoceno y nos podía llevar a la ruina, para él, la supuesta libertad de movimientos que yo promovía acabaría más pronto que tarde con la empresa tal como la conocíamos. Sin orden hay desorden, era su máxima.

Volviendo a lo que me enseñaron sobre la riqueza de la disparidad de opiniones, tras una reunión bastante acalorada, ya en el despacho de mi antiguo jefe, le comenté que no veía la hora que echara al compañero.

Pensaba que me iba a dar la razón, pero en cambio su respuesta me dejó un aprendizaje que no olvidaré nunca. En resumen, no solo me aseguró que nunca lo despediría, sino que además había menos posibilidades de que eso pasara mientras yo estuviera en la empresa.

¿Por qué?.- me preguntó Jaime.

Muy sencillo. Nos pasa algo parecido a nosotros en particular, como a cualquier empresa en general. Siempre necesitamos equilibrio, y si por ejemplo, solo me quedo contigo y con profesionales que piensen como tú, seguro que acabamos con un negocio sin rentabilidad. Necesito a ese compañero que tanto te molesta y al resto del equipo, tan diferentes y necesarios para mantenernos a flote.

Es fundamental que no lo hagas solo a tu manera, con una única visión, de esta forma llevaríamos a la ruina cualquier negocio. Precisamente el contrapunto de gente como Jesús nos mantiene en equilibrio y nos permite crecer. Puede que él piense lo mismo sobre ti, y ninguno tenéis razón.

Jaime me escuchó atentamente y entendió el mensaje. Sin competencia, solo rodeado de los temibles "yes-man", en definitiva sin contrapesos, en superficie todo parece que va como la seda, pero en el subsuelo, los cimientos están destruyéndose, lentamente y en silencio, y cuando quieres darte cuenta, la ausencia de diferentes colores hace que el proyecto se desgaste, en monotono, acabando casi siempre en la ruina, o en el mejor de los casos, con los responsables fuera de la empresa.

Valora al competidor, mejora tu equipo con diversidad de opiniones y diferentes formas de dirigir y trata que nadie imponga nada. Las conclusiones deben estar enriquecidas por un debate transversal, sano y de un valor superior que si solo una persona o una única dirección sometiera al equipo en base a su poder y no a la autoridad que siempre facilita que todos aporten y nadie eclipse a nadie.


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