"No hay más uniones legítimas
que las que están gobernadas por una verdadera pasión"
Stendhal (1783-1842)
Escritor francés
Fue una jornada muy completa, pero la reunión con África prometía un valor añadido al viaje. La verdad, estaba siempre muy interesado en todo lo que rodeaba a la empresa familiar, pero últimamente todo lo relativo al tema de las alianzas me apasionaba.
Está claro que las alianzas permiten compartir recursos y capacidades, por lo que se generan organizaciones más eficientes, por un lado, o emprender nuevas actividades, por otro.
Todo el mundo ve las ventajas. Pero cuando se intenta buscar socios nacionales o internacionales para ello, muchos dueños o directivos son reticentes yo diría en general, por miedo.
¿Por qué?
Miedo al cambio, al status, a ceder en parte el control, a comprometer los valores esenciales de su empresa, a generar una interdependencia que acaba molestando; en definitiva, el reto de derrocar perjuicios, egos, y al egoísmo (me atrevo a decir) no es baladí para llegar a hacer efectivo cuánto bueno tiene unirse para crecer, ser más productivo o incluso sobrevivir a un ambiente hostil que no cesará hasta eliminar empresas con cualquier mínimo atisbo de debilidad.
África me hizo preguntarme sobre este tema intentando responder el por qué, con quién y cómo. Era lo primero a resolver, antes de lanzarse a trabajar en el gran reto. Además, dividió en tres ámbitos la cuestión por la que navegaríamos al surcar el mar, no siempre tranquilo, de la alianza; el estratégico, el económico y el operacional.
En el ámbito estratégico me enseñó que no siempre los objetivos deben ser 100% idénticos entre las empresas que forman o formarán la alianza, pero sí que deben ser compatibles. En caso contrario, tarde o temprano, surgirán los problemas y conflictos que harán la alianza insostenible.
Ya adentrándose en el ámbito económico, la dedicación de recursos conllevará inversiones, gastos, ingresos y necesidades de financiación de cada parte y lo que es muy importante, lo cual quiso remarcar, definir qué actividades se llevarán dentro de la alianza y cuales se realizarán de forma independiente por cada una de las empresas que forman la misma. Toma importancia qué beneficios están dentro del ámbito de la alianza y cuales son externos a la misma, además de intentar que no exista una asimetría de los resultados que puedan entenderse como un aprovechamiento de una de las partes sobre la otra.
Me aclaró, y no le faltaba razón, que el ser humano tiende a compararse el uno con el otro, y acabará comparando cuánto gana el socio respecto a uno mismo, independientemente de si los resultados vienen de la alianza o de fuera de ella, e incluso acabará olvidando, si se siente inferior en este término, que gracias a estar dentro de la alianza su empresa es más eficiente que estando fuera.
Terminó con el ámbito operacional. Me dijo que no perdiera de vista y dedicara tiempo y recursos a definir la manera de coordinar rutinas, capacidades y formas de proceder. Las empresas, en definitiva, siguen siendo independientes, y sí que una vez iniciada la colaboración comparten recursos, pero no hay que olvidar que al igual que se genera un alto potencial de creación de valor se añaden una serie de retos que no deben dejar de tenerse en cuenta para que todo vaya hacia delante con éxito.
En definitiva, cuidar la relación entre socios y unos procesos de dirección adecuados serán la clave para el éxito de la alianza. Y como siempre, lo que vale hoy no será lo válido mañana; el mundo, la vida, y en este caso las alianzas no son estáticas, y el cambio del entorno, la estrategia, la organización y las necesidades de los socios deberán ser siempre un motivo de revisión que haga de la adecuación un proceso de unión sostenible.
Se habló, ya en la comida, de varios ejemplos en los que África había participado y por tanto era buena conocedora de los entresijos de las alianzas que mencionaba. Resaltó la importancia de la confianza, el valor de la palabra, la transparencia; también las diferencias culturales y de gestión como posibles desafíos a salvar.
En otro caso me indicó que sin alianzas no hubiera sido posible la expansión internacional de la empresa. Destacó la importancia de proteger el balance consolidado, así como de establecer a la hora de firmar una alianza las cláusulas de escape; elemento de tranquilidad para el que quiere dejar de formar parte de la alianza como para el que se queda.
En este punto se trató la parte no menos delicada de la estrategia de capital de la empresa. ¿Abierto a socios? ¿formas de financiarse? ¿velocidad de crecimiento? ¿afrontar o no oportunidades de negocio?
Por último, y con un ejemplo de una empresa de automoción, África me contó que sin las alianzas, esta empresa no hubiera tenido la agilidad y la eficiencia operativa para transformarse y crecer en un sector tan altamente competitivo.
"En definitiva, cualquier actuación fuera de la zona de confort es creativa pero a la par arriesgada. Eso sí, bien ejecutada permitirá acceder a nuevas capacidades, nuevas tecnologías y nuevos mercados. De nuestra apertura de mente y potencial innovador dependerá el reto de las alianzas y su ejecución".- Y así, con este pensamiento final, se despidió mi amiga.
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