"Una voz fuerte no puede competir con una voz clara,
aunque ésta sea un simple murmullo"
Confucio (551 AC-478 AC)
Filósofo chino
Le pregunté a Jose cual era el principal valor que veía en una organización que iba con un tiro respecto a otra que navegaba a baja velocidad.
Y para él estaba claro; es cuestión de claridad.
Me indicó que la claridad es más veces de las que creemos una cualidad menospreciada dentro de las empresas. Y dudar nunca es bueno, porque muchos profesionales y en muchos niveles deben tomar decisiones cada día, cada hora, cada minuto; y decidir sabiendo claramente donde se va es cuestión de eso precisamente, enfoque y claridad.
Está claro que existen prioridades diferentes en nuestro día a día, pero disponer de brújula y claridad en el enfoque se muestra fundamental a la hora de planear, organizar y sobre todo, actuar con productividad y eficacia.
Y es que si existen una infinidad de decisiones multinivel que se convierten en actividades dentro de un proceso que no resulta del todo claro puede que acciones posteriores queden carentes de una efectividad muy necesaria que no olvidemos, es vital para la generación de una respuesta idónea al mercado.
Por lo tanto, la empresa activada e impulsada hacia el éxito siempre será una empresa con un proceso de toma de decisiones claro y efectivo. Claro y efectivo que permitirá aumentar la productividad en todos los niveles de la organización, generando unos procesos equilibrados, decisiones mejor aceptadas e incluso cuando las decisiones soportadas por seguridad y claridad no fueran tan buenas, si las mismas estuvieran soportadas por un proceso decisorio transparente eliminarían mucha pérdida de tiempo y frustración.
Recuerda, me dijo Jose, que no se puede solucionar un problema sin encontrar y eliminar la causa. Y por desgracia he conocido muchas empresas que tienen a buscar soluciones atajo sin identificar la causa verdadera del problema; es más habitual de lo que tú te crees. Por todo, recuerda como fundamental en toda definición del proceso la claridad.
Claridad en la búsqueda de las causas.
Claridad en confirmar la causa una vez encontrada.
Claridad en confirmar que la causa ha sido verdaderamente eliminada.
Y la claridad os llevará a la productividad, siendo sin lugar a dudas una ventaja competitiva para vuestra empresa. Y por ende, vuestros directivos, mandos intermedios y el resto del personal deberán ser conscientes de la importancia de esa cualidad y la magnitud que tiene en la consecución de la sostenibilidad del negocio.
Para terminar, un destino claro siempre es preludio de pasar con paso firme a la acción. Y eso se define con una excelente especificación, siendo la clave en muchas ocasiones. Se trata de saber la dirección, saber lo que se quiere, saber indicar de forma clara el camino y que todo el mundo conozca dónde está la meta haciendo muy probable que las personas que empujan en tu organización puedan trabajar y poner los medios correctos y necesarios para conseguir vuestro objetivo.
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