No estás solo.
Estoy contigo, desde mi aislamiento preventivo.
Mi familia está contigo, desde su cuarentena.
Mis amigos están contigo, desde su cuarentena, desde su trabajo en el hospital, desde su camión, desde ese puesto en el supermercado, desde esa tarea de limpieza y desinfección de tantos y tantos locales sanitarios e industriales...
No estás solo. Nos tienes a todos a tu lado. Y te mandamos a nuestros Ángeles Sanitarios a que te cuiden. Seguramente alguno de ellos te deje esta carta. Se que es difícil lo que te voy a decir, pero un pulgar arriba o una sonrisa le dará fuerzas para seguir. Son muy grandes. Son nuestra herramienta ante esta lucha; con conocimientos, energía y actitud para derrocar al enemigo.
Todos los hijos de la Tierra Madre, tus Hermanos, estamos rezando para que todo pase y tú, con el resto de personas malitas, vuelvan a casa; con vuestras parejas e hijos, con vuestras madres, con vuestros padres, hermanos y amigos.
Este es mi mensaje, Hermano.
No estás solo.
ESPERANZA. Esta es la palabra que más escribo en estos días en mi muro, en mi escritorio, en mi correo, en mi cabeza. Pensando en ti, pensando en todos los que sufren y los que quedan por iniciarse en la lucha.
Y esto es lo que quiero transmitirte, Hermano, Esperanza de que en un futuro contaremos la historia que hoy estamos viviendo. Todos, como Hermanos, sin codicia, envidia, maldad. Simplemente como parte de un Universo que rechaza todo lo que los humanos hemos ido creando...
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