"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

lunes, 23 de diciembre de 2024

CUENTO DE NAVIDAD 2024

"Amo como ama el amor. 

No conozco otra razón para amar que amarte. 

¿Qué quieres que te diga además de que te amo, 

si lo que quiero decirte es que te amo?"


Fernando Pessoa (1888-1935) 

Poeta portugués



Era tiempo de Navidad, y Paqui volvía a pasarla con su abuela Puri, como todos los años.

La nieta le había estado contando a su abuela sus últimos problemas en el grupo de amigos del insti. Habían empezado a salir algunos chicos con alguna de sus amigas, otras decían que les gustaban los del colegio mayor concertado que había en la plaza, y ella tenía un gran lío porque no sabía muy bien discernir entre lo que era Amor o Amistad. Tenía dos amigos y sentía por ellos de manera diferente, pero le gustaba pasar tiempo con los dos; ambos le habían dicho que la querían como novia y si ella estaba dispuesta a decidir podría salir con el que eligiera.

Puri sabía que su nieta empezaba a hacerse mayor y supo que era un buen momento para contarle una historia de una pareja que había conocido en el pueblo hace mucho tiempo.



"Érase una vez un matrimonio entrañable, el cual vivía de una manera muy humilde. Criaban a sus 3 hijos, no sin problemas para salir adelante con lo mínimo, pero el ambiente familiar era de diez; se podría decir que era una familia feliz.

Un día, la mujer, que tenía un cabello muy largo le pidió a su marido un cepillo de pelo (pues se le había roto el que tenía) para poder cepillarse la melena y que ésta pudiera crecer sana y estar siempre bien arreglada.

Él, sintiéndose mal, le dijo que no era posible. Le explicó que incluso no tenía dinero ni siquiera para poder comprarse y arreglar la correa de su reloj de pulsera que hace meses se le había roto. Ella que siempre entendía todo, no insistió y lo despidió con un abrazo.

El hombre, camino del trabajo, pasó por una relojería. Frente al escaparate, miró su reloj y sin dudarlo tomó la decisión, lo primero era lo primero; entró a la tienda y en minutos, tras negociar con el relojero lo mejor que supo, salió para continuar su camino.

Durante la jornada no estuvo tan triste como otros días. Era víspera de Navidad, y una vez al año, en esa época, siempre un extra podían hacer dentro de las posibilidades del matrimonio. Ella lo merecía todo. Salió como un rayo una vez terminó su turno en la fábrica, paró en el comercio de su barrio y con lo que había sacado por el reloj le compró un cepillo de pelo a su mujer. Solo pensaba en su sonrisa, y la felicidad que iba a provocar en su mujer cuando le diera el regalo que acababa de conseguir. 

Llegó a casa, se quitó en el patio exterior las botas del trabajo, se puso más cómodo y dejando el mono de trabajo colgado en su percha cruzó hacia la puerta con paso decidido. Entró en la vivienda y llamó a su mujer, que al oírle dejó inmediatamente la ropa que estaba remendando en una especie de barreño y bajó corriendo las escaleras.

Él quedó completamente sorprendido cuando la vio, tras bajar el último tramo, con el pelo muy, pero muy corto. Ella había vendido su pelo para comprar lo que llevaba en la mano abierta con el brazo extendido hacia él. Era un reloj nuevo, con su correa.


Ella miraba el cepillo. Él miraba el reloj y sobre todo, el pelo corto de su mujer.

Simultáneamente, las lágrimas corrieron por las mejillas de ambos, sincronizadas, como si hubieran nacido del mismo manantial. No lloraban de pena. Lloraban de AMOR.

Porque amar a alguien no es nada, ser amado es algo más, pero amar y ser amado por la persona que amas, eso lo es TODO."




Paqui llorando por la ternura del mensaje levantó la cabeza, y vio cómo las lágrimas caían por el rostro de su abuela. Supo que la historia era la historia de sus abuelos. La abrazó. No hablaron en un buen rato. Sabía que acababa de recibir una lección maestra de lo que era el Amor y por supuesto, nunca olvidaría esa Navidad. Ni a sus abuelos.

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