"Si no levantas los ojos, creerás que eres el punto más alto"
Antonio Porchia (1886-1968)
Escritor argentino de origen italiano
No había pasado el año, pero el supuesto líder tuvo la dosis de humildad que toda persona necesita, una vez has dejado la tierra y vives, digamos en el cielo, alejado de lo terrenal.
Y es en el momento de mayor éxito ocurrido el año atrás, cuando un comportamiento de endiosamiento, y de no reconocer el trabajo generado por su equipo, provocó el detonante que urdió el plan que esta semana ha culminado con una lección que nunca, o eso creo al menos yo, nunca olvidará.
Todas las medallas fueron adquiridas por este señor, dedicándose a reseñar tanto a nivel externo como internamente en la organización, sus bondades y siempre, olvidando que todo el éxito había sido posible sólo gracias al trabajo enfocado, con talento y pasión, realizado por cada uno de los miembros de su equipo, generándose una actitud mágica que los había hecho imbatibles.
Como resumen, tras la estrategia de esos miembros del equipo, que si no fuera por la falta de humildad de ese supuesto líder, siempre habrían estado a su lado, este año lo dejaron hacer solo. Bueno, cuando este super-hombre se dio cuenta, contrató a dos auxiliares para realizar la parte del proyecto más operativa; pero todo el esfuerzo de última hora fue en vano. Todo salió al revés y nada cuadró. El éxito de antaño se cambió por fracaso. En definitiva, mucho que aprender, siempre y cuando hubiera estado ese miembro del equipo que toma nota, hace balance y con actitud de aprendizaje, humildad y autocrítica, siempre saca el lado positivo de los temas. Ya sabéis, o ganas o aprendes. Pero no había equipo, ni por lo tanto capacidad de autocrítica. Si hablara hoy con este señor, muy probablemente todavía le faltaría tiempo en una jornada para listar todos los que, a excepción de él, habían cometido y no pocos errores que le habían llevado al fracaso.
La realidad es que no existe el líder sin equipo.
El líder se debe a otras personas, sus personas, en los que está obligado a fomentar el liderazgo de sus miembros, comprendiendo que el trabajo en conjunto es lo único que logrará explotar su propio potencial.
El líder tiene que hacer entender a su equipo, que no sólo están para ayudarle a él, sino que están para ayudarse entre ellos. De esta manera, todos crecerán, todos ganarán posiciones personales y profesionales y sobre todo, todos lograrán objetivos cada vez más grandes. En definitiva, todos compartirán el camino al éxito y la llegada a la META.
Pero el líder debe aprovecharse de su talento y del talento que se crea con un buen equipo, y nunca olvidar que los frutos deben ser para todos. El buen líder tiene que saber compartir los frutos del éxito y en definitiva, adoptar una posición de generosidad, de la cual surgirán unos profesionales cada vez más fieles.
El macho "alfa", como lo llamamos en otras especies animales, siempre ejercen control sobre un grupo pero para beneficio de la supervivencia de todos. Nunca está pensando en él, con el famoso "ego" a la cabeza, sino en el grupo.
Pues cambiemos el "alfa" por el líder, y el "grupo" por el equipo. Y después, dispongámonos a liderar.
Para terminar, y para que si no se hace, se empiece a valorar a los equipos, tendría que existir, al menos cada cierto tiempo (como recordatorio) el que se podría denominar: "proyecto sin equipo", el cual sería una misión a cumplir directamente y sólo, por parte de ese líder que todos tenemos, a veces, un poquito "alto de patas". No sería mal ejercicio para los líderes y que tras exponer el resultado del proyecto, así como los problemas que se ha encontrado en el camino, sirviera como reflexión de cómo y cuánto necesita a/de los suyos.
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario