No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo,
sino tan sólo si marchamos por el mismo camino.
(Johann Wolfgang Goethe)
No se puede decir que la vida sea fácil a estas alturas de la misma, no, pero si que tras alcanzar algunas experiencias vividas y cargadas en nuestra mochila (bendita ella) hay muchas cosas que no nos deben de sorprender.
Además, en este mundo de hiperconexión en el que deambulamos, si no nos ha pasado a nosotros mismos los hechos en cuestión, seguro que tenemos pistas en gente próxima que han vivido lo mismo o parecido. Y yo me cuestiono, si lanzamos a las redes tanta información de todo tipo sin disponer ajuste alguno a lo que se podría llamar frontera a la intimidad, ¿cómo no preguntamos a nuestros seres cercanos, a veces muy cercanos, sobre hechos vividos muy similares a lo que nos ocurre para que nos aceleren y mejoren nuestro camino a emprender?
Pues bien, os contaré un caso que me ha ocurrido esta semana y que por casualidad, creo que se ha encarrilado bien, gracias a una gran ¿casualidad?
Resulta que me llamó un amigo de una etapa anterior cuestionándome sobre unas dudas de cómo iniciar una nueva andadura empresarial, en la que participaría con dos socios (un amigo y un ex-compañero de trabajo). Estuvimos hablando un buen rato y le indiqué que si quería, podríamos quedar más adelante, ya que por teléfono no era capaz de enterarme muy bien del modelo de negocio que intentaba explicarme. Además, cuando llegábamos a la parte de la ventaja competitiva no era capaz de convencerme con sus argumentos, y creo que era más problema de interacción que de que realmente pudiera ser una buena idea (a fecha de hoy tengo claro que tiene una gran idea).
Sin más, lo dejamos ahí y al día siguiente, mientras dirigía mi carrito (el de la compra semanal) hacia "el emocionante mundo de la estantería de los yogures lácteos" me encontré con una antigua conocida, la cual ahora vive en nuestra localidad, pero ha estado montando varias empresas en el pasado allá por la capital. Tras ponernos rápidamente al día, entrando en materia sobre emprendimiento, nos despedimos, pero antes de salir cada uno hacia un lado del supermercado me comentó con voz segura, un poco seria: "y no se te olvide, Edu, lo único fundamental es un pacto de socios, un buen pacto de socios".
Me despedí con la lista de la compra puesta al 100% en mi mente cuando de repente, ¡zas! me acordé de mi otro amigo y ya en la caja, esperando mi turno, vi a la experta emprendedora dirigiéndose hacia la salida y le pregunté sin dudarlo si le importaba tomar un café conmigo y un amiguete que estaba pensando emprender un negocio y me había pedido algo de ayuda, y el tema del pacto de socios era algo que podría interesarle en este momento.
¡Y qué mejor de manos de alguien que ya lo ha vivido, además de forma exitosa!.-Pensé para mis adentros.
Ni que decir tiene que accedió gustosa y la cita a tres fue, al menos así lo dicto yo, un gran éxito. Todos aprendimos de todos, pero mi amigo, el cual tomaba notas de la parte del pacto (fue el núcleo de la reunión), y además, cuando las ordenó en su PC nos las envió al resto del grupo por e-mail, está ahora encantado con la master class.
Lo que sí nos quedó claro, y por ello me gustaría resaltarlo, es muy difícil gestionar bien una empresa si los socios no tienen las cosas claras y desconocen cuáles son las intenciones, necesidades y expectativas de cada uno.
Por ello, antes de crear una sociedad, este amigo tendría que responder a la siguiente pregunta (igual que sus socios potenciales):
¿Qué tipo de empresa estoy pensando crear?
Porque si cada uno piensa diferente, habrá problemas. Es fundamental estar de acuerdo en la empresa que crearán.
Para nuestra profe (con cariño), las siguientes cuestiones debían tenerse en cuenta antes de la firma de escritura de constitución:
- ¿Qué pasa si un socio abandona el proyecto?
- ¿Qué pasa si un socio inicia un proyecto similar al de la Startup?
- ¿Qué pasa si entra un nuevo socio, quién se diluye?
- ¿Qué pasa si un socio no dedica al proyecto el tiempo que se había comprometido?
- ¿Qué pasa si un socio no cumple los objetivos que se habían fijado o no rinde como esperábamos?
- ¿Qué pasa si hay desacuerdos en la toma de decisiones?
- ¿Qué pasa si hay una situación de bloqueo?
Por último, para terminar, nos dejó una serie de cláusulas obligatorias a disponer en el pacto, de las que sólo os dejo los títulos; para profundizar ya habrá tiempo...
1) Cláusulas Generales.
2) Cláusulas de Funcionamiento y Organización.
3) Cláusulas relacionadas con Derechos Políticos y Económicos de los Socios.
4) Cláusulas de Supuestos Específicos.
5) Cláusulas de Protección.
6) Cláusulas de Salida o Entrada.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 9 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
Nota: Los contratos y la teoría están muy bien; pero nada mejor que clases reales, con gente real y grandes experiencias vividas al calor de la mesita de un café disfrutando de la prestación de conocimiento de manera inteligente y desinteresada. Gracias AMIGA, gracias AMIGO.
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