"En circunstancias especiales,
el hecho debe ser más rápido que el pensamiento"
Esa tarde me tocó media hora de bádminton y otra media hora de tirar unos tiros en la canasta del patio.
Después, sobre las 20:00 horas, tras aplaudir en la ventana con todos los vecinos, otro de los rituales diarios que se han instalado en el hogar, mientras que mamá y Carmen se quedaron hablando en la tertulia de las ocho, me tocó bajar con papá a la video-call que todos los días tenía con varios amigos de su grupo.
Por suerte, la mamá de uno de ellos, que había estado unos días hospitalizaba ya estaba en casa.
Me quedé a su lado, escuchando, aunque no entendía muchas cosas de las que comentaban, me gustaba aprender palabras nuevas y por qué no decirlo, alguna que otra palabrota o insulto mientras hablaban de personas que yo no conozco.
Cuando terminaron de hablar, nos quedamos en el patio, ya casi sin luz, sin hablar, en silencio.
De repente, le pregunté a mi padre qué significaba "bali, bali". Pero no lo sabía. Lo buscó en internet y resultó ser "rápido, rápido" en coreano.
Me dijo que eso era lo que habían hecho en Corea del Sur una vez iniciada esta pandemia, allá por enero.
¿Y qué han logrado?.- le pregunté.
Una mínima tasa de mortalidad fue su respuesta.
Tasa, mortalidad, vaya palabros que me ha soltado el señor, pensé sin decirle nada, por supuesto.
Mi papá buscó en el portal Johns Hopkins y me indicó que la tasa en ese país era de 0,45 muertos cada 100.000 habitantes a fecha del 19 de abril.
Le pregunté por eso de la tasa en España y no me contestó. Vaya, con lo que sabe mi padre y le he pillado. Je, je...
Pero lo que más me llamó la atención es que en lugar de contestarme repetía cómo hablando sólo para él dos palabras que tampoco me resultaban muy familiares:
Diagnóstico y aislamiento.
Diagnóstico y aislamiento.
Diagnóstico y aislamiento.
Y así es como la curva, maldita curva, es y será tan distinta dependiendo de si la estrategia ha sido rápida y resolutiva o lenta y fatal...
¿Qué ocurrió?.- me atreví a preguntar cuando quedaban no más de 10 minutos para pasarnos a preparar la mesa para la cena.
Pues hijo, que "bali, bali" investigaron y detectaron el origen del contagio en su país.
Dieron con quientes formaban parte de ese núcleo y con los que habían estado en contacto.
Hicieron muy "bali, bali" 200.000 test de manera casi inmediata. Analizaban 20.000 personas por día, nada más y nada menos.
Además, "bali, bali", lo hicieron de manera gratuita, con la ayuda de cuatro compañías privadas, pagadas por su gobierno que garantizaba la eficacia de los test y su abastecimiento.
"Bali, bali" instalaron grandes laboratorios en centros comerciales y otras áreas de fácil acceso para que las personas pudieran ser testadas incluso sin bajarse del coche. Así, protegieron a su personal sanitario que no estaba en riesgo, convenientemente equipada con EPIs y no tenían que trasladarse a domicilios en los que podría contraer el virus en cuestión.
Y así obtenían el resultado en aproximadamente 5 horas. Si es positivo, cuarentena.
De esta manera, "bali, bali", sólo el 10% de los infectados necesitó atención hospitalaria.
Se cerraron escuelas, clausuraron negocios con necesidad de mucha aglomeración, eventos públicos y se incentivó el tele-trabajo (cuando era posible), sí, pero nunca han llegado al bloqueo de movimientos y cuarentenas generales (recuerdo, de gente no contagiada o portadora de anticuerpos, pero en ambos caso negativas de cara a contagiar).
"Bali, bali".- repetía yo mientras mi padre seguía diciendo cosas que a veces entendía, a veces no. Cuánto me gustaba esa palabra. Seguro que cuando tuviera que hacer una redacción la usaría. "Bali, bali".
Y mi padre seguía a lo suyo:
Incluyeron los datos de las personas analizadas en una aplicación, que indicaba los lugares con mayor concentración de contagiados, de esta manera si no estabas contagiado podías consultar la APP y no pasarte por allí, lo cual es bastante lógico.
Eso sí, no faltaron las críticas de los de la protección de datos, los de la privacidad, etc...
Y es que ya estamos de vuelta con lo del valor de la pérdida de libertades, privacidades, y todo lo que conlleva económicamente detrás (por cierto).
Pero ¿cuánto vale una vida? o mejor dicho, ¿cuánto vale la vida de tu mujer, de tu marido, de tu padre/madre o de tu hermano/hermana?
¿Privacidad o seguir vivo?.- ¿Qué prefieres, amigo?
Esa fue la clave, en la que nosotros, en España y otros países no estamos, por cierto.
Rápido, rápido, conociendo el grupo foco inicial, y generando test en la zona de una manera extraordinariamente rápida.
Por cierto, ¿Dónde están los test? Lento, lento.
¿Dónde está el origen o foco en nuestro país? Lento, lento.
Lento, lento, así estamos, y así seguiremos.
No se por qué mi padre lloraba, pero no era el momento de hacer más preguntas. Me cogió de la mano, preparamos la cena y después, me comí la mejor tortilla francesa con queso de mi vida, que es lo que cuando toca siempre me hace, y creo que lo único que sabe cocinar...
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