"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

domingo, 20 de febrero de 2022

¿ESCUCHAS O TE ESCUCHAS? ¿MIRAS O TE MIRAS?

"Así como hay un arte de bien hablar, 

existe un arte de bien escuchar"


Epicteto de Frigia (55-135) 

Filósofo grecolatino



Entramos en la reunión del comité de dirección, todos conocíamos el problema, todos conocíamos la postura inicial de cada miembro de la reunión, y tras dos horas de sesión, nada nuevo, todos salen con la idea que llevaban a la entrada. Uno a uno, soltaron su discurso, no escucharon, y se fueron sin moverse ni un centímetro de su sitio.

Nada nuevo. El problema sigue ahí. Un mundo avanzando, vertiginoso, cambiante, y un equipo de ideas fijas, sordo, ciego y cerrado a cambiar todo, o mejor dicho, a cambiar nada.

Recordé lo que Mirko me enseñaba, allá por marzo del 21, cuando me hizo ver que ni la misma Capilla Sixtina es lo que es si no se mira eliminando las creencias limitantes, y simplemente alguien se queda mirándose a sí mismo.

La pregunta es cuánto esfuerzo hacemos para acercar la distancia entre lo que percibimos y lo que realmente está pasando. Decidir entre ponernos activamente a escuchar o simplemente seguir cómodamente escuchándonos.

Aprender a mirar o continuar mirándonos a nosotros mismos. Nuestro método, nuestra idea, nuestra opinión, nuestra solución...

Todo se queda en un binomio "me gusta o no me gusta". Y es que es muy complicado y costoso escuchar la realidad entre tanto ruido; ruido provocado por nosotros mismos. Nos escuchamos todo el tiempo, y por ello, no contestamos a lo que hace falta para salir de las situaciones que nos hablan, sino que nos contestamos a nosotros mismos, muchas veces sin nada que ver con lo que necesitan los problemas reales.

Es difícil pero vital desvincularnos de nuestras creencias. Vemos y escuchamos a través del cristal de nuestro background. Volvemos y volvemos a tomar decisiones a través del pasado, aun sabiendo que lo nuevo requiere nuevos trazos, nuevos caminos e incluso nuevos retos.

Y es que hay elementos que nos impresionaron tanto, que dejaron tanta huella entre nosotros, que hoy impiden ver o escuchar todo lo que sigue o hay detrás de estos elementos; son tan sonoros o nos deslumbran tanto que no nos permiten sentir, ver o escuchar. Entonces: acabamos escuchándonos, mirándonos o incluso leyéndonos a nosotros mismos, dejando que lo que podemos aprender del resto se quede solo en eso, simplemente ruido.

¿Hemos probado en pausar, en retirarnos del centro de todo lo que nos ocurre, y mirando, escuchando desde el rincón, observar y escuchar la escena desde fuera, sin ser el centro y simplemente dejar de escucharnos o mirarnos al ombligo?

Se trata de crecer eliminando filtros, o tirando muros. Desafectarnos para evaluar la situación, recibirla o aceptarla y decidir qué hacer después, pero no llegar nunca más con las ideas preconcebidas.

Como Mirko intentaba enseñarme:

- Mira y reflexiona si la visión es clara, no turbia. 

- Escucha y reflexiona si oyes sin confusión.

- Genera el espacio que necesitas y permítete esa pausa de aceptación.



Recuerda si formas parte de equipos de trabajo que tras una sesión o reunión no se puede salir con la receta que se entraba a la misma. El producto de entrada debe ser menor que el de salida, y solo esto hará que el proyecto crezca.

Se trata de abrir el abanico de criterios; no jugar solo con los nuestros, sino compartir y generar nuevas oportunidades y tomar decisiones mirando, aceptando, componiendo con las ideas del conjunto, y no solo con las reglas causa-efecto del pasado, de mi pasado, de tu pasado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario